COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

lunes, 27 de agosto de 2018

QUE BUENO ES ENCONTRARSE CON CICLISTAS QUE COMPARTEN LA MISMA PASIÓN



Hola, mi nombre es Ángela y para mí, rodar es poder trasladarme; hace unos años no estaban estos grupos, así que lo hacía sola. Hoy en día me encuentro con este grupo de personas, con la misma pasión por disfrutar un buen paisaje, un pueblo o las calles de la ciudad y saber que podemos recorrer sitios nuevos en bici.

Es un gusto encontrarme con un puñado de ciclistas con los que puedo compartir este deporte, verlos con sus bicicletas preparados para rodar con las medidas necesarias, siendo que anteriormente no se veían tantos ciclistas o se escuchaba esa frase de una madre “no te bajes de la banqueta porque te atropellan” y mira ahora, cientos de adolescentes y mayores recorriendo las calles y carreteras explorando nuevos terrenos. Sin duda, a partir de los grupos, las personas cambiaron, ahora se les mira más seguras para salir a la calle a dar la vuelta y ya no es extraño hacer comentarios “como me fui a Chapala a rodar”, ahora se toma en cuenta que es algo muy factible, recorrer largas distancias en una bicicleta.



Y el día de hoy, en mi rodada a Atequiza con Cámara Rodante, encontré un nuevo destino rumbo carretera a Chapala, La Capilla del Refugio, que está pasando la desviación a la Laguna de Cajititlan, Jal. tomando el primer retorno hacia GDL.



En este lugar se puede disfrutar de un caminos lleno de lodo ocasionado por el temporal, que bañaron la mitad de nuestro cuerpo, causando una satisfacción al sentir el agua con lodo sobre el cuerpo, sensación que te alegra desde adentro, pues no todos los días disfrutas de los placeres de la naturaleza y la adrenalina que causa el camino al tener que cruzar el terreno en tal estado, lo que le dió ese pequeño toque de dificultad y provocó utilizar la destreza para sobrevivir de esos charcos, ya que una cosa es que te salpiques y te cause simpatía el momento y otra caer de cuerpo completo en algún charco, así que fue entretenido superar esas pruebas de dificultad.



Además los sembradíos de maíz a los costados del camino llenaban el paisaje de color, así como esas hectáreas de campos verdes.  Muy cerca de ahí nos detuvimos para contemplar de una estación de tren sentados sobre las vías y si me lo preguntan, pues ya me he sentado en los rieles de unas vías en los alrededores de Jalisco con mis compañeros del pedal ¿Y ustedes?


Pero bueno, para finalizar con la belleza que fue este recorrido, llegamos a unas ruinas de lo más hermosas para mis ojos, el Templo de San Gaspar, ubicado en Atotonilquillo, para que me entiendan que tan hermoso fue lo que vi, se los describo comenzando por decir que es una ruina ¡se pone de emoción! Solo queda la estructura con paredes muy altas como todo templo, y pintura en color rosa y azul ya degradada, al mirar arriba ¡nada! No hay techo sino el cielo y las nubes; al estar adentro no hay piso, solo pasto y piedras, una estructura antigua entre la naturaleza que contaba con unas escaleras de caracol en piedra con las que podías contemplar desde lo alto toda la edificación ya derruida.

Luego de contemplar esta antigüedad, volvimos por los vehículos y regresamos al lugar de partida, donde convivimos un poco en el terreno de uno de nuestros compañeros del pedal. 



Y así finalizó mi rodada declarada para novatos, en la que yo suponía que no te cansabas. Sin duda, lo que le dio sabor a la rodada, fue el cruzar los charcos, evitar caerte o embarrarte de lodo más de la cuenta, pero ,lo mejor de todo, es que me llevo buenos recuerdos de los compañeros del pedal, como cuando los vi contemplar, como si fueran el mismo Tláloc (Dios de la lluvia) el cielo nublado, o como las señoritas del clima, pronosticando que se  abrirá el cielo y no lloverá, esos pequeños detalles son los que te hacen saber que ese hombre es un hombre de mucha fe que ama sus rodadas tanto como una madre a su bendición y desea que todo vaya bien.


Crónica por:
Angela Carolina Pinzana Romero

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