UNA RODADA MUY HUMEDA...

Pues amanecimos dispuestos a pedalear por la carretera a Chápala, muy temprano, desperté sin ganas de levantarme ya que los últimos dos días estuve malito del estomago, seguramente por algo que comí y que mi panza no resistió, pero pues ya tenía ese compromiso y las ganas de treparme en la rila.

Así que salí de mi casa a las 6:00 am para alcanzar a llegar al Refugio y encontrarme con el grupo de rodantes, en total unas 25 personas dispuestas a conquistar la carretera tanto de ida como de vuelta.i

Iniciamos el recorrido poco antes de las 7 am por av. Federalismo y a solo 3 cuadras de rodar, nuestro amigo Joel que se viene abajo ya que no alcanzo a desengrapase de su bici de ruta y pues… suelo, jejejeje afortunadamente sin ningún golpe mayor. Luego tomámos Niños Héroes hasta R. Michel cuando ahí sufrimos el primer percance mecánico, una bicicleta ponchada, la reparamos y al llegar a la gasolinera del Álamo que la misma llanta se poncha, mmmm pues que será ya que habíamos revisado la llanta y no le habíamos encontrado nada enterrado, ahí con una revisión más minuciosa nos damos cuenta que tenía un pequeño vidrio clavado que apenas se asomaba, pues lo retiramos cambiamos cámara y seguimos nuestro recorrido, en ese punto ya nos había alcanzado Paco y Angela en la camioneta que nos acompañaría como apoyo y seguridad, en este mismo lugar nos alcanzaron algunos rodantes mas que no salieron del Refugio y en Periférico y el parque Montenegro se fueron uniendo mas integrantes de Cámara Rodante.

El clima desde la salida nos fue favorable con un nublado rico y húmedo que nos permitía disfrutar más el recorrido pero casi al llegar al Aeropuerto que nos comienza a lloviznar, algo tupida la llovizna pero pues se sentía agradable en ese momento, poco después del aeropuerto el grupo se dividió con la gente que tenia mejor ritmo y bicis de ruta, quedándonos atrás los lentos jejeje.

Hasta antes de la desviación al Salto nuevamente otra ponchada la cual se soluciono sin mucho problema pero al momento de arrancar, ya con el pavimento húmedo, Cristian perdió el control de su rila y pues también se fue directo al suelo jejejejeje, no paso de raspones leves, en este momento llego Lucero Rangel y su familia, en camioneta que también amablemente prestaron para tener más seguridad, ya con dos camionetas y las bicis listas seguimos nuestro andar hasta el muelle de Chápala pero con la lluvia mas fuerte a cada metro que recorríamos, para no hacer el cuento largo llegamos empapados a nuestro destino.

Tomamos algunas fotografías bebimos atole calientito, comimos unos charalitos pa’garrar fuerzas, otros unos taquitos al pastor, y no sé qué tantas cosas más encontraron en el mercado, ahí disfrutamos de cómo la gente se acercaba y nos decían que estábamos locos y mojados, que nos cuidáramos mucho en el regreso y nos deseaban suerte

Después de unos 45 mints decidimos regresar por donde llegamos pero eso sí, ya como 10 personas arriba de las camionetas, pero pues los demás muy chuchos subimos a las rilas, en lo personal desde Chápala ya estaba pensando subirme también a la camioneta o al camión a lo que fuera que me evitara el regreso en rila pero pues me arme de valor y quise continuar, sin embargo al subir la pendiente de Ixtlahuacan mis piernas empezaron a fallar y comencé a sentir calambres, por lo que me trague mi orgullo y suplique me cedieran un espacio en la camioneta L jejejejeje

Ya el regreso pues yo bien cómodo en camioneta viendo a los demás rodar por el asfalto, el regreso fue un poco más ágil pero la lluvia siguió en todo momento, regresamos hasta el refugio como a las 2 pm ya dispuestos a darnos un baño de agua caliente y comer algo por la fatiga del camino sobre todo del regres.

Por Edgar Fidalgo.