Tengo el placer de conocer a Cámara Rodante un excelente grupo de ciclistas amantes de la fotografía y naturaleza, gracias a las redes sociales me enteró del evento Pedaleando en el Zoológico por lo que se me hizo interesante, original y diferente a lo que venía haciendo y no dude en asistir, a una semana del evento se cierra el proceso de registro y el límite de participantes ya estaba completo.
Tenía la incertidumbre de que a lo mejor no rodaría ese día por qué no tenía una bicicleta; así que todo empezó el día anterior a la gran rodada al Zoológico, me fui a comprar una bici (que tanto añoraba y había decidido que para esta rodada tan especial tenía que ir con una bici muy especial) encontré lo que buscaba y me sentía como niña con juguete nuevo!
Por fin!!! El día de ir al zoológico se llego… Me había puesto de acuerdo para empezar el día rodando desde las 06:00 de la mañana con mis grandes amigos ciclistas Hugo Juárez, Cristian Duarte, James Tomcat, Edwin Picos y Letty Salazar, en la noche anterior deje preparados mi casco, guantes, gafas y la ropa deportiva con el temor de que no me despertaria temprano.
Muy de mañana salte de mi cama (uff casi imposible) pero no podía esperar a estrenar mi nueva bici y con la emoción de participar en este recorrido, rodé desde mi casa hasta el punto de reunión donde esperamos a que llegaran todos y como siempre Hugo llego tarde, salimos desde las Águilas y al inicio creía casi imposible llegar rodando hasta allá, el frio calaba hasta en los huesos pero pedaleada tras pedaleada se iba sintiendo menos, las ansias y la emoción de saber que se sentía pedalear una bici nueva me motivaban, rodamos sobre el asfalto a paso veloz para llegar puntual a la cita y entre platicas, carreritas, risas, salía a relucir el compañerismo, el trayecto fue toda una odisea topándonos con baches, bollas, subidas pesadas, avenidas peligrosas, el tránsito era poco pero pedalear con autobuses y vehículos fue más que un reto. El regalo…las bajadas reconfortantes, disfrutar de tu ciudad y poder apreciar los primeros rayos del sol, rodamos aproximadamente 30 min recorriendo la ciudad hasta el zoológico.
Al llegar a la entrada fue sorprendente la cantidad de coches haciendo fila esperando el ingreso al estacionamiento, conforme iban llegando más compañeros ciclistas veía sus caras de alegría y entusiasmo de que esto comenzara. Poco a poco fuimos incorporándonos en la puerta de ingreso para recibir instrucciones por parte de Edgar Fidalgo acerca del paseo. Se alcanzaban a distinguir personas de todas las edades, niños, jóvenes, adultos sin distinción alguna pero con la misma pasión que nos une.
Ya bien puestos y sin importar el frio tomamos camino hacia el interior del Zoológico dando inicio al recorrido; primeramente pasamos por el hábitat de los monos araña, el hipopótamo, el oso polar que no dejo de posar para la foto, el rancho veterinario, los cisnes, los osos negros y los leones.
La emoción fue mayor cuando uno de ellos rugió marcando su dominio y territorio ante los ciclistas, en cada una de las paradas se podía apreciar la emoción de cada uno de los rodantes al ver a los habitantes del zoológico.
Hasta terminar en el hábitat de las jirafas con una espectacular vista de la barranca de Huentitan. Pudimos disfrutar de todos los animalitos y los espacios verdes, fuentes, estanques y caminos del zoológico.
Para finalizar el recorrido llegamos a la explanada principal adornada de pinturas rupestres dibujadas en el piso donde se tomo la foto general del grupo. Afortunadamente no hubo percances mayores finalizando con éxito esta agradable mañana.
Fue una aventura extraordinaria celebrando al Zoológico de Guadalajara y a Cámara Rodante de una manera especial.
Crónica de Mónica Buenrostro
Cámara Rodante
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