Siempre es emocionante una salida con Cámara Rodante, la noche anterior hay que dejar todo listo si quieres dormir un rato más por la mañana, aunque en mi caso eso no pasa, al contrario, checo a cada hora el reloj, pues temo quedarme dormida. Por mis ocupaciones familiares y de trabajo, no todos los domingo puedo rodar, así que cuando tengo oportunidad, la aprovecho al máximo, más ahora que estoy estrenando bici, quedo atrás la fibra cancel para darle la bienvenida a un modelo 2015, claro, preferí comprar una bici nueva y dejar la compostura de mi camioneta para cuando las vacas estén más gordas, así que por ahora deberé pedir “rait” para salir.
Además, esta rodada era muy significativa pues se celebraba el 8vo Aniversario de Cámara Rodante y no quería perdérmelo por nada del mundo, aunque no soy constante, los “cámaras” me han hecho sentir que soy parte del grupo. Agradezco mucho a Juan de Dios que muy amablemente se presto a llevarme a mi y a mi bici hasta San Juanito Escobedo donde inicio el recorrido, también le doy las gracias a Carlos Ibarra que hizo las gestiones de mi trasportación y a Edgar Fidalgo y Sofí por tratar de buscarme un lugar en algún otro vehículo son unos padrinazos de padrinos.
La cita fue a las 6:30 en casa de Carlos Ibarra y de ahí salimos los cuatro, Carlos, Juan de Dios y Omar (sobrino de Carlos) que ese día estrenaría sus primeros tenis con grapas y con muy buen resultado. Llegamos al punto de salida en un restaurante campestre.
El recorrido fue maravilloso por varias causas, mi bici nueva, los hermosos paisajes y los amigos de Cámara Rodante que son divertidos y muy “compas” pues siempre te echan porras y te animan a seguir adelante.
Aprendí mucho en este recorrido, mucha técnica que me paso Ana Paula, Ismael (de Pies Negros) y Pedro Ponce para potencializar mi rodada. Aunque me falta todavía mucho kilometraje por rodar, como les digo, la bici nueva no traía incluida las piernas.
Hubo de todo, perdimos la ruta, navegamos por una cortina de polvo, brindamos con tequila por el aniversario de Cámara Rodante, recorrimos los campos sembrados de agave, visitamos una vieja hacienda, comimos muy rico y para terminar, hasta pastel de aniversario nos toco.
Amo salir con Cámara Rodante, amo su ambiente, amo la oportunidad de estar en contacto con la naturaleza, amo las fotos de paisajes y los selfies con los viejos y nuevos amigos que he encontrado en este grupo.
Muchas gracias Cámara Rodante y larga vida a este increíble proyecto.
Crónica: Danae Vazquez
Cámara Rodante
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