COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

jueves, 1 de agosto de 2013

RODADA POR LOS PAISAJES DE TANGAMANDAPIO... CRÓNICA DE ENRIQUE RAMÍREZ.


Pues se llegó el dia y ya estaban maletas hechas y solo me faltaban llantas para mi bici para tener buen agarre por los caminos de Santiago Tangamandapio sin que se me patinara mi bici, pero como el tiempo apretó a la salida las coloqué sobre el ravk y en cima las bicis, y pensé pues allá las cambio. Subimos familia, maletas, bici y nos fuimos por el anfitrión p’a darle un aventón, y tomar camino a Michoacán. Después de comunicarnos con nuestros compañeros que saldrían por otra ruta y hasta el momento todo bien. Pero como siempre me pasa en Zamora no tome el libramiento y terminamos circulando en un barrio oscurón para poder regresar al libramiento después de perder varios minutos valiosos. Llegamos ya oscureciendo al famoso poblado, bajamos maletas y comenzamos a instalarnos cuando llegaron nuestros compañeros y salimos a recibirlos. Después de bajar equipaje nos lanzamos a guardar los carros y las bicis a otra casa pues donde llegamos la calle es muy angosta y para que tuvieran major resguardo.


Después de dejar los carros al pasar cerca de la plaza había mucha vendimia de artesanía y cosas nada típicas de la localidad pues acababa de pasar la fiesta Grande del Patrono del Pueblo Santo Santiago, así que todavía se sentía la algarabía y el ambiente de fiesta, llegamos a una tienda donde atiende el cartero del pueblo (y no se llama Jaimito), y nos encontramos con su hijo a quien le pedimos el favor que fuera nuestro guía. Ricardo Escobar con gusto acepto y quedamos de vernos al día siguiente por la mañana en su casa para partir, pero mientras dimos una vuelta por el kiosko pues el hambre apretaba y fuimos a buscar que cenar, y que por la hora no había mucho de donde escoger pero lo poco que encontramos muy bien servido, rico y lo mejor de todo barato, ya listos para ir adormir, no antes de hidratarnos con bebidas espirituosas. Pero también el cansancio apretaba asi que a dormir.


Amanecía y nos dimos a la tarea de levantarnos para primero buscar un café, el cual no encontramos en la plaza y tuvimos que buscar en la carretera, dejamos recado a la familia que se quedó disfrutando del sueño y la camita y arrancamos por las bicis los que teniamos que cambiar llantas y armar las desarmadas, con bicis listas nos fuimos por el guía para iniciar rodada.

 

Iniciamos recorrido con una Buena subida saliendo del pueblo y agarrando carretera con rumbo al “Cerezo” cuando a los 5 km aproximadamente se me poncha la llanta de atras, hicimos alto y al revisarla vimos que se despegó un parche Viejo asi que opté por cambiar cámara, hecho el arreglo arrancamos de nuevo todavía en subida.


Pasamos “El Cerezo” y tomando terracería nos dirigimos a “Los Hucuares” en donde nuestro buen guía Ricardo nos dijo: “por aquí el camino es fácil pero largo, y por acá corto y divertido” po’s le dijimos corto y divertido a lo que contestó “eso me gusta, vamos esta probado que se puede subir..” y asi le dimos por unas trepadas un poco duras pero muy padres las cuales pues si, me tuve que bajar casi a la mitad, ni modo a veces no se puede.


Despues nos dirijimos a “Las Estacas” ya por un camino bastante maciso de barro y que solo tenía unos cuantos charcos que si hubiera llovido aquello hubiera sido un lodazal.

 

En camino parejo y bonito pasamos por unas alamedas para dirijirnos hacia “El Guayabo” por un camino de antigüas vías de tren de las cuales ya solo quedan trozos de Madera de los durmientes y que estaba lleno de grava, para conocer “La Alcantarilla”.


Rodamos por un camino muy bonito con mucha vegetación todo verde y con unas vistas panorámicas a los campos y lagunas de la zona, bastante hermosas, cuando el guía nos dijo “aquí” dejamos las bicis en el camino y bajamos un barranquito a pie para llegar a “La Alcantarilla” que viene siendo un tunel de piedra bastante antigüo que se hizo para que el ferrocarril circulara por arriba pues por allí habia un arroyo que ahora esta seco pero que cuando llueve imagino que corre bonito el agua por allí.

