PEQUEÑO GIGANTE CONQUISTANDO LA TORRE 2... CRÓNICA DE JAIRO GIOVANI MEDINA

Era jueves cuando mi papá me dijo por la noche que Cámara Rodante iba a rodar a la primavera, y yo respondí que estaba listo para ir con él, pero me platicó el recorrido comenzando en el parque alcalde hasta torre 2 y se quedó callado por un momento y me dijo: si quieres ir, lo mejor será que los alcancemos en postes.

Llegó el sábado por la noche y comenzamos a preparar las bicicletas y nuestra ropa. Yo colgué mi uniforme de ciclista junto a mi cama, a lado mis tenis... y a dormir se a dicho para levantarme temprano. La noche se me hizo corta y de repente ya me estaban llamando... ¡hijo, hijo, hey! ¿vas ir a pedalear? y no contesté, me levanté de un salto comenzando a quitarme la pijama y a ponerme mis lycras... en 10 minutos ya estaba listo, salimos de la recamara bajando hasta la sala donde estaba mi bici nueva con solo tres rodadas de uso. Mi papi comenzó a subir nuestras biclas sobre la parrilla del super vocho, me despedí de mamá y... ¡y ahí vamos! rumbo al cerro por segunda vez. En el camino rezamos y pedimos que todo nos salga bien.

Llegamos a postes y nos encontramos a Jorge Gandarilla y a Mateo Lee, dos amigos de mi papá. Mateo estaba estrenando sus pedales de contacto y nos decía que no podía enganchar sus zapatos y después de un buen rato de buscar el por que no podía, él mismo se dio cuenta que traía las grapas con la cara al revés,...jajajaja por eso no enganchaban, nos reímos los cuatro y en eso comenzaron a llegar el grupo que inició desde el parque alcalde, entre ellos don chuy -a quien le dicen el maromas- todo empapado de sudor y listo para subir a la torre dos, ¡que ejemplo de señor!


Después de un rato Hugo tomó la palabra y dijo ¡la foto, la foto! Nos acomodamos para posar en grupo y después dieron la orden de salida. Comenzamos a subir, por primera vez supe lo que era el famoso 8 1/2, mi papá ya me había traído al bosque pero entramos por la cebada así que no me costo trabajo irme a la punta con Pepe quien fue el guía de la rodada dejando a todos atrás...

Ya arriba, a un lado de los guajolotes, el grupo se volvió a reagrupar uno a uno. Vinieron las indicaciones y de nuevo otra foto, posamos para unas cuantas tomas de nuestro fotógrafo encargado “Hugo” y nuevamente dijeron ¡vámonos! Tomé la delantera junto con Pepe hasta llegar al entronque que nos llevaría a nuestra meta, hasta ahí todo bien, ya adentrados en el campo y a unos metros después de cruzar la reja blanca, mi papá me decía: hey, hey, echa tu cuerpo hacia atrás! para que no te caigas y yo le contesté, papi no te preocupes que todo está bien, yo me sé cuidar solo, y en eso él se adelanto cuando en menos de un parpadear la bicicleta se me derrapó en la tierra suelta, me di una maroma y me raspe la rodilla izquierda, ya no mas escuche: ¡Que hubo! ¿que pasó?... Mmm! me acordé la famosa frase: “Hijo! Solo hay dos tipo de ciclistas, los que se caen y los que todavía no”... pues ya que!!

Una vez montado de nuevo en la bicicleta, me empecé a dar cuenta que venía lo interesante del paseo, la subida... la primera la trepé fácil, fueron tres o cuatro curvitas sin problema, luego se empezaron a venir mas de ellas con subidas que me tuve que bajar de la bicla muchas veces... Hugo siempre nos estuvo esperando y me daba ánimo par seguir adelante, hasta ya para llegar mi papá me dijo: ¡Ayo, ahí viene una trepada pesada, no sueltes el paso! Pero no pude, me volví a bajar mientras él subía y subía sin dejar de pedalear y me gritó: ¡con calma Ayo, tomate tu tiempo! Y yo le dije: ya no puedo más, mejor hay que regresar, pero me dijo: ¡no, no, no! ¿como crees? ¿te vas a ir sin conocer la torre dos? ¡ánimo, yo te ayudo a subir tu bici que ya falta muy poco!

En eso venían bajando un grupo de ciclistas y nos gritaron: ¡Ya llegaron, vamos, vamos! Así que ahí vamos, me monté de nuevo y a unos metros mas adelante ya nos estaban esperando de nuevo Hugo y cuatro compañeros de cámara. Continuamos rodando y tomamos un atajo para llegar mas rápido y gritaron: ¡hey, ahí está la torre! por fin llegamos... descansamos unos momentos mientras que todos platicaban de la comida que se está organizando para el próximo domingo, y yo feliz disfrutando lo que veía a mi alrededor.

Llegó el momento de regresar, los consejos de papá no se dejaron esperar: El descenso es de cuidado y hay que echar las nalguitas pa'tras, mucho cuidado con los surcos y no te orilles que los barrancos están muy hondos, tu dale despacio... bajamos y fue muy divertido disfrutar del camino, mi papá de nuevo me decía: ¡lo estás haciendo muy bien! Y varios me gritaban ¡Vamos campeón, vamos campeón!

Por fin llegamos a postes, subimos las bicis al carro y alcanzamos al grupo en la tiendita, nos tomamos un refresco y una botana mientras los demás se “hidrataban” y me decían: tu no te fijes en lo que estamos tomando, tu sigue el camino de ciclista! Mi papá se sonrío y me cerro un ojo...

Estuvimos no mas de media hora y comenzaron a llegar las despedidas de los que todavía se iban ir rodando hasta el parque... 60 km. Aproximadamente era el total de la rodada para ellos !que padre! Cuando sea grande quiero ser como ellos... claro que ya para cuando llegue ese momento, también me voy a poder hidratar como lo hicieron.... jajajajajaja

Bueno llegó la despedida por lo que agradezco a este maravilloso grupo que me ha recibido con los brazos abiertos, y con sus palabras de aliento y buen trato.

¡Gracias Cámara Rodante! y a ti papá por permitirme acompañarte y disfrutar de los paseos con gente agradable.

Jairo Giovani Medina V. 
Cámara Rodante