Por fin llegó el fin de semana después de una laaaarga, muy larga semana, en la que pensaba constantemente como estaría? Tratando de imaginar la fabulosa ruta que publicó Cámara Rodante: “A RODAR AL BOSQUE LA PRIMAVERA DESDE EL CENTRO, ¿ACEPTAS EL RETO?” inmediatamente dije “sí”, por supuesto que acepto el reto. Después de escuchar tan mencionadas rutas en la primavera, por fin se presenta.
Debo de confesar que me sentí un poco ansiosa al pensar que no pudiera terminar la rodada, pero los comentarios de mi amigo y guía, Juan de Dios García, taladraban en mi mente: “olor a bosque”, “aire puro”, “rodar después de una lluvia es lo mejor”, y mi ansiedad crecía deseando que se hicieran las 7:00 am del domingo 10 de junio.
Llegó el sábado y amanecí enferma, un fuerte dolor de estómago, vómito y dolor en todo el cuerpo, frustrada me sentí al pensar: “tanto esperabas el fin de semana y no poder ir”, descansé todo el sábado tratando de recuperarme tomando todo lo que me daban, que el té, que la sobada, que el suero, las pastillas, todo, porque eso no podía arruinar mi rodada ¡no podía!. Mi amiga Claudia Mendoza me decía constantemente: “no me vayas a salir con tus cosas, tenemos que ir”, pues más me frustraba.
Descansada y sin pensar en lo sucedido, timbra la alarma de mi cel., eran las 5:00 am, me levanté a bañar, arreglarme, tomé mis cosas y salí hacia la casa de mi amiga, colocamos nuestras bicicletas en el rack y partimos hacia El Refugio, donde nuestros compañeros y amigos nos esperaban, para dar las indicaciones. El dolor de estómago? vómito? dolor de cuerpo? Mejor que inicie la aventura a rodar se ha dicho!!!!
El camino inició en el Parque El Refugio, donde todos partimos hacia la meta que era La Primavera, el clima muy agradable, el camino tranquilo disfrutando de la rodada urbana, tomamos Federalismo, para incorporarnos a la Vía Recreactiva, que nos llevó hasta Mariano Otero; cruzamos Periférico, donde poco a poco se va sintiendo el rigor de la subida, pero seguía el clima agradable el aire puro, fresco, iniciaba olor a pino, mi emoción y certidumbre crecían, por fin llegamos a Postes donde el bosque nos da la bienvenida por primera vez.
Al llegar a Postes descansamos un poco, mientras nos daban las indicaciones del camino que tomaríamos para llegar “al Kinder”, así como consejos y técnicas a seguir para llegar al destino sin complicaciones, nos preparamos y nos dan la señal nuestros guías para continuar con la aventura, haciendo mención que nuestra primera parada sería “el 8 ½”.
Subida y más subida donde en un momento me pregunté a mi misma: “¿es que las subidas en que momento terminan?”, disfrutando de la naturaleza donde nos ofrecía hermosos paisajes, diversidad de árboles, arbustos, pinos y las montañas que en ningún momento desaparecen, entre la plática con mi amiga y compañera de rodada Claudia, llegamos a nuestro primer objetivo, “el 8 1/2“,donde nos esperaban parte del grupo para nuestra foto oficial.
El gusto por el seguir rodando, conocer más del hermoso bosque iba en aumento (aunque las subidas seguían y seguían), pero eso no era obstáculo por seguir conviviendo con la naturaleza y seguir haciendo lo que de un tiempo para acá se ha vuelto mi pasión “rodar” y a su vez conocer las maravillas que nos ofrece nuestro propio país. Seguimos con la aventura, el segundo objetivo fue la Estación Bicicleta, donde aprovechamos la parada para tomarnos un jugo de naranja,estirar las piernas y agarrar fuerzas para seguir con nuestro camino.
Nuestro tercer objetivo, “el Kinder”, el famosísimo Kínder, la aventura aún no termina y las sorpresas seguían, aunque las piernas las sentía de acero, mi emoción no terminaba y seguí pedaleando con singular alegría, convencida totalmente que tenía que seguir, por fin la entrada triunfal a nuestro objetivo inicial.
Donde llegamos, dejamos a un lado nuestras bicicletas para disfrutar del fabuloso lugar donde aún seguía ofreciendo un clima excelente. Entre la plática con nuestros compañeros de rodada, las risas y experiencias de cada uno descansamos; seguimos hidratandonos que esto no puede faltar en toda la rodada, comimos un poco de la fruta que cada quien llevaba, semillas y frutos rojos nuestro snack de energía para el regreso.
¡La aventura aún no termina! El regreso nos esperaba por el “camino ancho”; contenta por el recorrido y sobre todo pensando: “por fin terminaron las subidas”, quedaban unas cuentas pero ya muy pocas. Va la segunda parte interesante de todo esto, “la bajada”, esa adrenalina que se siente el descender a una velocidad considerable, el aire en el rostro, en todo momento concentrada en el camino para no sufrir un percance y seguir disfrutando de tan agradable experiencia, nuestro objetivo final era el regreso a Postes para seguir con la misma ruta y llegar al inicio que ahora sería la meta.
Muy feliz y satisfecha que me sentía por el recorrido, el haber logrado el objetivo es una sensación fascinante, inicié con una actitud de incertidumbre y al mismo tiempo nerviosismo, el pensar que se me pudiera hacer complicado el camino y no lograrlo, pero he confirmado que uno mismo se hace difícil las cosas todo está en la mente y de la manera en que las puedas ver y percibir, el camino se hace corto, las 4-5 horas que rodamos realmente se hacen polvo y el convivir con mis compañeros, con mi amiga y cómplice de todas las aventuras que siempre pasamos juntas, es lo mejor que me puede pasar en toda la semana, antes no me agradaban tanto los domingos, se me hacían hasta cierto punto aburridos, pero desde que conozco a Cámara Rodante puedo decir que amo los domingos.
Agradecida con nuestros guías y amigos James, Juan de Dios y Paco, que en todo momento están para apoyarnos y animarnos a seguir en el camino, escuchando sus experiencias y aprendiendo de cada uno de ellos, les hago la pregunta de cada semana ¿A dónde iremos la próxima rodada?
Crónica por: Teresa Cañarte
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