COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

domingo, 5 de octubre de 2008

CAMARA RODANTE REGRESA A TALA JALISCO CRUZANDO POR LA PRIMAVERA


Otro domingo como cualquiera. Me desperté a las 6:54 de la mañana, -¡Chanclas! Tenía que estar a las 7 en la estación del Refugio- mejor le llamé a Berna para avisarle que los alcanzaba en Los Postes, eso me dio tiempo pa’ echarme agua en la cara, vestirme y salir en mi bici al encuentro.



Cuando llegué a Los Postes (en la caseta de prolongación Mariano Otero sur) todavía no arribaban los ciclistas de Cámara Rodante. Al poco tiempo apareció Carlos, Berna, la Fisher family, Ara, Luis, Francisco, Gil, Misael y se integraron nuevos compañeros, dos que vinieron desde Jocotepec, Santiago y Jesús ...y otro mas Bernardo que estaba esperando a su compañero y que no llegaba en fin llegó un buen de banda. ¡Ah!, por cierto, al parecer a Érica no la esperaron y venía atrás de ellos tratando de darles alcance desde el periférico, dice Ara que no la vieron pero ese punto está en duda. Después de un breve descanso y la foto que no puede faltar (recuerden el viejo adagio “no importa como ruedes, sino como te veas”) partimos hacia el 8 ½, una ascenso de mucha paciencia, poca técnica pero bastante sabroso.

Al llegar a la cima lo primero que vi fue una cara conocida que saludaba -¿Qué ondas? Yo pensé que ya no venían-, era Octavio en su bici híbrida que tenía rato arriba y por no estar familiarizado con la puntualidad del grupo mejor subió solo para ver si nos alcanzaba. Todavía allá arriba además de Octavio, nos alcanzó otro ciclista, Fernando, fue un grupo numeroso, con gente conocida y gente nueva, tanto locales como foráneos (saludos a la gente de Jocotepec).



Seguimos nuestro camino sin detenernos mucho. El siguiente punto fue el inicio de una vereda que se encuentra entre las rutas conocidas como “toboganes” y “la hermosísima”, no sé cómo se llama esa ruta. Aquí tuvimos que esperar a Octavio que había adelantado su camino pues iba en la punta y no alcanzó a vernos cuando nos detuvimos. Además de él se fugaron otros, pero afortunadamente ellos conocían el terreno y nos quedamos de ver más adelante. Cuando por fin seguimos esa vereda, resultó bastante divertida, la mayoría era descenso técnico, velocidad, saltos, escalones, piedras sueltas, barranco por un lado del camino, barranco por el otro y un paisaje hermoso, en algunas partes hasta nos regresamos para volverlas a pasar.



Seguimos nuestro camino con un ascenso para llegar al inicio de “Obsidianas” donde tomamos un ligero descanso, y donde además nos encontramos con Bernardo, uno de los fugados (el otro, Gil, siguió en solitario hacía Tala). Nos acomodamos para comenzar el descenso por “Obsidianas”, con esta ruta no se quebraron el coco para ponerle nombre, falta con llegar a ella para saber el porqué, es una brecha con piso de obsidiana suelta. El descenso es largo y se alcanzan velocidades interesantes, de esas que hasta la lagrimita te sacan; -tomen su distancia, de menos unos diez metros- decía Carlos. Yo no miré hacia atrás, todos los sentidos estaban en el camino. Cuando llegué a un plano, sugerí un reagrupamiento con los de Jocotepec, esperamos hasta que nos llegó la noticia -2 ponchados y 2 caídos, nada grave- ¡Chanclas!, regresamos para ver cómo estaba el asunto. Otra vez una caída de Ara, esperemos pronto se acostumbre a sus grapas. Cuando llegamos ya estaban terminando de cambiar la cámara y los caídos ya estaban sonriendo de nuevo pero faltaba Berna, -se regresó por su herramienta, se le fue cayendo en toda la bajada- dijo Carlos. Al parecer Berna abrió su bolsa de herramienta cuanto parcharon pero no la cerró y descendió haciendo tiradero por la reserva natural.

Seguimos el descenso de “Obsidianas”, al terminar nos esperamos para reagruparnos pues todavía faltaba Berna. Ahí nos encontramos a un señor que viajaba en solitario, de esos que tienen muchos kilómetros en las piernas y conocen todos los caminos del bosque, un “ánima de la primavera”, Ricky Mountain decía su cuadro haciendo alusión a su nombre, Ricardo Montaño. Venía arrastrando la bici cuál espíritu arrastrando sus cadenas –se me descompuso el desviador y se quebró la pata ¿traen corta cadena que me presten?- nos dijo, el equipo de cámara rodante se puso las pilas con su famoso programa “ayuda al ciclista desvalido”. Ricky Mountain arreglaba su bici, paraba para contar de alguna ruta o anécdota interesante, yo estaba fascinado con las rutas pero el Berna pensaba –¡caminando y miando Don, así nunca va a terminar de arreglar su bici!-. Por fin terminamos la reparación y el ánima de La Primavera desapareció por el camino. Nosotros seguimos el nuestro.



Trepamos una corta distancia para después cambiar el rumbo por una brecha que desemboca directo a Tala. Es bajada, uno de los Bernardos y yo nos descolgamos para bajar a toda velocidad hasta que se le rompió el chicote de los cambios, nos paramos a hacer la reparación. Unos minutos después nos alcanzó casi todo el pelotón, alguien dijo -¿y Octavio?-, -¿cuál Octavio?-, -¿pos el de la híbrida?-. Resulta que de nuevo se había ido adelante y no se dio cuenta cuando cambiamos de brecha y siguió hasta río caliente. Por teléfono le dijimos como llegar a donde estábamos. El resto del camino lo seguimos sin contratiempos, excepto por una caída mía, de esas que te levantas muy salsa “aquí no pasa nada” y cuando ya se van todos te sobas muy discretamente y aprietas lo dientes.



Llegamos a Tala por fin, pasaditas las 3 de la tarde, el pueblo estaba de fiesta, vimos pasar un contingente de tambores y peregrinos. Después nos echamos unos lonches que por el hambre sabían a gloria, quedamos con la ligera impresión que Carlos llevaba comisión y trato preferencial, fue el que sugirió con insistencia ese lugar y fue el único con aguacate en su lonche.



El regreso a Guadalajara se describe mejor en el video, todos en el camión con las rilas apiladas en la parte de atrás.

Llegué a Guadalajara y todavía me dio tiempo de salir al cine con unos amigos. Así fue mi domingo, otro domingo como cualquiera. Me fascina esta rutina.

Y el próximo domingo a rodar hacia la Torre 1, en el mismisimo Bosque de la Primavera, los esperamos.


Alonso Contreras-Astorga

3 comentarios:

  1. Muy buena rodada, a pesar de la filosa obsidiana, espero pronto la cronica de mis caidas!

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  2. Qué pues con la crónica?, se están tardando.

    Saludos

    Alonso

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  3. Pueden subir el video de la bajada de los escalones?

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