COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

miércoles, 30 de octubre de 2013

CRÓNICA DE UNA RODADA A "TIERRAS SANTAS" POR CHEES PLASCENCIA Y JORGE GANDARILLA

Antes de comenzar a escribir esta crónica, creo que es preciso aclarar que desde hace tiempo tenia la necesidad de conocer y hacer esta ruta en tiempo de lluvias, aunque en verdad no tenía la más mínima idea de lo que esto significaba, por lo cual quiero agradecer con esto a mi muy buen amigo Jorge Gandarillas por ser cómplice y parte de esta aventura, que al final de cuentas, y como lo suponía, termino siendo una verdadera locura.

Todo comienza desde que se hace el evento, en el cual me daba gusto leer que algunos de mis mejores amigos de la bicicleta se apuntaban o ponían un "tal vez" a lo que poco a poco fue creciendo la lista, unos pocos de comentarios y preguntas, imágenes de mi parte, etc., para la sorpresa de que a la hora de la hora, sólo Jorge y yo (cosa que después agradecería enormemente) nos encontrábamos arriba del autobús que nos llevaría al poblado de La Estanzuela.

Una vez llegando a La Mesa Colorada, lugar de donde comenzaríamos esta aventura, y después de 3:30 hrs. de camino, comenzamos con los ajustes, calentamientos y armado de las bicicletas. Parecía que tanto clima como el camino y los "dioses" de las rodadas estaban a favor de nosotros, porque todo pintaba excelente...

Comenzamos a rodar por el bosque colorado, que tiene en algunos tramos combinación de pino y maple, hasta llegar a la ermita de Las Majadas, un tramo aproximado de 4 km, pero en los cuales el barro y los charcos ya iban comenzando a hacer estragos en nosotros (y en las llantas) que después de un breve descanso, comenzamos el descenso hacia el poblado de Mixtlán, durante el cual, y después de comenzar a terminarme las balatas delanteras de la Naxca, todo tranquilo hasta que unos tornillos de "quien sabe donde" salieron volando sobre la cabeza de Jorge, jajajaja... no quedaba otra más que detenernos y buscarlos por entre la tierra, el zacate y los riachuelos que corrían al lado del camino, lo bueno, y para nuestra buena suerte, Jorge encontró uno, que después de acomodarlo en su lugar, continuamos con nuestro camino hasta llegar a Mixtlán, donde tuvimos la fortuna (creo yo) de convivir con algunos motociclistas del Vallartazo 2013, y de encontrar un taller mecánico para conseguir algunos tornillos faltantes (jajajaja)

Después de comer algo, decidimos continuar con nuestro camino hacia Atenguillo, que aunque el plan original era hacer prácticamente toda la rodada por brecha, nos vimos obligados por los tremendos matorrales (que algunas veces eran más altos que nosotros) a tomar la carretera, por lo menos hasta "la curva" en donde volvimos a tomar la brecha, parecía que todo iba bien hasta que un "amigo" sorpresivo nos vino a acompañar con sus ladridos al querer abrir una puerta, de esas que cierran para que el ganado no se salga, con un descenso excelente continuamos por la brecha, hasta que Jorge tiene la primer ponchadura, que, ojalá y hubiera sido una normal, pero (literal) la cámara no quería ser parchada (jajajaja) después de 4 intentos y con un poco de desesperación, por fin quedo lista...

A continuar, llegamos por la brecha a la carretera, y (créanme) estuve tentado a irnos por ella, pero no quería perderme la majestuosidad del bosque que ya comenzaba a convertirse en sierra, por esa época del año, así que continuamos, hubo un momento en que el camino se torno tan agresivo en los descensos que en verdad estábamos practicando enduro, para después pasar por una serie de brechas en las que no se distinguía el camino hasta llegar al primer río, el cual debíamos de cruzar, para mi sorpresa, ¡no había puente! ufff! debimos caminar alrededor de 300 o 400 metros antes de encontrar un lugar por donde se veía menos profundo y más seguro, para lo cual, debíamos quitar ramas, y hiervas con nuestras manos, porque no podíamos pasar, ni nosotros ni las bicicletas, al momento de cruzar el río, pasé yo primero y puse a Naxca en un lugar seguro, porque la corriente se llevaba las bicis, y regrese a ayudarle a Jorge, pero al momento de hacerlo ¡plof! ¡Jorge se dio un chapuzón de aquellos! shales, si no fuera porque olvidé apagar el teléfono, no se hubiera grabado ese incidente jajaja. ya más "refrescados" cruzamos la segunda parte del río y para mi mala suerte, mi llanta trasera, ponchada. Entre el fango, lo mojado y la ponchada, continuamos el camino hacia el segundo río, y ahí si déjenme decir que estoy seguro que si había un puente! pero no, no estaba, el río media aproximadamente 15 metros de ancho, crecido por las lluvias y además... frio! yo creo que nos dio miedo cruzarlo, por lo cual decidimos regresar y encontrar algún camino hacia la carretera...

El único problema es que así como fue difícil salir del río que pasamos primero, fue aun más difícil querer regresar por el mismo lugar, nunca nos imaginamos a lo que nos enfrentábamos, definitivamente no tenía una idea clara de lo que debíamos de hacer... Pero como siempre pasa en toda película "hollywoodense" que la respuesta llega de forma inesperada,

Jorge me dice: "allá viene alguien",

yo, la neta es que no veía a nadie, por eso le pregunte:  ¿en dónde?

allá, enfrente, entre los arboles...

