LA OBRA "4 BICICLETAS (SIEMPR HAY UNA SOLA DIRECCION", DE GABRIEL OROZCO, LLEGA AL MOMA, DE NUEVA YORK.

Personas observan la escultura “4 Bicicletas (Siempre hay una sola dirección”, durante el preestreno de una exposición retrospectiva del trabajo del artista mexicano Gabriel Orozco, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, (Estados Unidos). EFE

Nueva York, 8 dic (EFE).- El Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó hoy la primera retrospectiva del mexicano Gabriel Orozco, uno de los artistas más destacados de América Latina y que desde los años noventa ha realizado una marcada por la continua innovación.

La exposición “Gabriel Orozco”, que consta de 80 obras de dibujo, escultura, instalaciones y pintura de distintas formas, estilos y técnicas, abrirá al público desde el 13 de diciembre hasta el primero de marzo de 2010.

“Es muy importante la libertad de un individuo para entender en su momento, el rodearse con el mundo sin prejuicios, lo que está sucediendo, sin juzgarlo anticipadamente, aprender a resolver situaciones de todo tipo, esenciales de vida, de creatividad y lenguaje, conforme una posición de libertad y de amor por lo que uno ve y lo que quiere hacer”, indicó Orozco a los medios.

“Creo que es lo inicial para hacer una buena obra de arte pero también una buena relación con todo lo que nos rodea”, argumentó.

La retrospectiva incluye además, y por primera vez fuera de México, su famosa pieza “Matrix Movil” que pertenece a la Biblioteca Vasconcelos de ese país.

“Matrix Movil” es el esqueleto de una ballena que encontró enterrado en una playa de Baja California, sobre la que Orozco hizo dibujos lineales, un trabajo encomendado al artista por el Concejo de las Artes y la Cultura.

“La transformación que hace Orozco del concepto de escultura, a través de muchos medios y métodos, lo convierten en una figura central de su generación”, señaló la comisaria de la exposición, An Temkin.

Agregó que “dieciséis años después de su debut en el Moma, esta muestra explora tanto la consistencia como una sorpresiva evolución de su acercamiento artístico”.

Orozco visitó por primera vez el MoMA en 1980 para ver una exposición de Pablo Picasso, expuso allí en 1993 y ahora retorna a ese importante museo, con una retrospectiva que incluye su trabajo por los pasados 20 años.

“La exposición de 1993 fue muy importante también porque coincidió con un momento en que quería experimentar con mis ideas, y resultaron en una muestra original que llamó mucho la atención. Volver a hacerlo, que sea un éxito y que la gente lo disfrute es un placer. Ojalá sirva para que haya más exposición de arte latinoamericano”, señaló a Efe el artista.

Orozco, de 47 años, quien se manifestó complacido de que haya más presencia de arte latinoamericano en museos como el MoMA, señaló: “Hemos roto con muchos clichés sobre lo que era o debería ser el arte mexicano y eso ha ayudado a que el diálogo con otras culturas se enriquezca porque se trata de evitar prejuicios y de mostrar que no hay una manera de hacer las cosas, sino que uno puede inventarlas”.

“Creo que esta exposición puede resultar en un momento en el cual para nosotros los latinoamericanos y para artistas que hacen algo diferente, un momento de realización de algunos sueños y cuando sientes eso, es muy emocionante, por lo menos yo me siento así y me da mucho gusto”, dijo el artista durante la presentación de su trabajo, caracterizado por la variedad de formas y estilos.

Tempkin destacó, al evaluar las razones para dedicar una retrospectiva de Orozco, que es un artista que representa a su generación, ha creado objetos que no existirían sin él, no necesita demostrar cosas nuevas y que nunca se está quieto.

Al pedir al artista que echara una mirada a su trabajo de 20 años, Orozco, que vive a caballo entre Nueva York, México y París, aseguró a Efe que la evolución de su obra es “cíclica”.

“Yo no la veo como una línea recta, sino que hay temas a los que recurro constantemente y cada técnica tiene sus momentos. (En esta retrospectiva,) me gusta ver piezas de este mismo año, porque dialogan muy bien con las clásicas que rompieron la barrera del tiempo y siguen funcionando”, comentó.

El mexicano aseguró, además, que no tiene una obra favorita “porque son como los hijos y las demás se pueden ofender. En esta exposición quisimos que cada obra se sintiera importante y significativa; no hay obras favoritas”.

Indicó también que de esta retrospectiva aprendió que es muy importante tener un buen equipo de trabajo que le ayude, no a complacerse a sí mismo, sino a ser exigente hasta el último momento.

Cada pieza de esa retrospectiva “se siente importante, cada una tiene su razón de ser. Por eso me gusta hacer retrospectivas porque es una manera de experimentar con mi trabajo y como es muy variado, muchas técnicas, verlo junto es interesante para mi y me dan ganas de seguir trabajando”, señaló el artista.

Con esta retrospectiva, Orozco inicia una gira de su trabajo, que le llevará después al Museo de Arte de Basilea en Suiza, el Centro Pompidou en París y la Galería Tate de Londres.

Información tomada de EURONEWS