 

Salimos del lugar y al subir el pequeño barranco se escucha un buen costalazo y me doy cuenta de que obstruía mi camino el Buen Carlos Ibarra que resbaló con el barro y cayó atorándose entre las piedras dándo se un buen golpe en varias partes del cuerpo, y de los cuales las huellas de esa caida saltaban a la vista, despues de lavarle un poco y colocarle medicamento aunado a unos gritos de dolor, seguimos el camino hacia el nacimiento de agüa llamado Cindio.


Despues de una bajada bastante divertida y despues de varios ponchados (entre ellos Lino aunque usted no lo crea) y Carlos que estrenó su bici con una Buena ponchada también, llegamos a la tan mensionada alberca en “Cindio” un lugar muy bonito para descansar, aproveché para enjuagar mi ánfora, llenarla de agua del manantial e iniciar el retorno. Despues de reparar un par de ponchaduras nos levantamos, y como se dice en la montaña “Todo lo que bajas tienes que subir y viceversa” iniciamos el retorno con una Buena trepada la cual fué trubncada por la ruptura de la pata de mi desviador, tratamos de buscar una sombrita para hacer la revision pero estaba ocupada por demasiado estiércol de vaca asi que Don Lino hizo maravillas como siempre en pleno sol, hecha la reparacación seguimos rodando.


Ya pasando el Guayabo despues de unas buenas subidas al cerro, agarramos camino hacia Churintzio , para despues tomar camino hacia Tangamandapio. Tomamos una carretera desde la que se veía allá abajo el tunnel de La Alcantarilla y pensé “todo eso subimos chale…” el sol ya comenzaba a hacer estragos, asi que todo lo que fuera descenso era un descanso disfrutable como el de esa carretera donde se registró una velocidad máxima de 67 km/h


Después de un recorrido de 47.5 km llegamos a nuestro destino (el cual yo no creía ) pues me sentía muy cansado, y pues si, llegamos nos dirijimos a la casa para llegar por nuestras familias, para irnos a comer, las enconramos en la plaza y nos fuimos a los “Pollos de Sabores”, unos pollos asados al carbon deliciosos, en el camino me sentí un poco descompensado y tuve que llegar por u suero para hidratarme, el cual me regresó el alma al cuerpo.


Despues de comer los ricos pollos y beber refrescos de cebada nos fuimos a bañar (no sin antes batallar con la pichancha del aljibe, que no quería subir agua al tinaco) para pasear por el pueblo y subir a “La Cruz” para ver el atardecer, y asi ver los crepúsculos arrebolados de los que tanto hablaba Jaimito el Cartero.


Cenamos en la plaza (ahora si con bastante variedad), paseamos y vimos chucheras en los puestitos y algunos aventurados se sibieron a la rueda de la fortuna, de la cual por gracia divina bajaron vivos.

 

Nos fuimos a dormir para levantarnos a los pajaretes el domigo, a mi la cama no me dejó la verdad y como a mi la leche bronca no me cae pues no le hice mucha lucha a levantarme, Carlos, Mayester Lino y Oswaldo se lanzaron a la ordeña, donde se la pasaron de lujo.


A su regreso nos dirijimos a desayunar para hacer las útimas compras e iniciar el regreso a Guadalajara.


Despues de vover a subir familia, maletas, bicis y recuerditos, entre elos un rico yogurth, chongos, chile molido, pan, etc. iniciamos el retorno en caravana hacia Guadalajara por via libre y disfrutar de la vista del Lago de Chapala que aunque con menos agua de este lado todavía luce majestuoso.


Muchas Gracias a todos por su compañía: Don Lino, su esposa, Oswaldo su hijo y su preciosa hija, Omar y Caro, Mayester, Carlos, a mis hijas y mi esposa por acompañarme en esta aventura, a Ricardo nuestro guía por llevarnos por esta padre ruta y a la familia de Carlos que donde nos encontraba, nos recibia con una sonrisa y a su tio que los llevó a la ordeña.


Y para los que todavía se lo preguntan…. Sí, Tangamandapio si existe. Nos vemos en la próxima y esperamos volver pronto!

Crónica de Enrique Ramírez 
Cámara Rodante

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