“UNA SUBIDA MÁS, UN RETO MÁS”, CRÓNICA DE NALLELLY GOMEZ

Un reto más… pensaba cuando compre mi bici hace 3 años, con ganas de ir a la montaña pero con un poco de miedo y sin condición, así que Julián (mi esposo) y yo decidimos agarrar un poco de experiencia en las calles, nos convertimos en ciclistas de vía recreativa y de vez en cuando, ósea que de condición no agarramos mucha.

Siempre checando el blog de Cámara Rodante, viendo todas las rodadas que ya nos habíamos perdido. Hasta que un día leí la crónica de Bernardo, un invidente sin límites, me avergoncé por mi desidia y al mismo tiempo sentí una motivación para realizar este reto personal, y sin imaginarme que dos semanas después yo estaría escribiendo la crónica de una de las rodadas, llevamos las bicis a su servicio, sacamos nuestra credencial de emergencia y listos. Que mejor que la rodada siguiente era de novatos.

La primera rodada de novatos estuvo genial, y aún más motivados para la segunda nos preparamos: Adiós a las patitas para parar la bici, unas Licras con colchoncito, jersey’s nuevos y rodilleras, ahora si súper listos, lo único que faltaba era un poco más de condición.

La noche del sábado, como todos, tratando de dormir temprano para estar muy frescos a la mañana siguiente. Todo iba perfecto hasta que por alguna conspiración del universo sonó el despertador de Julián a las 5 de la mañana ¡Siii a las 5!, y todo por un error de dedo, me desperté y ya no pude dormir, ni modo, la frescura de la que hablaba ya no pudo ser posible, pero las ganas y el entusiasmo a todo lo que dan.

Llegando a Postes nos recibieron como siempre con muy buen animo el crew de Cámara Rodante y vimos que había caras nuevas y otros que ya habían ido la semana anterior, nos dio mucho gusto que se sumaran más personas. (Pensé erróneamente que ya no iba ser la última en llegar…ja).

Comenzamos a subir, esta vez la meta era la Torre 2, todavía no llegaba al 8 ½ y yo ya estaba hiperventilada, inhalaba uno, exhalaba dos, volvía a exhalar y luego inhalaba ¡hayyy ya no sabía ni como hacerle!, pero ahí estaban acompañándome Paul y James con sus buenos consejos de cómo debía respirar y pedalear.

Seguimos subiendo y subiendo… “Una subida más” me decían cada vez que preguntaba si faltaba mucho en llegar a la Torre 2.

Varias veces tuve que bajar de la bici y caminar para recuperarme un poco, en una de las veces que encontré a Carlos Ibarra le dije “De que llego llego, no se si pedaleando o caminando pero yo llego”.

En el camino encontramos a un compañero con su llanta ponchada y otros que pararon a ayudarle, por supuesto otra compañera y yo no dudamos en preguntar si podíamos ayudar, aun no sabiendo nada de mecánica, sólo era un pretexto para detenernos a descansar.

El paisaje estaba hermoso, le mencione a Julián “Cómo es que nunca habíamos venido a este lugar”, así que paramos a tomar algunas fotos.

Y seguimos subiendo. Mis piernas calientes, mi boca seca y mis brazos tensos… sólo una subida más me decían.

Empezamos a ver a los demás compañeros que ya venían de regreso y nos decían “Ya falta poco, sólo una subida más”. Yo ya no creía, todos me decían lo mismo, o será que esa última subida era muy muy larga.

Por fin, ahí estaba la tan nombrada Torre 2, que paisaje tan increíble. Valió la pena esa subida más.

Ahora si a bajar, entre piedras, grietas y raíces escuchábamos los consejos de James.

Con unos cuantos rasguños, marcas de pedales en las piernas y otros tantos moretones nos entusiasmo mucho esta rodada llena de buena vibra con un gran compañerismo, no dudaremos en volver.

Un reto más cumplido.

Nallelly Gómez
Cámara Rodante.