Así vivimos mi familia y yo este fin de semana, el sábado dejamos todo listo para participar en nuestra primera rodada con nuestros amigos de Cámara Rodante.
El domingo como siempre con ganas de quedarse en cama, levanté a mis hijos y nos aventuramos al punto de partida, a la estación de tren de Cuisillos a rodar por la Vías Verdes. Ya estaban todos listos y en ese momento los nervios crecieron ya que no vi ningún niño de las edades de mis hijos y menos alguien con una silla de bebe, con la que llevo a mi chavito, dude en varios momentos en seguir ya que eran 60 km. pero les pregunte si le entrabamos y todos emocionados y nerviosos decidimos seguir adelante
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Ya comenzando tuve unos problemas con mi casco y fue nuestra primera parada, me dio algo de pena porque se detuvo todo el grupo, pero reconozco la labor de nuestros amigos de “CR”, aproveche para ajustar el asiento de mi esposa y seguimos adelante.
Fue motivante llegar a la presa donde mis hijos y yo nos dimos cuenta porque después de cada rodada siempre está la sensación de volver a salir, un clima perfecto, sin sol, y unos lugares hermosos.
Ya bastante animados mi hija Larisa por poco se cae, pero seguimos adelante, continuando nuestro camino hacia la primera estación mis dos hijos de 9 y 17 años nos adelantaron bastante, animados por alcanzar al grupo.
Algo que me sorprendió fue lo atendido que están las estaciones de Tren, seguimos adelante y mi hija batallaba con la posición de su asiento y nuevamente hicimos otra parada.
Para ese entonces ya en el km 24 aprox., mi hija y el más pequeño de 3 años ya se veían cansados, y nos decidimos en regresar, por “suerte para nosotros” hubo un ponchado y les sirvió a los niños de distracción y teniendo ya nuestro destino a la vista y sentirse tan cerca decidieron seguir adelante, lo cual me lleno de gusto y sin más retomamos el camino.
¡Y después de todo llegamos hasta Ahualuco del Mercado!, donde nos encontramos con la mama de todas las estaciones de Tren, una finca muy conservada y reservando sus terrazas frescas para nosotros.
Con algo de cansancio y hambre nos dirigimos al mercado por unos juguitos y chocomiles ´pa cargar pila, ya mis hijos más relajados y felices por haber llegado nos regresamos a la estación, donde a las 12 del medio día era el regreso, estando allí nos divertimos aventando piedras en un charquito de agua despejando la mente para el largo regreso, después de tomarnos algunas fotos, dispusimos el regreso antes de la hora prevista, porque teníamos mucho que recorrer.
Junto con un grupo de compañeros emprendimos el regreso ya con el sol haciéndonos saber que estaba presente, mi esposa y yo sin mencionar los casi 30 km de regreso, para no desmotivarnos, seguimos en la ruta y me sorprendió, que mi hija comenzó con un ritmo impresionante y nos adelantó por mucho, todo fue felicidad hasta llegar a la estación de Amarillo porque ya el cansancio se notaba bastante pero seguimos adelante, con una sombre improvisada en la silla de mi hijo y el con ganas de dormirse seguimos el camino ya por el km., 40.
Ya en los últimos kilómetros mi hijo de 9 años le costaba mantener el ritmo, pero haciendo equipo logramos seguir adelante ya con mi hijo pequeño dormido y tuvimos que hacer varias paradas para hacer de su sueño lo más confortable posible.
Después de varios kilómetros a la vista la estación de Cuisillos, todos nos llenamos de alegría, sentíamos que estábamos en la recta final de una competencia importante, fuimos de los últimos en llegar pero logramos llegar, mis hijos se les veía la cara de satisfacción y en ese momento les recordamos que fueron de casi 60 km su recorrido.
Me dio un gusto enorme, me llene de orgullo al ver lo que mi esposa e hijos habíamos conseguido.
Agradezco a mis amigos de Cámara Rodante que en todo momento se preocuparon por nosotros, e hicieron posible este logro familiar.
Héctor Bueno y Familia.
Cámara Rodante
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