Pedalean desnudos por respeto

Fotos: Héctor Guerrero

Más de una centena de personas pedalearon sin ropa por el Centro Histórico de la ciudad de México para promocionar el uso de la bicicleta.
Ante el asombro de conductores y peatones, los ciclistas mostraron sus encantos por las calles de la capital.

8-Junio-08

Estas llantas no contaminan”, se leía en la espalda regordeta de un ciclista que decidió desnudarse junto con otra centena, y pedalear por el Centro Histórico de la ciudad de México. Desnudarse y pedalear fueron el símbolo de una manifestación. Los ciclistas urbanos tenían algo que decir: “Estamos desnudos ante los autos”.

Otra llevaba en las tetas un corazón: “Cuídame”. Una señora, entrada en años, se pintó ramas azules sobre las estrías de la cintura y en los senos caídos. A nadie parecía importarle ir desnudo, porque así interpretan su condición cotidiana. Son ciclistas que se mueven a diario en una ciudad de cinco millones de habitantes, donde 80 por ciento del espacio público es de vialidades para los autos. “¡México únete, en bici muévete!”, “¡Usa bicicleta, no chingues al planeta!”.

En la espalada se rayaron consignas: “Así de frágil me siento”, “Amo la bici. Amor aventurero”, “Si me matas, ¿quién se va a casar con tu hermana?”, “¿Así me ves?”.

Por los camellones de avenida Reforma. Un peatón pregunta: “¿Cómo se cuida las pelotas?”. “¡Bola de güevones, pónganse a trabajar!”, le gritó una mujer desde su camioneta todo terreno”. Salieron del bosque Chapultepec y avanzaron hasta el Zócalo de la capital. En el punto de encuentro unos a otros se ponían bloqueador solar, otros se animaban a quitarse toda la ropa, otros acojinaban los asientos de sus bicis con camisetas.

A la manifestación nudista fueron más jóvenes y más hombres; sin distinciones sociales, unos con calzones Calvin Klein, Maximo… “Los míos son marca Trueno”, gritó orgulloso uno. Los había negros y pardos, boxers, tangas, unos asomaban las etiquetas descoloridas y desagarradas.

Las miradas de los otros, los peatones y los automovilistas, a veces eran sancionadoras, comenzaban a ver los cuerpos de arriba y se detenían abajo.



Ya los vieron. ¿Qué sigue? “Alguien nos recordará desnudos, pero también en bicicleta”, dice Tomás. “Es como una motivación más interna, es como para convencerte más de que andar en bici es mejor”, contaba Paola, la chica que iba guardando en su mochila la ropa que su cuñado se iba quitando.

“Me gustó más hasta que me encueré”, se ríe Antonio. “Es bueno saber que hay otros que tienen tu misma idea y andan sin armaduras”, cuenta Juan, un ciclista que vino desde Guadalajara.

Pecadores. Una mujer religiosa grita:

—”¡Se van a condenar!”

—”¡Arriba el diabloooo!”, le respinga un ciclista

—”¡Dios los ama, no digan eso!”, insiste la mujer

—”Ya lo sé, pero Dios no es mi tipo”

En el Zócalo de la capital. Le dieron tres vueltas a la plancha y luego se amontonaron en el centro. 150 se pierden en una plaza donde Shakira o Café Tacuva han reunido a más de cien mil. Desnudos es distinto. ¿Usted recordaría un cuerpo desnudo pedaleando la bicicleta?

Crónica de Patricia Martínez. Público Milenio.

http://www.milenio.com/guadalajara/milenio/nota.asp?id=625710&sec=2