Todo comenzó una agradable y nublada mañana en la que en el Parque del Refugio solo asistieron dos compañeros (Edgar Fidalgo y Jacobo Díaz) solos y su alma acudieron al encuentro con los demás compañeros camararodantes en Soriana San Isidro en el que también había poco quórum sería por el festejo del día del padre, la nublada mañana o la resaca de un día anterior pero solo nos presentamos ocho en total.
Así empezamos a rodar sintiendo recorrer esa agradable frescura matutina por nuestra piel, créanme no hay nada mejor.
Ya rumbo al Centinela hubo un pequeño cambio de planes y decidimos omitir el paseo por el Centinela y nos dirigimos hacia Copala, parecía que todo iba a ser miel sobre hojuelas de maíz, pero ooooh ¡¡¡¡ en el primer descenso con las zanjas provocadas por las primeras lluvias, la humedad en la jal se provoca una caída estrepitosa de uno de nosotros, pero eso nunca detendrá a un camararodaante y continuamos el trayecto.
Enseguida en la primera cuesta se presentan cadenas reventadas, cadenas torcidas, bases de desviadores rotos, creo que traíamos el Santo de espaldas… pero nuestros excelentes y serviciales técnicos Edgar Fidalgo y Jacobo Díaz se ponen el traje de Superman sacan de sus mochilas hasta lo que no se imaginan y salen a la ayuda de los compañeros de rilas averiadas, la verdad no se que haríamos los que no sabemos ni “J” de mecánica sin ellos, un agradecimiento y reconocimiento a todos ellos.
Cuando estábamos esperando las reparaciones de los desperfectos presentados a nuestras baikas un lugareño nos hizo plática y nos comento orgulloso y casi con lágrimas en los ojos que su yegua acababa de tener un potrillito y que el papa era un semental del mismísimo Vicente Fernández, lo felicitamos por el día.
Después de todos estos incidentes, ahora si continuamos nuestro recorrido, en la cual hay una corta pero demandante pendiente que termina un una nopalera, de ahí al pintoresco poblado de Copala en dónde pretendíamos refrescarnos en la tiendita donde un una ocasión anterior nos atendieron de maravilla, pero estaba cerrado ya que habían acudido al panteón a visitar a sus deudos, nos dimos cuenta por una notita que así lo afirmaba pero la cual literalmente decía pantion con “i” parte del folklore de estos poblados, así continuamos no sin antes despedirnos del “pirujo” el perro de la tiendita que así lo bautizaron porque se va con todos cuando le hablan.
Íbamos hacia “El Diente” cuando se nos cruza en nuestro camino otra tiendita la cual vimos como un oasis en el desierto, parqueamos a rehídratarnos, en eso estábamos cuando de una maquinita tragamonedas de juegos de video, empiezan a salir temas norteños de Ramón Ayala y demás, se nos antojaba quedarnos ahí a festejar el día del padre, pero no, pudo más nuestro espíritu deportivo y continuamos.
Más adelante llegamos a el famoso “Diente” místico lugar ya que sientes una paz interior en ese bello paraíso formado de monolíticos rocosos de gran tamaño.
Ahí vimos a unos chavos escalando utilizando todo su equipo especializado, en la cual el buen Omar nos explicaba las técnicas y dificultades de ese pesado deporte ya que el lo practico por casi 10 años pero cuando tenía 30 Kg menos. Nos despedimos de los Dioses de el “Diente” ya para terminar continuamos hacia la iglesia de Río Blanco en donde un poco antes hay otra pequeña pendiente la cual parece que no pero se resiente.
Así una vez más terminamos otra excelente rodada y en Soriana San Isidro los
numerosos asistentes nos despedimos. Hasta la próxima…
Crónica por Eduardo Vargas y fotografías de Edgar Fidalgo.
Asistentes a la rodada:
Betty Martínez
Eduardo Vargas
Omar Sandoval
Ramon Espinoza
Cristian Fidalgo
Jacobo Diaz
Edgar Fidalgo
Israel
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