 Amigoooo!!! (grite) vas a cruzar el rio??

si, -respondió

- cual río está más profundo, este o el de Atenguillo??

este -volvió a responder

- pero no hay puente!! -dije

pos aquí tampoco -respondió en tono sarcástico, según yo-

y decidimos regresar al río que no nos atrevimos a cruzar, para darnos cuenta de que el agua nos llegaba hasta casi la cintura, y por casi todo el paso, tuvimos que cargar la bici sobre los hombros, que siendo sinceros, no fue tan difícil como el primero, sólo más impresionante, así, al cabo de 15 minutos después, llegábamos al pueblo de Atenguillo, en donde decidimos descansar por un rato y disfrutar de unos deliciosos tacos de barbacoa.

Aproximadamente, a las 4:40 de la tarde, salíamos del pueblo, rumbo hacia Los Guayabos, sabía que la subida no era fácil, pero no creí que estuviera tan difícil, entre deslaves ocasionados por la lluvia, charcos enormes, fango y muchas ramas y hierva sobrecrecida, prácticamente fue imposible rodar la mitad de esos 5 kilómetros, para llegar a la carretera, rumbo al Espinazo del Diablo casi a las 5.30 de la tarde, el comentario que le di a Jorge, fue:

"son las 5:30 y nos va a llevar como mínimo 3:30 horas en cruzar hasta Las Cruces, definitivamente, nos va a agarrar la noche subiendo el cerro, aparte de quien sabe las condiciones del camino, lo siento, pero creo que deberíamos de tomar un aventón de aquí a Las Cruces",

A lo cual, (creo) asintió creo que no de muy buena gana, afortunadamente, no pasaron más de 10 minutos para que una camionetita azulita (y un poco destartalada diría yo) se apiado de nosotros, ya una vez acomodados en la misma, y asegurando las bicicletas, arranco la "Pitufina" (jajaja) y vaya que la vida da sorpresas, que velocidad se cargaba la condenada... creo que eso si fue adrenalina, pero en serio caray, que forma de conducir!!!

Una vez que bajamos de la camioneta, y acomodar las cosas, checamos que ya eran cerca de las 7 de la noche, Jorge me pregunta,

- por donde le damos, carretera o brecha??

le respondo:

por carretera son como 15 minutos aprox, por brecha como 45, como vez??

- pos por brecha caray!!

Y así comenzaba otra aventura en la tarde, porque?? porque fue un largo tramo de "single track" pero por la condición del camino y lo deslavado, tenia tramos de downhill, fue simplemente genial! (ahí es donde se nota la diferencia entre el bosque y la sierra) aunque muy doloroso por las espinas y matorrales que incesantemente arañaban nuestras piernas, así que faltando aún algunos kilómetros, decidimos salir a la carretera y continuar por ella... uufff! eso fue velocidad caray!

Una vez llegando a Jacales, y pedir permiso para pernoctar en ese lugar, nos decidimos a cenar y disfrutar de los deliciosos manjares de ese lugar: quesadillas, cecina de venado, cafecito de olla, atole de nuez y de guayaba, carnita con chile, etc. Para después de la plática y un baño renovador, descansar para el día siguiente.

Después de una noche lluviosa, nos levantamos como a eso de las 8 de la mañana para comer algo en el restaurant "del hotel" y poder continuar con nuestra marcha, así aproximadamente a las 9 de la mañana, salíamos de Jacales para ir hacia el poblado de Gallineros, solo que de igual manera, nunca imagine el estado real del camino, y menos con la lluvia de esa noche, así que fue toda una proeza circular por las brechas-ríos por los que pasábamos a ratos, y menos imaginar del inmenso matorral en varios tramos que (literal) nos cubrían antes de llegas a "Malpaso", y por supuesto, de nueva cuenta cruzar el "arroyo" que esta antes de ese lugar, que para estas fechas es un autentico río, cabe decir que no se qué maleficio perseguía a Jorge durante este recorrido, pero por segunda ocasión cayo a la hora de cruzarlo, con la diferencia de que creo que esta vez sí se alcanzo a lastimar la rodilla.

Una vez llegando a Gallineros, y decididos a buscar un camino que nos condujera a San Jorge atravesando pos "Potreros" emprendimos el camino hacia aquel lugar, con tan mala fortuna, que este tiempo es de siembra, y todos las brechas se encuentran llenas de milpa, no tuvimos otra opción que seguir por carretera, haciendo un alto en la gasolinera del entronque que nos llevaría hacia Talpa, y después de inflar llantas e hidratarnos un poco, continuamos por una bajada muy buena, solamente de que después de la misma venia la subida hasta La Cruz de Romero, 8 kilómetros de puro ascenso, con vistas que no se ven tan fácilmente en estos lugares, (lastima que la pila de mi celular ya estaba agotada) así con todo y el cansancio del día pasado, y de lo que llevábamos recorrido en este, logramos llegar a lo más alto del cerro, para después continuar con el mejor y más largo descenso de todo el recorrido, "creo que rompimos la barrera del sonido"... jajajajaja bueno, fueron 11 kilómetros a una velocidad promedio de 60 kph (según mi odómetro) para arribar a nuestro destino alrededor de las 11:30 hrs.

Que aunque no fue mucho el tiempo que estuvimos allí, si fue muy satisfactorio haberlo logrado, y muy a mi pesar, creo que es una ruta que no pretendo volver a recorrer en temporal de lluvia, muy satisfactorio y gratificante, pero, así mismo, peligroso y algo extremo para mi gusto, aunque siempre dejo abierta la oportunidad de una aventura más y la propuesta de que el año que entra, en los días previos a Semana Santa, volver a recorrerlo desde Postes. Y de acuerdo con las palabras que alguna vez alguien me dijo: Si fuera fácil, se llamaría Fut Bol...

Crónica hecha por:

Jorge Gandarilla Pardillas y Chester Plascencia Camacho

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