Mi aventura comenzó cuando vi la invitación de cámara rodante a Chapala el viernes por la noche; le pregunte a mi amigo Cesar si iba a ir y quedo de confirmar al dia siguiente.
El sábado era tarde y aun no tenia respuesta de Cesar, fue entonces que dije… ya no fuimos.. cuando a eso de las 10 pm me dijo que si iba y confirmamos asistencia. Puse mi alarma y a dormir; esta vez no prepare nada.
Al despertar, me di cuenta que eran 6:30!!! Súper tarde, le hable a Cesar a ver si ya venía en camino, pero, también se quedo dormido. En lo que llegaba por mí, pues acomode mis cosas y puse una fruta para el camino.
Una vez que llegó, se dirigió a la salida a Chapala, directo y sin escalas. Apenas íbamos llegando a la entrada a Jocotepec cuando alcanzamos a la caravana, llegamos junto con ellos y nos preparamos para salir a rodar. La mañana era fresca debido a la lluvia del día anterior, aun seguía nublado y la compañía de los compañeros era llena de buena vibra y me encontré con mi tío, asiduo en cámara rodante.
Comenzamos asi desde el malecón de Jocotepec con buen ritmo pasando por las calles empedradas, donde la gente apenas salía en busca del desayuno, había un delicioso olor a carnitas y quesadillas de masa que sin dudarlo abrieron el apetito; sin embargo, teníamos una meta, llegar a Chapala.. “rinconcito de amor”, como dice la canción.. Así seguimos y en cada malecón compactamos el grupo. Con la hermosa vista del lago de Chapala, el calor comenzaba a sentirse
.
Tomando así calles empedradas, tramos de carretera, pasando por charcos y lodo de la lluvia, tramos arenosos y un precioso andador o caballeriza.. No sé, pero había caballos y quede con deseos de subirme tranquilamente a uno y dar un paseo.
Bueno, por fin llegamos a Chapala, donde lo primero que vi fueron unas nieves y no pude resistir el probarlas. Durante todo el trayecto nos tomamos fotos, así que nuestro destino no fue la excepción. En el lugar, me percate que también estaba Elea, y más tarde llegaron a Chapala a acompañarnos Susi y un amigo; quienes venían de la carrera Bonafont y nos alcanzaron en el lugar.
Pasado un buen rato de descanso, emprendimos el regreso por carretera y nosotros fuimos de los últimos por andar tomando fotos. Al principio íbamos tranquilos, pero de pronto, me emocioné y puse presión “vamos tomando velocidad!!”.
Me adelantaba poquito y esperaba; así fueron varias veces hasta que mejor me dijo Cesar: “no me esperes, tu dale”… y pues… me fui, tomé velocidad y llegué a Jocotepec, al punto de partida a esperar.. mientras pensé: “Me encantó rodar sobre la carretera, sentir el aire en la cara y el calor al mismo tiempo, sentir la libertad y sentirse vivo es andar en bici!!!!..”
Una vez llegados todos los compañeros, Susy, un amigo de ella, Cesar y yo nos fuimos a comer y a platicar sobre la experiencia del dia.
Crónica de Ceci Lepe
Cámara Rodante
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