COLECTIVO
- CAMARA RODANTE
- Guadalajara, Jalisco, Mexico
- Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com
viernes, 31 de mayo de 2013
EL POETA DEL SANTUARIO, A 10 AÑOS... POR JORGE ORENDÁIN.
Texto integro del poeta Jorge Orendáin que presentó durante la VELADA LITERARIA EN HOMENAJE AL POETA DEL SANTUARIO
El Poeta del Santuario, 10 años
Jorge Orendáin
Museo de la Ciudad
30 de mayo, 2013
Muchas gracias a Carlos y Víctor por invitarme a decir unas palabras acerca de su padre, a quien tuve la fortuna de conocer cuando yo tenía alrededor de 15 años allá por el año 1982. Esto es, hace 31 años. Recuerdo muy bien que más de alguna vez fui con Francisco Ibarra a visitarlo para platicar un poco de futbol, prestarle algún libro o bien cascarear en la azotea de su casa ubicada en González Ortega en el barrio de El Santuario. En esa época yo desconocía quién era don Jesús Ibarra. Sólo recuerdo que cuando Francisco me lo presentó, me quedó una impresión muy grata por su carácter. Ya con el paso del tiempo me fui dando cuenta de quién era ese gran personaje que ahora conmemoramos.
Los primeros recuerdos, después de haberlo conocido en su casa, fue haberlo escuchado en varias estaciones de la radio. Más de alguna vez hasta en 4 estaciones en una sola tarde. Y eso porque mi afición a escuchar programas de futbol me hacía cambiar de estación con mucha frecuencia. Me acuerdo que hasta lo escuché hablar a un programa infantil de Radio Universidad de Guadalajara. Creo que ya se llamaba el Saltaperico. [Aquí se encuentra más de alguno de ellos.]
Cuando yo tenía alrededor de 23 años —época en la que asistía a muchas presentaciones de libros— me lo encontré varias veces. Sería más o menos en la primera mitad de los noventa. Siempre que lo veíamos, mis amigos y yo no dudábamos en acercarnos a él para platicar. O mejor dicho, para escucharlo. Sabíamos que la risa estaba garantizada. Era increíble su capacidad para improvisar, jugar con las palabras, recitar sus poemas, coquetear con las mujeres... en fin, hacernos reír como niños. Porque sí, él era como un chiquillo travieso que compartía su amistad con todos, sin excepción.
José de Jesús Ibarra, el poeta del Santuario, es uno de los personajes mejor recordados en la historia reciente de Guadalajara. Serán inolvidables sus comentarios en las estaciones de radio, sus poemas lúdicos y picarescos, su pasión por las Chivas, sus pláticas juguetonas y su andar constante en su legendaria bicicleta. Y bueno, verlo bailar era un deleite.
Ya en esta lectura se darán cuenta de que sus poemas son muy divertidos. Sus rimas, no siempre escoltadas de métrica, están por lo general bien afinadas. Pero sus textos no tienen sólo un espíritu lúdico, también hay varios en que don Jesús escribe de asuntos de la vida que son trascendentes: los hijos, la familia, la esposa, el amor, la naturaleza, la injusticia y así. Aquí se leerán muchos poemas. Nomás para quitarme de las ganas, les leo un fragmento muy pero muy breve:
Ser o no ser, dijo mi mujer,
no hay que ser,
mejor ponte a trabajar
para que me puedas mantener.
Fueron muchas las ocasiones que lo vi rodar en las calles de la ciudad. Ahora lo recuerdo salir del estadio Jalisco una noche después de un clásico entre Chivas y Atlas. El partido fue infumable. Pero el verlo a toda velocidad en su bicicleta por las calles de la colonia Independencia, hizo de ese día algo especial. Si bien ya lo admiraba desde antes, haberlo visto —a pesar de su edad— como un niño trepado en su "baica" en calles y avenidas, me hace recordarlo como un hombre vital y ejemplar. Las calles (con sus eternos e infelices baches) extrañan su andar.
El Poeta del Santuario también es una leyenda urbana que nos enseñó que la bicicleta es una excelente compañera para andar caminos y desandarse a sí mismos. Sus hijos Francisco, Víctor y Carlos han seguido su ejemplo. Aunque bueno, uno que otro le va al Atlas.
Guadalajara extraña sus frases célebres, su espíritu lúdico y su amistad. Ahora, sin duda, hace sus recorridos bicicleteros en la Vía-Recreactiva en algún Universo que desconocemos. Chivas, chavas y cheves no le deben faltar. Aunque no dudo que ahora esté muy, pero muy enojado porque el América es el nuevo campeón.
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