Hace un tiempo conocí a Cámara Rodante por mi papá, él había rodado en una ocasión con ellos cuando yo tenía como 10 años y me pareció una bonita oportunidad conocerlos ahora que soy parte de este deporte.
El destino era la ruta La Sauliña, una ruta nueva para nosotros, ya que normalmente rodamos hacia el Bosque La Primavera. Llegamos puntal a la cita y nos explicaron las condiciones de la rodada y a los que nos íbamos a enfrentar.
A lo largo de toda esta travesía de 35 kilómetros nos encontramos con distintos desafíos, el principal de ellos era el sol, sin duda alguna mis compañeros de viaje parecían de acero ya que pasaban casi volando.
Cuando llegamos a la famosa tiendita, aunque ya estaba un poco cansada, sentí que había hecho nuevos amigos, ver a todos comiendo sus sándwiches mientras reían y discutían cuantos cerros subían, era gratificante ver como un deporte podía unir personas.
La bicicleta para mi es más que eso, más que una bicicleta, significa libertad, respeto, naturaleza y valores, y eso es lo que vi en cada una de las personas que rodaron hoy, compartiendo una parte de su tiempo en la hermosa naturaleza.
Al final de la ruta nos sentamos afuera de unas farmacias y agradecimos a por habernos acompañado este domingo, que si bien no es el último, será el primero de muchas más aventuras acompañaos por nuestros amigos de Cámara Rodante.
Por Maria Karime Larios Gonzale
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