COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

miércoles, 5 de octubre de 2022

NI EL LODO EN MIS TENIS, NI LAS DESCOMPOSTURAS ARRUINARON MI RODADA




Escucho mi despertador 5:00 am. Me despierto con ánimo, ya que ese recorrido lo hice el año pasado y me pareció hermoso. Desde que me inscribí me saboree la ida. 

Parto de  mi casa y me voy a la casa de mi hermano. A las 6 :30 llego para montar las bicis a la camioneta y salir  5 personas rumbo a El Arenal. El trayecto   fue engorroso y tardado por la desviación por el evento del Gran Fondo.

Cuando llegamos, al bajar mi bici, mi hermano se da cuenta que la llanta trasera está floja. Otro hermano me ayuda y aprieta la llanta, mientras  yo desmonto otras bicis, checo el aire y acomodo el asiento y me  monto.  Uno de mis hermanos se da cuenta que su bici está pinchada y de inmediato comienza a repararla. El grupo arranca mientras él continúa reparando, terminando, se incorporaría al grupo.


Antes de llegar a El Castillo, en el trayecto veo a un participante varado. Tratando en vano de reparar su bici. Me acerco a brindarle ayuda. A lo que al voltear a vernos a los ojos. Me dice : ”Ya valió madre, se chingó mi bici y me tengo que regresar”.  Su rostro reflejó  claramente su frustración de impotencia que me hizo sensibilizarme ante su desdicha. Continúe y el se alejó.

Los gigantescos charcos que esperaba enfrentar como el año pasado y comenzar a mojarme y retar mi pericia no aparecieron. Sin embargo,  al tratar de pasar una riachuelo, una  vertiente del río salado...zaz, se me atora un tenis en el lodo y saco mi pie desnudo quedando en una desfigurada posición. al tratar de recoger mi tenis enlodado y al mismo tiempo cargando mi bicicleta veía otras personas batallando cruzar.


Pero yo de nuevo... zaz...Al poner mi otro pie con tenis de apoyo se hunde en el lodo y también queda semienterrado. La bici me complicó el rescate de mis Nike. Me retiro del lodo descalzo cargando mi bici y la dejo a escasos metros.  

El numeroso grupo cruza con cuidado por donde puede ante lo estrecho del camino y no caer. Yo estorbo ante el rescate de lo que quiero recuperar, el grupo  sigue cruzando, yo, con movimientos rapidos logro agarrar un tenis pero me falta el par, aviento el primero cerca de mi bici. Diviso el segundo y rápido lo tomo,  pero antes de ponerme a salvo y por mi estorbo del paso de personas con sus bicicletas. 

 Escuché un resbalón que se  acompañó de  una voz femenina. “!me caigo, me caigo !”,  casi hago posición fetal y espero lo que venga. Pero nada. Enseguida escuché a la misma persona diciendo apunto de caerme y de pisar tu mano.

Si claro, “limpié” mis tenis y seguí con el grupo. 



Rodando escuche en varias ocasiones un rechinar. Tratando de identificarlo decidí que no era de mi bici. El rechinar continuó y pues si era producto de mi bicicleta. No le encontré nada, pero compañeros al escucharlo, me comentaron que era tierra en el disco y que no me preocupara. Al oír esto seguí  tranquilo. Tranquilidad que se interrumpió al caer un compañero, lastimarse y quebrar su cámara. Afortunadamente se recuperó.

Mi conducción la sentía un tanto pesada y al tratar de resolver obstáculos no los sorteaba como quería. Me sentía un tanto torpe, “raro'' pesado el pedaleo  y mentalmente me dije: “ando muy pendejo hoy”.

El grupo al igual que yo disfrutamos de los paisajes, cansados por las subidas; de cuando en cuando descansamos; los gestos de la gente denotaba su satisfacción del recorrido y  se demostraba un compañerismo grupal a la hora de cruzar vallas, ayudándose unos con otros pasando las bicicletas del otro de las vallas.

Ya habiendo recorrido aproximadamente unos 25 kilómetros, antes de cruzar el río ya de regreso. Un  nuevo zaz... ! pero ahora a mi bici. Se frenó por completo mi llanta trasera. 

Sorprendido, busqué la forma de destrabarla, pero no lo conseguí. Comenzó una alarma en mi cabeza.  Y antes de poner mis ojos como el gato de “Shrek” y ver que los demás continuaban;  una compañero me auxilio, pero  juntos tampoco resolvimos, y me dijo confiado. 

-Viene con nosotros un experto, él te ayudará, carga tu bici y cruza el río, ya del otro lado  nos comunicamos con él y vendrá-. 



Así lo hice mientras miraba al grupo alejarse junto con mis “queridos hermanos y amigos”, ellos no se enteraron de mi percance. Efectivamente, llegó la caballería a mi rescate. Nos saludamos, expliqué el problema. “Voltea la bici y la checo”, dijo Jonathan.

De inmediato encontró la falla y comenzó a reparar. Mi semblante cambió a la del burro sonriente. Sin embargo no resultaba fácil,  no podía componerla, faltaba un tuerca, una rondana, herramienta especial, que ciertamente no iba cargar en una rodada con toda la herramienta y refacciones.

El grupo ya no se veía. Se alejaba cada vez más a medida que pasaba el tiempo, mismo tiempo que me daba el experto a mi causa. Sin dejarnos a  ambos en el abandono en medio de un bonito  paisaje y  escasos cien metros de nosotros, se encontraban  en nuestra espera,  tres solidarios  compañeros. 

Faltaban 15 kilómetros. Y al igual que ustedes imaginé cómo sería mi regreso.

No fue tan malo, ya que lo pesado de mi bici, lo mojado de mis tenis con arena incluida,  me lo aligero la compañía de ahora este pequeño grupo y que aguantó mi lento paso. 

Ya que llegamos al camino en donde ya circulan vehículos, esperábamos que pasara   una camioneta en busca de raid. Esta si pasó, no pedimos el aventón porque estábamos a  medio kilómetro antes de llegar a donde me esperaban mis hermanos ya enterados por mi retraso < en el oxxo de la carretera >.

Todo el grupo allí.  La mayoría me miró con ganas de decirme algo, yo, con ganas de contarles lo sucedido, solo cansado  saludé a algunos. Antes de llegar al oxxo  un hermano y dos amigos continuaron para regresar con la camioneta, desgraciadamente tomaron un camino más largo y  tardaron. En la espera me quedé con otro hermano, mi sobrino y su hijo.

Al tardar por nosotros y para no desesperarme, no sabía qué hacer. Pensé en abrirle la puerta del oxxo a las personas o tomarme unas cervezas. Y pues opté por lo que ustedes harían en este caso.

Al fin llegaron por nosotros,  y ahora si, a los  cantaritos y comer

A mi bici se le averió el eje. Se desvió el cuadro porque se talló con eje. No se porqué ocurrió esto ¡que alguien me explique!

Posdata I: Ana Robles es la que grita: ¡Me caigo, me caigo!

Posdata II: Agradezco la ayuda de Ara Robles, Carlos Ibarra, Jonathan Ruiz, la persona que le hizo mecánica. Y a los otros tres que no sé su nombre pero los recuerdo bien. MIL GRACIAS por su apoyo. También a Edgar Fidalgo.

Y felicito y comparto este grupo de CÁMARA RODANTE por esta otra muestra que ahora a mi, en primera persona, conté con su apoyo y disfruté de otra rodada con ustedes. Demostraron la unión y organización una vez más.

POSDATA III: MUCHAS GRACIAS Y No olvido lo pendiente 🍺

Crónica por: Rubén Sánchez 




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