Uno siempre tiene planes y deseos de hacer algo diferente, y yo desde hace mucho deseaba salir con Cámara Rodante pero nunca me llegaba el valor, me daba miedo porque según yo las rutas no son muy aptas para una súper principiante como yo, pero ayer lo hice y de qué forma!!!!! Todo empezó el Sábado por la tarde salía de la chamba dispuesta a ir a casa a descansar cuando recibí un mensaje de mi queridísimo primo Cristian Fidalgo (muy conocido por todos) quien amablemente me invito a evadir el calor con unas “bebidas hidratantes” en la Kar K jada, ahí estaban varios bicicleteros ansiosos por tomar algo pues el despojarse de sus vestimentas antes de llegar al bar no les sirvió para quitarse el calor, así que parecía que era urgente tomarse una buena bebida fría de cebada y empezar a contar las cosas que habían vivido al desnudo.
Llegaban más y más bicis, y en eso llego Rodrigo quien al poco rato señalando a mi primo y a mí nos dijo “ustedes se llevan mañana la Tándem” ¿quién puede desaprovechar algo así? Así que sin pensarlo le dije adiós a mis miedos y acepte. Así que ayer Domingo (día generalmente guardado para no hacer nada por mi) muy temprano ya estaba lista para que Cristian pasara por mi y salir rumbo al Soriana de Chapala para estar a las 9 como estaba acordado. En el camino iba invadiendo a mi primo con preguntas de que hacer y qué no hacer, los nervios me llegaron pero la dosis de emoción fue mucho mayor al ver en el camino a varios rodantes.
Llegamos al Soriana y el estacionamiento aún lucia vacio pero en pocos minutos se fue llenando de bicis. La salida demoro un poco debido a que una camioneta que cargaba varias bicicletas tuvo un percance con la llanta, así que tuvieron que auxiliarlos pero la ayuda fue rápida por lo que pronto todos estábamos reunidos para salir. Y así fue después de que Edgar nos diera las instrucciones y de la foto de grupo todos nos enfilamos para salir rumbo a Jocotepec y vamonoos!.
Ahh pero Cristian y yo tuvimos que ponernos de acuerdo en varias cosas en respuesta a traer la Tándem, o mejor conocido por muchos como el macrobus, como fue que teníamos que bajar con el pie derecho, regla numero uno para mí, ya que las bajadas no es lo mío, (es decir hicimos bici sincronizada) y la otra regla muy importante fue pedalear mucho (¡juro que no deje de pedalear en todo el camino!) Cuando menos me lo esperaba ya estaba en Ajijic, ya llevaba camino, ya estaba rodando como todos los expertos que iban a mi lado, el sol empezaba a calentar un poco la piel y las piernas aun no sentían dolor, todo iba bien, ¡¡¡vengaa, si puedo!!! Nos paramos en el malecón de Ajijic el cual fueron unos minutos de descanso, así que un par de fotos y regresamos a la carretera, pero para salir de ahí nos esperaba una subida empedrada que hizo que nos bajáramos algunos de la bici, pero llegando de nuevo a carretera todos a pedalear.
Después nos paramos en la Gas, ahí se armo la copera para el combustible de la barredora, yo desconocía la función de esto, así que conocí algo más sobre las rodadas: que la ayuda está en todo momento y para todos. Llegamos al malecón de San Juan Cosala, aprovechamos para tomarnos unas fotos y descansar un poquito para seguirle ya sin detenernos a Jocotepec.
Llegamos a Joco!!!! Me emocione cuando escuche eso, porque de seguro tenía más de 3 minutos para descansar y sobre todo para tomar una de esas bebidas hidratantes que les gustan a mis primos, y así fue, agarramos sombrita y a recargarnos de energía. A la 1 pm nos regresábamos pero antes teníamos que ir a la foto de grupo en un puente muy bonito, pero se me ocurrió pedirle a Cristian que ahora me dejara manejar el bocho (como otros nos llamaban), me dejo hacerlo pero mejor omito los detalles sobre esta travesía, solo comento que no salimos en la foto grupal…. pero como me reí!
Pues a regresarnos, yo estaba feliz porque llegue a la meta, lo logre, y el regreso para mi iba a ser fácil, pero cuál fue mi sorpresa, que el regreso no tenía ninguna parada oficial ni no oficial, ni una de 3 minutos, así que regresamos a Chapala sin dejar de pedalear. Me baje de la bici hasta llegar al Malecon, claro baje como bambi enseñándose a caminar, y con un dolor sabroso de piernas pero muy feliz de haber aguantado y con unos charales se me olvido tal malestar.
Aquí terminamos la rodada, Cristian y yo dejamos a la Bestia (ósea no era ni macrobus, ni bocho, era la Bestia como la de Obama) Regresamos a casa, super cansados, pero yo mucho más feliz, iba encantada de que por fin se me hizo salir con CAMARA RODANTE y fue más chido de lo que me esperaba, pues el compañerismo que se vive dentro del grupo es extraordinario, y eso de rodar delante de paisajes hermosos te alivian de cualquier mal.
Muchas gracias primos, muchas gracias Cámara Rodante!
Erika Briseño
Cámara Rodante.
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