COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

martes, 8 de marzo de 2016

"SENSACIONAL RODADA POR EL BOSQUE LA PRIMAVERA..." CRÓNICA DE CECILIA ODETTE


Hace poco más de 4 meses mi esposo y yo compramos nuestras primeras bicis juntos, a él siempre le han gustado mucho desde antes que entrara en la universidad; cuando finalmente nos las entregaron el comenzó a buscar actividades en grupos y recomendaciones por Facebook, notábamos siempre que un grupo local destacaba sobre los demás, con rodadas muy padres y súper interesantes “CÁMARA RODANTE”. Que buena combinación, dije yo, pues a mi esposo le fascina tomar fotografías y pasear en bicicleta, mientras que a mí me gusta pasear y disfrutar de los paisajes.

Lamentablemente una de las primeras rodadas del año de Camara Rodante fue a los Guachimontones y por uno u otro motivo no tuvimos la oportunidad de acompañarlos, digo lamentablemente porque nos hubiera encantado asistir a esa rodada, finalmente este fin de semana todo se acomodó para unirnos al grupo.


Y todo comenzó el lunes, con las palabras de mi esposo “!El domingo vamos a ir a rodar con Cámara Rodante!”, note su gran sonrisa y de inmediato me llene de emoción, pues siempre nuestras salidas habían sido en la ciudad, y ahora finalmente saldríamos al bosque de la primavera. La invitación de Facebook indicaba un poco sobre la ruta que tomarían y según el plan pasarían cerca de nuestra casa, mi esposo y yo dijimos, esto será mucho más sencillo pues estábamos a un par de cuadras de la ruta, aun así teníamos la inquietud de si era posible unirnos al grupo después del punto de partida, entonces decidimos marcar al teléfono de la invitación; un chavo de este grupo súper amable llamado James Tomcat nos contestó y nos dijo que con gusto podíamos unirnos a ellos en Mariano Otero que otras personas se unirían ahí y otras un poco más adelante; él desde el principio fue súper atento con nosotros, nos dijo la hora aproximada en que pasarían y lo que requeríamos para el camino.

Total nuestra motivación estaba al 100%, tanto así que el sábado y en esa misma tarde yo leía acerca de cómo recarga nuestra reserva de glucógeno para poder estar al nivel del grupo, pues por lo menos los 50 kilómetros que recorreríamos eran demandantes, total nuestra mejor opción según las sugerencias y la disponibilidad fue una bolsa de arándanos deshidratados y un par de alegrías, con el miedo y la incertidumbre de no ir a aguantar, esa noche, nos dormimos temprano y solo pedimos con agradecimiento a que todo fuera bien al siguiente día sin ningún percance o retraso, no lo sé pero a veces creo que Dios hace todo lo posible por que el viento sople a nuestro favor.


La mañana llego y rápidamente nos enlistamos con nuestras bicicletas para estar puntual a la hora sugerida por James, ahí estuvimos con muchas ansias y emoción esperando por donde pasaría el pelotón, fue entonces que llego un mensaje al celular de mi esposo, era un amigo y compañero del trabajo de mi esposo (Alex) que también asistiría por primera vez al grupo pero en su lugar el sí comenzaría desde el punto de partida, en el mensaje decía que llegarían un poco tarde pues a alguien del grupo se le había ponchado una llanta y estaban intentando repárala.

Estuvimos ahí 30 min más, pasando el tiempo y en lo lejos se veía un grupo de ciclistas que venían con buena velocidad, en principio pensé que se trataban de ciclistas que se unirían a la vía recreativa pues era domingo, rápidamente me dijo mi esposo “!Lista amor que ya vienen para acá!”. Ellos pasaron e inmediatamente se disculparon por la tardanza, nos unimos al grupo en nuestras Bicis y empezamos nuestra aventura junto con la pendiente por Mariano Otero.

Casi al llegar a la entrada de la primavera por la ciclopista nos empezó a dar mucha sed así que mi esposo le pregunto a James si habría un punto de descanso y alguna tienda más adelante para comprar agua, pues lamentablemente no traíamos agua porque nuestra bicicletas no tienen forma de adaptarle un porta ánforas y tampoco traíamos mochila o camell back, el asintió y nos explicó que si casi llegando hay muchos puestos de reabastecimiento y que seguramente ahí encontraríamos algo para adaptarle a las bicicletas, llegando a ese punto James nos acompañó a 2 puestos en uno de ellos no tenían porta ánforas y en el otro si tenían pero el problema era nuestras bicicletas, no tenían perforaciones para fijar los tornillos.

Dadas las circunstancias, no había otra forma de cargar el agua más que comprar un tipo mini camell back. James ayudo a mi esposo a comprarla, llenarla y como solo le cabía 1 lt él amablemente nos ayudó a cargar otro litro más en su mochila. Para entonces el tiempo había pasado y el grupo ya había partido rumbo al 8 1/2 con Carlos como líder junto con los demás.

