COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

martes, 16 de febrero de 2016

"UNA RODADA DE AMISTAD..." CRÓNICA DE ROCÍO GONZALEZ SURO


Para el domingo catorce de febrero, fuimos invitados por Pies Negros a una rodada por “la amistad”, y en verdad puedo decir que fue por la amistad, porque nuevamente comprobé que lo único que me levanta cada domingo tan temprano para ir a rodar, es saber que voy a pasar un buen rato platicando y riéndome con los amigos de las bicis.

Salimos a buena hora del punto de reunión para dirigirnos al de salida, lugar donde ya nos esperaban otros que habían decidido llegar hasta allá en bicicleta. Los integrantes de Pies Negros nos dieron la bienvenida, nos explicaron que son los “Pros que van rápido” de Cámara Rodante y nos hicieron extensiva la invitación para unirnos a sus rodadas… muchas gracias, pero yo sigo con mis paseos donde puedo contemplar las hojas de los árboles con toda la calma del mundo.


Se presentaron cada uno de ellos y qué posición tomarían durante la rodada. Ismael señaló unas montañas que se unían a lo lejos y mencionó que ese era el camino que tomaríamos para llegar hasta la casa de un amigo.

Yo la verdad vi muy arriba ese caminito, pero como aquí siempre que preguntas la respuesta es “no está pesado”, mejor me quedé callada, pero cuando dijo “hay una bajada muy buena…” fue cuando me puse a rezarle a todos los santos habidos, puesto que si Isma, todo un Pro de la bici, me dice que hay “una buena bajada” es porque le van a dar en “friega”.

Ya comenzábamos la rodada, cuando de repente Chava se da cuenta que faltaba James… ¿Dónde estaba James y sus acompañantes? Los vimos salir del Chedraui, pero no llegaron al punto de salida. Les llamaron por teléfono, los esperamos un rato, pero nuca aparecieron. Partimos sin James y sus amigos… Espero no se haya enojado.


Todo comenzó con una subida larga, no estaba tan pesada, puesto que tenía tramos rectos para agarrar fuerzas y seguir subiendo, aunque yo la verdad a los cinco metros de haber salido ya iba toda “bofeada”.

El camino estaba lleno de robles amarillos y, cada que subíamos más y más, el paisaje aumentaba su belleza, la vereda se tornaba sombreada y a lo lejos se veían gigantescas formaciones rocosas manchadas de color ocre y verde, también pasamos por un río de poca agua que, me imagino, en tiempo de lluvias se ha de ver hermoso; seguimos cuesta arriba hasta un plano, ahí descansamos y nos explicaron que seguirían tres kilómetros de pura bajada, claro... todos muy contentos…

Nos pidieron tener cuidado porque la tierra y piedras estaban muy sueltas, lo cual fue verdad, ni los más experimentados tomaron carrera, todos iban muy precavidos pues la llanta trasera de la bicicleta se coleaba con facilidad, tanto fue así que Magda se calló dos veces, quedó toda empanizada y con la rodilla lastimada, pero no fue miedosa, al contrario, siguió sin quejas hasta el final.


Yo, como siempre, casi rezo un rosario completo pidiéndole a Dios que se terminaran las bajadas, y me hizo caso rápido, pues pronto llegamos a otro plano donde había un ranchito en medio de la nada, sólo los cerros y arbustos secos que lo rodeaban. Ahí el grupo se dividió en dos, los que querían bajar ocho kilómetros más o los que se querían quedar a disfrutar de la naturaleza. Obvio, me quedé.


En aquel ranchito vivía una familia que, justo cuando llegamos todos estaban trabajando en diferentes labores, aun así nos recibieron muy amablemente, nos invitaron a pasar hasta la sombra de un árbol justo a la entrada de su casita, ahí nos arrimaron sillas y continuaron con sus actividades.


Apenas nos estábamos refrescando, cuando regresaron varios compañeros de los que se habían ido al recorrido largo, era para avisarnos que una de las ciclistas se había caído y se había abierto la frente, Ana Paula no tardó ni un segundo en agarrar su mochila e ir hasta donde estaba la niña y brindarle los primeros auxilios.


Regresaron con Ana (la que se cayó) caminando y con cara de asustada, lo bueno es que su herida no era grave y con la ayuda de Ana Paula, unas cuantas vendas y polvos de sulfatiazol todo quedó arreglado. Mientras esperábamos el regreso de los demás, bebimos café que nos ofreció la señora de la casa, tomamos fotos de la Sierra de Tesistán y de los pollos, guajolotes y gatitos que caminaban a nuestro rededor.


Los valientes llegaron acalorados y hambreados, bueno también yo que me quedé tenía mucha hambre, ya las nueces que traía no daban para más. La familia anfitriona nos ofreció algo de comer, al principio dijimos “muchas gracias, no se molesten”, pero la cuando comenzaron a sacar tortillas, queso y requesón, no nos pudimos resistir, la verdad todo estaba buenísimo, esos taquitos sabían a gloria; después, llegaron con un balde lleno de mandarinas recién cortadas de las cuales hicieron agua fresca que quedó buenísima.

Ahora sí, ya no teníamos pretexto alguno para decir que nos faltaban fuerzas para el regreso, así que hicimos una cooperación, la entregamos a la familia, nos despedimos y emprendimos el temido regreso, pues fue tanta la bajada, que ya nos imaginábamos cómo estarían las subidas, pero no fue así, el retorno estuvo muy tranquilo, claro que hubo momentos en que nos bajamos de la bici, pero era también porque el sol ya comenzaba a quemar. Yo como me vine en el chisme con Susy, pues la verdad ni sentí el trayecto.

Justo antes de llegar a los carros había una larga pendiente, ya sin tierra ni piedras traicioneras, así que los chicos quitaron freno y bajaron derrapados, Miguel Izquierdo e Ismael, como bólidos, alcanzaron los cincuenta y cinco km/h., o a lo mejor un poquito más.


El recorrido terminó en una tiendita y bajo la sombra para la tradicional cerveza de despedida. Pedro envió en carro una despensa que trajo para la familia que nos recibió muy amablemente allá arriba en el cerro. Todo el paseo estuvo de lujo.


Quiero agradecer a los integrantes de Pies Negros, muy amables todos y sobre todo pacientes. Ana Paula y Luis que fueron barredora nunca me dejaron atrás y siempre echándome porras en las bajadas.


No recuerdo el nombre de todos los que fueron al paseo, pero a cada uno, muchas gracias por este recorrido tan padre, entre todos se hizo buen equipo y se logró pasar un domingo de “la amistad” excelente… Espero poder volver a acompañarlos.


Crónica de Rocio Glez Suro
Cámara Rodante

P.D. Ana Paula quiere que más mujeres se animen a unirse al grupo de Pies Negros, vamos chicas…. Pongamos la muestra!!!!

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