Rodando en la selva de concreto
Tal como indicaba la invitación a este paseo, uno a uno fuimos arribando al punto de encuentro. A la cita acudieron Brenda, Erika, Paola, la familia Fisher (Alfredo Sr., Alfredo Jr. y Carlos), Bernardo, Lalo, Héctor y Juan. El clima nos favorecía, un día ligeramente nublado.
El recorrido comenzó minutos después de la hora indicada, debido a ajustes tanto de planeación como mecánicos, con destino a la poniente de la ciudad, donde nos esperaban Carlos, Rafa y Roberto, utilizando la infraestructura de la viarecreactiva en una gran parte del trayecto, ya que una sección de la Via 2 permanece cerrada por “mantenimiento correctivo ” del túnel de Av. Las Rosas, por lo cual utilizamos calles alternas.
Al llegar donde ellos, votamos por hacer el recorrido en dirección al parque Metropolitano y de este punto retornar con rumbo a Tlaquepaque, a pesar de la objeción de Héctor, quien debido al hambre voraz que lo consumía, prefería llegar directamente y sin escalas a desayunar a la villa alfarera.
El recorrido hacia el Parque Metropolitano transcurrió sin mayores problemas para el grupo, a excepción de que un gracioso (vecino del lugar o asistente a la Vía) tiro tachuelas en Beethoven y Abogados, estropeando la diversión dominical a más de uno.
Al llegar al Parque Metropolitano, decidimos dar una vuelta al circuito de casi 3km. Rafa haciendo gala de su condición, considero que una vuelta era insuficiente, así que hizo una vuelta adicional.
Tlaquepaque pueblito
Una vez en la Pila Seca, unos ciclistas nos invitaron al paseo nocturno de los Miércoles a las 11. Invitación que consideraremos seriamente.
Ya en Tlaquepulque, optamos desayunar en el mercado municipal, por sugerencia de Brenda y Paola nos perfilamos hacia las gorditas. El único problema fue con los compañeros vegetarianos, quienes al preguntar si alguno de los guisos que acompañan a las gorditas tenían grasa animal o carne, respondían las encargadas del lugar con el ya clásico: “Pos’ nomás tiene tantita carne oiga”, el resto disfrutó de los guisos disponibles.
Para cerrar y recuperar con creces las calorías consumidas durante todo el recorrido, nada mejor que una nieve de garrafa, que para el calor de esos momentos era ideal.
Rodar por la ciudad en parecería sencillo, sin embargo implica algunos riesgos, al hacer el recorrido en la vía te puedes llevar un sobresalto al encontrarte con alguna persona que recién aprende a andar en bicicleta o que a pesar de su experiencia no observa las reglas mínimas de seguridad, el niño que se le ha escapado a sus padres y que se te atraviesa intempestivamente. Uno de los compañeros comentó que era mas fácil y seguro hacer la ruta de Toboganes en La Primavera que circular por la Vía RecreActiva, totalmente de acuerdo.
Y que decir de los baches, desafortunadamente un elemento característico de las calles de la ciudad (inmortalizados en La Tapatía, tema clásico de El Personal), que en esta temporada de lluvias se pueden convertir en verdaderos cráteres.
Por si esto fuera poco, también existe la falta de respeto por parte de los automovilistas hacia el ciclista, como el conductor que pretendía circular por la Vía III en la calle de Constancia en su cruce con Revolución; ignorando las indicaciones del personal de la Vía y los reclamos de los ciclistas que presenciaron el suceso.
Sin embargo, no todo es terrible en la Via, puedes encontrarte con todo tipo de vehículos de tracción humana, muestra de la creatividad e ingenio de sus dueños y/o diseñadores, desde modernas adaptaciones de los velocípedos , hasta bicicletas al estilo ‘lowrider’
Estadísticas:
Asistentes: 11
Distancia recorrida: 48 km aprox
Tiempo efectivo recorrido:
Ponchados: 0
Caidos: 0
Por Bernardo Lizardi
TE QUIERO MUCHOOOOOOOOOOOOOOOO CARLITOS
ResponderEliminarCámara Rodante: ya toda una institución... y pronto una leyenda. en breve me sumaré a sus rodadas.
ResponderEliminarSaludos.