Ya resuelto el problema del agua, James nos preguntó si habíamos estado anteriormente en montaña, por lo que los dos sin titubear le dijimos que no, que era nuestra primera ida a la primavera o cualquier tipo de tierra que se le pareciese a una montaña.

Entonces comenzamos a avanzar por la cuesta súper empinada llena de empedrado; ahí James nos iba diciendo como hacer los cambios, frenos, posición de pedales, asiento, por donde pasar mientras hay tráfico y demás; seguramente todo principiante debería saber eso pues la diferencia de hacerlo bien es abismal. Con el esfuerzo, motivación, apoyo e indicaciones finalmente logramos subir y ahí estaba el equipo esperando por nosotros para tomarnos una foto grupal en medio de pavorreales y uno que otro caballo.


Si me preguntas, claro que sientes el cansancio, a veces crees que no es posible llegar o un poco de miedo en las subidas llenas de tierra suelta, pero sé que la libertad que se siente, la naturaleza a tu alrededor y el conjunto de experiencias son más fuertes que todo lo que te pueda detener a no hacerlo.
 

Nos incorporamos y partimos nuevamente por la terracería, esta vez era un poco menos pesada la subida y ya sin empedrado, poco después llegamos a un restaurante, que para mí fue un tanto mágico, en medio del bosque el cual se llamaba “la estación de la bicicleta” de nuevo ahí todos súper amables nos hacían sentirnos como parte del grupo, en ese lugarcito nos tomamos un café para agarrar un poco de energía, un par de fotos más y a seguir pedaleando.


Entre bajadas bastante rápidas que parecía como si me estuviera deslizando en esquíes pues a veces se sentía como que se derrapara la llanta trasera, pero sentía la adrenalina mesclado con el hermoso olor de esos pinos; de eso pasamos a llegar al famoso kínder, donde mi esposo me dijo que algún día todo ese terreno “no iba a ser nuestro”, creo que se refirió al famoso comercial jeje. La verdad pensándolo bien no sé por qué le dicen Kínder, aunque está muy bonito, para mi seria como la preparatoria, pues un montón de piedras en medio de la vereda con sur respectivas subidas y bajadas. Más delante, Llegamos a unos árboles para descansar y reabastecernos, donde también platicamos un poco con el grupo y porque no, una que otra foto más.


Nos preguntaron a todos por donde nos queríamos regresar, si por el sol o por la sombra, y dado la opción y el cansancio que ya traíamos pues decidimos irnos por la sobra “La Hermosísima”.

Empezamos nuevamente con una que otra bajada por senderos estrechos para después entrar a una subida donde para nuestro nivel era un poco pesado, pero no le quitaba lo divertido, aqui en ocasiones tuvimos que bajarnos de la bicicleta y recorrerlo caminando.


Llegamos a el camino principal de terracería y nos reagrupamos nuevamente, como cada uno traía su ritmo nos esperamos unos minutos a que estuviéramos todos juntos. En eso se escucha una voz por radio donde uno de los integrantes no se podía bajar de la hermosísima, era una de nuestras compañeras, rápidamente el niño de nuestro grupo (no recuerdo su nombre) fue a pedir auxilio a “la estación bicicleta” para que mandaran una camioneta y finalmente poder transportar a nuestra compañera, por fortuna no fue nada grabe solo fue un susto y un poco de nervios lo que le impidió bajar.

 Los líderes nos pidieron que nos adelantáramos y que fuéramos bajando por el empedrado, mismo lugar por donde subimos y que al llegar a la ciclo pista, poco después íbamos a ver una tienda del lado derecho y que ahí nos esperáramos para comer y beber algo.

Y empezamos nuevamente con las emocionantes bajadas, aunque era de empedrado en esta ocasión se sentía bastante la emoción, muchos de nuestros compañeros se fueron demasiado rápido y se les escuchaba pasar entre el sonido que hacían las llantas al tocar las piedras.


Llegamos a la tiendita en la que todo está delicioso, me comentaban nuestros compañeros que no se sabe en si porque esta tan rico este lugar, decían quizá por el hambre que tienes al bajar de la montaña. Duramos ahí un ratito, conviviendo, descansando y compartiendo entre cervezas y botanas.


Y lo más triste llego “El fin del paseo”, pero de triste no tuvo nada debido a la alegría que dejo en nuestros recuerdos y el cansancio extremo acompañado por una gran sonrisa.



Gracias Cámara Rodante por darnos la oportunidad de compartir esta experiencia con ustedes y todo su apoyo, la felicidad se compone de instantes y para mi y mi esposo este fue uno de ellos. 

Esperamos poder acompañarlos pronto!!

Crónica de Cecilia Odette
Cámara Rodante

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