Hace 1 año que rodé por primera vez con Cámara Rodante y tenía que festejar cómo se debe, rodando. En esta ocasión la rodada fue publicada antes de lo acostumbrado y para mi fortuna venía la leyenda esperada: "rodada para novatos e intermedios" ya que sigo siendo novato jeje. Una vez leída la convocatoria, hice lo que todo hombre casado debe hacer, pedir permiso, así es, tal cual lo dice “Blue” de la película de Río: "esposa feliz, vida feliz".
Llegó el sábado y a acomodar las cosas para que no se haga tarde al día siguiente. Suena el despertador muy temprano el domingo y con toda la actitud, decidí dormir 5 minutos más. 5 minutos que se convirtieron en 30 y ahora sí a correr para llegar puntual al punto de reunión.
7:02 am llegue a las Fuentes y ahí empezó mi sospecha, pura celebridad “pro” de Cámara Rodante había en el lugar, yo me preguntaba "¿y los novatos?" Salimos en caravana hasta llegar a una tienda de conveniencia con 2 "O" y 2 "X" para realizar una parada técnica.
Ahí hubo oportunidad de saludar a Edgar y Pedro. Reiniciamos el camino todavía en coches hasta llegar a Atemajac de Brizuela, pasando antes por un camino de curvas donde el sol se asomaba de repente para cegar nuestra vista por instantes. Una vez en el crucero se dieron las indicaciones y todos dispuestos a salir. Salí con la tranquilidad de las palabras de Edgar quien dijo: "es una rodada fácil".
Creo que buscaré nuevamente el significado de "fácil" en algún diccionario, pues yo tenía otra idea, jeje. Así inició el camino con una subida, seguida de otra subida, para continuar con otra subida y así durante 18 kms de subidas. A pesar de eso iba disfrutando cada tramo de camino, paisajes increíbles, una lluvia muy peculiar que se mezcla con los sonidos del silencio que la sierra te otorga.
Un campo de pinitos de navidad me deja sorprendido; a mi siempre me dicen que son de Canadá cada diciembre. Lavanda, flores, vacas, encinos, robles, rocas eran testigos íntimos de mi jadeo que ya hacía presente el cansancio.
De pronto los primeros tramos de lodo aparecieron y cobraron factura al quedarme atascado en uno para provocar que me bajara de la bicicleta sumergiendo ambos pies en el fango. Salí, miré mis tenis y pensé: "vaya manera de pertenecer a Pies Negros" al mismo tiempo que soltaba una carcajada. Seguían las subidas.
De pronto alcance a ver el grupo que iba delante y empezamos a bajar por un sendero. Cuál fue la sorpresa cuando caímos en una especie de pantano donde el agua llegaba un poco más arriba de mis rodillas.
Por fin llegamos a una pequeña casita donde había una olla encima de la leña que nos brindó calor que mucha falta hacía. Pase al interior de la casa y estaba todo un banquete esperándonos, es increíble la riqueza como seres humanos que tienen muchas personas como ellos.
Una canela caliente hizo volver mi alma al cuerpo. Tacos de guisado y frijoles en tortilla recién hecha con el sabor que solo la humildad puede poner de aderezo, en verdad no hay palabras para agradecer todas las atenciones que tuvieron con nosotros.
Iniciamos el regreso el cual se tenía planeado para los novatos que fuera por donde mismo, sin embargo, por lo complicado del terreno a raíz de las lluvias, Edgar decidió no exponernos a los novatos y se cambió la ruta por una más segura, se agradece el gesto de estar al pendiente de todos.
Ya de vuelta, otra subida más igual de intensa que las anteriores, prácticamente la tuve que subir caminando toda, ya que mis piernas ya no respondían. Una vez en la cima, ahora sí a bajar se ha dicho. Llegamos a Juanacatlán para tomar la carretera de regreso a Atemajac.
Veo la hora y solo pienso en que le había dicho a mi esposa que regresaría como a eso de las 2:00 pm "como siempre", ya eran las 5:00 pm, aún sigo lavando los trastes de la semana al escribir esta crónica, jaja.
Una Rodada Épica con gente humilde económicamente pero con una gran RIQUEZA como seres humanos, no hubo mejor manera de celebrar mi primer año con Cámara Rodante.
Por Antonio Valdivia
Cámara Rodante
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