COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

domingo, 11 de febrero de 2018

"RODANDO AL MUELLE DE SAN BLAS" POR CINDA LUZ

Se acuerdan de la canción del Muelle de San Blas, de Maná? Bueno, pues resulta que la “loca” del muelle de San Blas sí existió!!, se llamó Rebeca Méndez y de hecho tiene pocos años que falleció

 

Bueno, dato cultural aparte, pero es que cuando viajas y más si andas en bicicleta, se viven y se aprenden tantas cosas… bueno, ay! pero ¿Por dónde empiezo?

Bueno, pues mejor por el principio, y es que desde que vi la publicación del viaje, ya estaba ansiosa por ir. No sabía si mis amigas iban a ir también, así que le pedí a Pepe (mi novio) me acompañara (él no suele rodar, pero a lo mejor esta vez lo convencía jeje). Afortunadamente, unos días antes, Gis (una querida amiga mía) también decidió ir, así que más contenta y ansiosa de que ya empezara el viaje no podía estar.

Llegó el día y desde las 6:30 pm que llegamos, ya nos estaba esperando Edgar, muy atento y amable. Poco a poco fueron llegando más ciclistas y a las 8:00 pm salimos rumbo a Tepic. Después de descansar en el hotel en Tepic, salimos tempranito la mañana del sábado con rumbo a San Blas. Empezando, nos esperaba una subidita de 17 km.


La verdad sí que la sentí pesada, pero con los paisajes que se encontraba uno en el camino, el cansancio se amortiguaba. Lo que no sabía es que la recompensa comenzaba en la cima: un campamento en pleno bosque donde nos sirvieron un desayuno buenísimo y muy reparador.


Después de desayunar con mucha calma, reanudamos el viaje, donde ya sólo nos esperaría pura diversión: entre piedras, arena, agua, asfalto y lodo de casi puras bajadas.


Comenzando desde clima boscoso en la cima, fuimos bajando y se sentían, se veían, se olían los cambios de clima, entre la vegetación y humedad.

Desde estar rodeados por pinos, hasta sembradíos de Yaca y plátano. Una de las partes más impresionantes fue atravesar un cerro a través de una cueva, una cueva un poco obscura donde habitan murciélagos, los cuales al detectar nuestro paso, comenzaron a volar, haciendo una experiencia muy espectacular.


También en otra parte del camino, desde lo alto de un cerro, nos sorprendió una vista espectacular del mar a lo lejos. Otra cosa muy divertida fue que tuvimos que atravesar dos ríos y ambos eran cristalinos. Pero lo más bonito de pasar todos esos lugares, era saberse apoyada por los compañeros que ya estaban esperando, echando porras y cuidando que todos pasáramos sin contratiempos.


También pasamos alguno que otro poblado, donde era necesario conseguir provisiones (un poquito de agua de cebada fermentada, nunca cae mal!).


Después de un poco más de bajada con piedras, lodo y una pequeña caída que tuve, al fin llegamos al hotel, donde encontramos a Pepe, que había tenido una gran aventura y tenía muy poco de haber llegado, también en bici, pues los habían desviado una parte en el camino con todo y camión.

Fue entonces que decidimos seguirnos derecho en bici hasta donde se había quedado el camión para ir por el equipaje (afortunadamente ya no era muy lejos).


Afortunadamente ya sólo fue paseo y el camión pudo llegar solo, pero esa vueltita extra fue también de lo más divertido, pues rodamos en la mera playa, al atardecer, una de las experiencias más bonitas. Y ahora sí, ¡a descansar! Qué más podía pedirle a la vida en ese momento? Sólo podía hacer una cosa, disfrutar de lo que quedaba de la tarde frente al mar.

 

 Al otro día nos pusimos de acuerdo para ir al tour de avistamiento de ballenas, así que desayunamos y llegamos a San Blas.

El mar estaba neblinoso, era un paisaje muy particular y de repente ahí estaba una ballena con su ballenato saltando, el espectáculo fue hermoso.

Yo no podía sacarme de la mente la canción de Maná del Muelle de San Blas, siempre me ha gustado mucho esa canción, así que esa era la ocasión para irme a tomar la foto. Al fin lo conseguí y seguimos el camino.

Terminando el avistamiento de ballenas, nos reunimos con los demás para ir a La Tovara, que es un paseo por el manglar donde pudimos observar cocodrilos, tortugas, aves y patos. De ahí subimos a un antiguo fuerte, desde donde se tiene una vista muy impresionante a toda la costa cercana a San Blas, todo muy recomendable!

El último día con toda tranquilidad recorrimos la playa, tomamos algunas fotos y nos alistamos para partir. En el ambiente se sentía pura buena vibra, la tranquilidad y calma que te da el haber llegado hasta allá en bici.

Los que de inicio eran desconocidos, ahora eran compañeros e íbamos cotorreando.

Por mi parte, en el camino de regreso, mi mente al mismo tiempo hacía un recuento de momentos bonitos de mi vida, que es lo que me deja andar en bici.

Desde cuando hace años, cuando era niña y acompañaba a mi papá en bici para ir por leche a los establos allá por Chapulco en Puebla, hasta cuando pedaleaba lo más rápido posible para llegar a clase allá en Cuernavaca, Morelos.


Una buena historia más en bici, y espero muchas más!

Gracias Cámara Rodante por ayudarme a construir más historias.

Hasta la próxima.

Cinda Luz
Cámara Rodante

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