Llevo andando en bici de forma regular más de 15 años. Comencé como ciclista urbana y uso la bici como medio de transporte cotidiano lo más que puedo. Años después me animé a rodar en bici de ruta. Secretamente siempre he querido rodar por la montaña, secretamente también siempre me ha dado miedo la MTB, sobre todo las bajadas.
Hace poco por fin me animé a comprarme mi MTB, así que cuando vi la convocatoria para principiantes que lanzó Cámara Rodante me apunté, dudando un poco porque iría sola y no conocía a nadie.
Sólo los ciclistas entendemos la emoción de levantarse de casi madrugada para salir a rodar. Así que el sábado tempranito ya estaba lista para rodar de mi casa al punto de reunión: la Estación Zapopan Centro de la L3. Al llegar ya había algunos ciclistas reunidos, esperamos un poco para que llegaran más personas. Después de escuchar algunas indicaciones para mayor seguridad de la rodada, estábamos listos para partir.
Nos dirigimos a Nextipac, un destino que suelo hacer en mi bici de ruta, así que pensé que sería un camino ya conocido. Después de andar por calles del centro de Zapopan, cruzar por la ciclovía de Santa Margarita hasta llegar al Tec y la Mojonera todo era camino muy familiar. Un poco más adelante comenzó la aventura para mí. Una de las ventajas de la MTB es justo que te puedas salir del camino conocido y asfaltado, para meterte en senderos y brechas. Y así fue, nos desviamos de la vía principal por un camino de terracería, recorrimos esa brecha hasta entroncar con la carretera que va de La Venta del Astillero a Tesistán, de ahí, por la vía asfaltada llegamos a Nextipac.
En Nextipac nos detuvimos para reagruparnos y hacer ajustes a la ruta. Iríamos por el camino que va junto al río, alcancé a escuchar. Bajamos por las calles del poblado para salir justo a un camino que ni se veía y sí, era justo al lado del río. ¡En ese momento la rodada de principiantes pasó para mí a ser rodada para avanzados! Nos movimos por un mini senderito entre plantas, hicimos una bajada (en realidad ni bajadita era), pero yo teniendo miedo, escuché a un compañero que decía –sostén el manubrio con fuerza y listo–, estaba del otro lado. El ajuste de ruta incluyó cruzar el río con todo y bici por un tronco.
Después de ahí recorrimos varios senderos por los alrededores de Nextipac, los cuales estaban rodeados por sembradíos, y sorprendentemente por varias construcciones así como por lo que parece serán próximos fraccionamientos, por lo que no pudimos subir al mirador de La Peñita… el humano en su avance destructor. La rodada fue realmente genial, sí tuvo una gran bajada, ésta sí bajada, bajada, en la que yo iba aterrada; nos pasaron jinetes a caballo, disfrutamos unas vistas muy lindas, fuimos a la laguna seca y ahí nos tomamos la clásica foto de grupo. Todo el paseo estuvo lleno de buena vibra y compañerismo.
Al regresar a Nextipac hicimos una parada para desayunar quesadillas, gorditas, menudo y la respectiva chela. Como el tiempo se nos fue rápido y ya se hacía tarde, seis de nosotros decidimos regresarnos antes del grupo. ¡Hicimos un regreso en descolgada a una súper velocidad y ritmo!
La verdad la pasé genial. Lo que más me gustó de salir con el grupo de Cámara Rodante es su solidaridad. La consigna es no dejar a nadie atrás y a nadie solo. Si alguien se atrasa, paramos; si alguien se poncha, lo esperamos. Me hicieron sentir muy bienvenida y acogida, así que ya estoy esperando la siguiente ruta para principiantes y así poder en algún momento unirme a rutas más complejas.
Crónica por: Susana Chávez Brandon
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