COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

miércoles, 21 de marzo de 2012

DESPUÉS DE SIETE AÑOS REGRESO A LAS RODADAS.... CRÓNICA DE CARLOS PAREDES....


La primera rodada…

Todo es emoción, todo es novedoso… la mala (buenísima) noche ajustando detalles en la mecánica de la bici, la limpieza de la misma, la preparación de la mochila, una ansiedad positiva el montarme de nuevo en mi “mula” y no poder esperar más… así puedo describir vagamente fueron las horas (y días) anteriores a la rodada el pasado domingo.

Hace unos 7 años no me montaba en la bici ni salía con un grupo de MT’Bikers, pero siempre mi bici en su punto, esperando el momento de salir a rodar a aquellos montes, aquellos parajes, aquellas pendientes, el liberarse del pavimento y saltar uno que otro “topecillo” a velocidad… la adrenalina liberó “esa sensación” que hacía 7 años no vibraba en mi, pues dada la rutina del trabajo y no tener tiempo “propio”, la bici se iba quedando de lado, pero nunca sin uso: mala (o buenamente) iba de paseo al Metropolitano, a la Recreactiva, y últimamente al trabajo, para aflojar pierna.

Tenía un mes visitando anónimamente el blog, y hasta que se me hizo: Una rodada de intermedios donde el reto eran “algunos” kilometritos de subida… y pues… no le saque: ¡a darle!.

Fue entonces que escribí para confirmar mi asistencia. Ahí el domingo: puntual a la cita, sin conocer a nadie, teniendo los temores que todo “novato” en un grupo pudiera tener, encontrando todo lo contrario a ellos: camaradería, positividad, y al final pienso una amable bienvenida por parte del grupo, con quien de aquí en adelante trataré de compartir mis domingos y cuando se pueda.

Llegando al sitio donde dejaríamos los vehículos, se pudo apreciar la organización del grupo, lo cual me hizo sentir confianza por la parte de seguridad y apoyo… en fin, todo estaba dispuesto: comenzaríamos a rodar…



El trayecto era por asfalto unos 17 kilómetros en subida, más otros 6 por terracería… Al principio no daba crédito a que ya había aguantado un buen!!!, hasta que al llegar alrededor del 14 o 15 me tuve que bajar por un “calambrillo” (y el cansancio, claro), y pues a empujar los cuernos!!! Jejeje, luego ya más relajado te subes y como nuevo!!!… hasta que llegamos al punto de descanso antes de tomar terracería… Debo describir que el trayecto ofrece unas vistas espectaculares, haciendo que la rodada “se pagara sola” jajajaja.

Comenzando a subir por el empedrado que después se convertiría en terracería, comenzó a hacer efecto el cansancio, pero nunca el ánimo… unas veces arriba de la bici, otras abajo empujando… pero nunca perdiéndome de la belleza natural del bosque y del ambiente siempre positivo de parte de los otros bikers, que sólo dejaban salir porras del tipo “¡ánimo!, falta poco!!!”… lo cual te hacía montarte de nuevo en la bici y gozarla como niño con juguete nuevo…

La primera caída

Después llegamos al puerto donde se encuentra un mirador, era una bajadita… y dije: “de aquí soy!!!” así que imprimimos velocidad y dejamos fluir la adrenalina, bajando como alma que lleva el diablo… Ja! Pero al llegar al mirador y querer hacer un cambio, de alguna manera rodé sobre una piedrilla y perdí el control, cayendo sin mayor problema… una caída “digna” diría yo… (Digna de algún premio, ya que fui fotografiado por algún biker que esbozó alguna risilla por ahí mostrándome después las fotos… -las pasas eh!!?... jejeje).

Esperamos a que pasaran por la brecha un par de vehículos (una ambulancia y un Grand Marquis gris rata)… para después continuar hacia el ingreso de la zona de las Piedras Bola, desde el mirador se veía y continuamos subiendo… gozando de un clima perverso que a veces daba sombrita, a veces daba mucho sol, pero al final llegamos a la cresta…

Segunda caída

Una vez con vuelo, decidí bajar a velocidad para liberar algo de energía, llegando al punto donde está la segunda tirolesa de ida, donde los que habían llegado ya estaban observando la llegada de los que apenas íbamos… y bueno, al salir de una curva, había algunos vehículos detenidos (platicando quiero pensar), entre ellos el famoso Marquis que había pasado antes, quedando como un obstáculo a mitad del camino, optando su servidor por derrapar, en lugar de ir a parar al voladero… y ocurrió lo que acabo de describir, una buena raspada que me di frente a todos… (ah! que bien me sabe al momento de escribir esto… el ardor me recuerda todo el pasado domingo, jejeje).

Observando la escena, se acercan inmediatamente los demás ciclistas en auxilio, curando Edgar mis heridas (bien por esa!!!). Dada la adrenalina, no lo sentí hasta horas después llegando a mi casa, ya que pude continuar el trayecto.

Continuamos hacia las Piedras Bola donde se llegó la hora de la comida, refinándome 2 atunes y el resto de fruta que aún traía… no había agua fría ni vendían… pero bien, todavía traía reserva tibia…

Cada quién partió a explorar la zona y conseguir algunas fotos de las Piedras Bola que quedaban cerca, unos subieron todavía en la rila, otros “a patín”, como su servilleta.

Después el padre que ofició misa en el lugar para la celebración de los 50 años del Grupo Montañista “El Colli”, se procedió a bendecir a nuestros fieles corceles. Posteriormente asistimos a la charla de los miembros de “El Colli”, bien fundidos por el extenuante ascenso.



Una vez que terminaron, procedimos a dar vuelta atrás, en pendiente prolongada por brecha hasta llegar al punto de tocar asfalto, donde se ubicaban los miembros de Protección Civil, que amablemente nos ofrecieron fruta, agua fría y algo de refresco (azuuuuuuuucaaaaaaar!)…

Ahí repostamos un buen tiempo hasta que llegaron los que quedaban aún atrás. En el inter, Protección Civil también se prestó a hacerme curación a mis heridas.



Se dio banderazo de salida ya por asfalto en formación de dos en dos, un descenso moderado y relajante, pero para nada aburrido… el aire, un poco la velocidad, todo terminó bien una vez llegando a la tiendita de la plaza para echarnos un par de bebidas “refrescantes” y algo de botana, ya que todos traíamos mucha hambre y sed…

Todo para mí fue una grata experiencia de camaradería y positividad. No sé, pero la experiencia debo repetirla domingo a domingo. Es un honor el rodar con compañeros como los que tuve oportunidad de conocer…

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