Una fría mañana de domingo en las calles del barrio del Santuario se reunió un grupo de ciclistas: Cámara Rodante, con sus playeras bien puestas de los equipos de sus amores: Atlas y Chivas.
Ese domingo 17 de mayo me levanté muy temprano (6:00am) de mi cama con las lagañas que como a todos nos salen al madrugar. Me empecé a poner mi short, seguido de un pans por el frío, después me puse una camisa de manga larga y la camisa de manga corta de mis amores Las Chivas.
Me levante de la cama, fui a la alacena y tome los suministros necesarios para rodar y me bañe en bloqueador, cuando de repente suena el ruido de la puerta y era mi tío Carlos con la playera más amarga del mundo (la del Atlas). Me despedí de mi abuelita y como es costumbre me dio la bendición para un buen camino.
Salimos del barrio del Santuario, el frio era pegador y más al sentir el viento en la cara, llegamos al Parque del Refugio muy puntuales (6:50) y como es costumbre no había nadie, así que nos sentamos en una bardita hasta que llegaron todos, se hizo la hora de partir, nos acomodamos para la foto más clásica (Chivas-Atlas), y preparamos nuestros guantes, radios, casco, etc.
Salimos por la avenida de Federalismo, cruzamos varias calles con velocidad, a buen ritmo, y yo iba en la parte de adelante con un muchacho que era chino hasta llegar a Prolongación Mariano Otero, a la entrada del Bosque La Primavera, o mejor conocido por los ciclistas ”Lo Postes”.
Como yo sentía calor me quite mi pants, unos momentos después llego una fotógrafa y nos tomó fotos a los que traíamos camisa de nuestro equipo favorito, se hizo la hora de partir y nos fuimos rumbo a la montaña.
Yo iba liderando hasta llegar al punto de reunión llamado (8 ½ )mientras llegaban los demás yo fui a ver las vacas y los guajolotes, lo admito me recordó a muchas personas. Cuando llegaron todos continuamos nuestro recorrido.
El camino estaba muy deslavado, le ponía toda la galleta hasta que tenía que llegar a una parte que me tenía que bajar y empujar la bici porque el camino estaba muy mal y de repente un ciclista muy fresa y muy bien equipado se paró y al intentar bajarse se calló al vacío y yo asustado solté mi bici y trate de auxiliarlo, le pregunte como estaba y un momento después le ayude a subir, cuando vi que estaba bien continúe mi recorrido y un poco cansado llegue hasta la torre 2.
Ya en la Torre 2 me tome fotos con los que traían camisa de otros equipos, duramos un rato a que llegaran los demás compañeros para continuar el regreso.
Poco a poco íbamos bajando de regreso con mucho cuidado pues era mas complicado el descenso. Cuando termine de bajar y llegué a postes, enseguida me fui a la tiendita, un lugar donde hay sombrillas y venden bebidas refrescantes. En el lugar solo quedábamos 6 personas y al llegar al barrio del Santuario solo quedamos dos, mi tío y yo.
Llegue a casa de mi abuelita y muy de prisa me bañé y comimos unos sándwiches, que nos preparó mi abuelita con mucho cariño. Sali al estadio, para ver el clásico de Atlas vs Chivas, en compañía de mi hermano Adrían, mi papá y un primo. Mi tío Carlos con otros tíos y mi primo Manuel se fueron a ver el partido en Beeercleta.
Llegamos al estadio y seguimos los filtros de seguridad hasta que buscamos lugares, cuando empezó el partido yo le narre a mi papá el primer tiempo, él se puso muy triste al saber cómo quedo el resultado(4-1), en cambio yo muy contento de que mi equipo pasara a semifinales. Cuando empezaron los conflictos en el estadio decidimos salirnos por precaución y tomamos el camión, enseguida el tren que nos dejó cerca de la casa y al llegar mi mamá ya nos esperaba para descansar.
Está rodada fue una de las mejores que he tenido porque viví muchas cosas que asustan pero otras que jamás se olvidarán y más porque ganó el equipo de mis amores las Chivas.
Crónica por Omar Loera Ibarra
Cámara Rodante
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