COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

jueves, 15 de febrero de 2024

SHOT DE ENDORFINAS MAÑANERAS



A las 5:10 am sonó el despertador, me levanté dudosa de ir, preparé mi café, llegó un compañero al que le daría ride, trepamos las bicis al auto y salimos hacia el punto de reunión para irnos en caravana hacia Arenal, a la Cuarta Rodada de Novatos de Cámara Rodante 2024.


Antes de empezar a rodar me di cuenta que en el grupo estaba Laura (Pepa), una excompañera de la universidad, a quien no veía desde entonces. Me dio mucho gusto coincidir y compartir con ella tramos de la rodada.


Tenía nervios y mucha emoción de volver a rodar después de más de tres años; perdí condición y fuerza en las piernas, mas no las ganas de volver a la bici.



Ya en Los Cantaritos nos equipamos, y cuando estuvimos listos empezamos a rodar rumbo al Castillo, nos tomamos fotos y empezó el recorrido. No sé cuántos éramos, pero se veía padrísimo tanta gente pedaleando y felices de estar ahí en el frío y tan temprano.



Me sorprendí mucho cuando vi a un niño en su mini bici de montaña pedaleando entre todos, eso me animó a ir a mi paso y disfrutar sin sentirme presionada por todos los que me rebasaban. 


Entramos en terrenos donde se veían campos de agaves. Había un olor muy particular, por las destilerías que hay en esa zona, el olor fresco del campo en la mañana, el cielo azul con nubes increíbles, ahí me di cuenta cuanto extrañaba rodar fuera de la ciudad.


Pasamos por varios caminos donde había paisajes hermosos,  como un estanque con patos, maizales. El camino estaba fácil hasta ese momento.


Entramos al bosque de La Primavera y cruzamos el Río Caliente, y ahí empezó la diversión. Muchas bajadas, arena, y las subidas buenas y demandantes. Tenías que controlar los cambios y la bici por la arena que de pronto se volvía casi imposible de cruzar. 




Había varias subidas que me ganaron y las hice caminando, no sabía cuánto nos hacía falta y tampoco quería ‘quemarme’, quería para terminar bien la rodada. Nos detuvimos un rato porque a dos compañeros se les tronó la cadena en la zona de varias subidas.


Paramos donde nos dijeron que apenas estábamos a la mitad de la ruta. Descansamos, nos tomamos fotos con una vista impresionante de lo que queda del bosque. Es impresionante la majestuosidad de la naturaleza en esa zona. Escuchar los pájaros, el viento y el silencio, que ya es difícil de disfrutar en las zonas urbanas.



Seguimos pedaleando y paramos otro rato al lado del río. Parecía que el camino estaría sencillo, pero hubo más tramos con mucha más arena que antes. Veía que pasaban rapidísimo y de pronto uno de ellos salió volando, dio una marometa y ¡suelo! Se le atoró la bici por la arena. Varios se quedaron a auxiliarlo y esperar que estuviera bien para continuar.


En algún momento del camino me tocó pedalear sola, es tan rico y meditativo, que por eso creo que la bici te saca de cualquier tristeza o preocupación.



Cuando nos avisaron que ya estábamos cerca del final, entramos a una subida que se veía interminable y empinadísima, era la famosa ‘Tronadora’. Además de tener que sortear tierra suelta y piedras, no se podía dejar de pedalear, pero no pude más y me bajé de la bici. Entre el solazo que hacía y que las piernas ya no me daban más pensé que no subiría, tampoco era opción quedarme ahí. Muchos lograron subir arriba de la bici. Un día quiero volver a ser como ellos.


Después del sufrimiento, llegamos a un camino ancho y ya veíamos la carretera donde habíamos empezado. No quería que terminara la rodada, pero ya quería descansar.


A las 12:40 estábamos regresando todos. Terminé muy feliz de haber rodado bien, después de tanto tiempo sin pedalear en el bosque.




Confirmo que recorrer el cerro en bici es de lo que más disfruto hacer y que es una buena terapia para llenarte de ganas de vivir. Cargada de endorfinas regresé a casa más que feliz y con ansias de regresar el siguiente domingo.


Agradezco al equipo azul, en el que estoy, por los ánimos y apoyo que nos dan. Al resto de los compañeros por no dejarnos atrás y estar al pendiente de si vamos bien y auxiliar en los desperfectos. 


Por Cynthia Castañeda

1 comentario:

  1. Muy buena rodada y retadora para novatos, de las 4 esta fue para mi la que mas me exigio la termine ponchado pero con la satisfaccion de concluirla, gracias Cynthia por el rite.

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