“Todos estamos ahí afuera, en alguna parte,
esperando a que pase”
Jeff Noon
"Cuando se hacen las maletas se debe tener un espíritu abierto a todas las sorpresas, a no fatigarse, a no ser caprichosos, a comer bien y a beber mejor."
Francisco Nieva.
Prefacio.
esperando a que pase”
Jeff Noon
"Cuando se hacen las maletas se debe tener un espíritu abierto a todas las sorpresas, a no fatigarse, a no ser caprichosos, a comer bien y a beber mejor."
Francisco Nieva.
Prefacio.
Mi labor encomendada por mi tocayo es hacer una reseña, pero como decía Juan José Arreola, a mi, la memoria me juega muchas malas pasadas, así que intentaré con toda la ayuda neuronal posible, narrarles breve, muy brevemente, desde mi visión de trinchera lo ya vivido.
La ida.
La ida.
Cualquier viaje físico y terrenal tiene un inicio (al menos para mi), siempre se comienza de alguna parte. En el caso de los Cámara!!…rodanteros, generalmente todo comienza desde el ya memorable e histórico Parque del Refugio. La cita para los matutinos se dio a las 9 en punto de la mañana. Como nunca aprendo, siempre llego temprano, aunque en el caso de nuestro país, eso de ser puntual comienza a ser una desventaja. (Y la gente comienza a verte como vicho raro, te señalan con el dedo y te dicen: “ ‘ira ahí viene el que siempre llega temprano”).
En fin, sigamos, después de una hora y cuarto de espera, todos los que éramos ahí estábamos. Para fortuna de los que no traíamos auto, Carlos Ibarra (mi tocayo), ya nos tenía asignado un automóvil, nos repartimos equitativamente en cuatro automóviles, no tuvimos que llevar nuestras bicicletas a casa de Victor (el hermano de mi tocayo) para que la camioneta del turno vespertino se las llevara, porque todos traían sus propios racks. En el caso de Juan Pablo las amarras de su rack habían sido devoradas por sus perros, así que tuvimos que improvisar tipo Mcgiver.
Casualmente frente a nosotros como caída del cielo, junto a una cabina telefónica, de esas pocas que aún se les ponen monedas (no digo la compañía por miedo a ser demandado por daños y perjuicios), había una súper amarra resistente, hecha de un material especial (un vil mecate), así que Isao como buen joven explorador y ex boy scout y yo , decidimos bajarlo ya que se encontraba sobre el cable de la cabina. Isao me dice “híjole a ver sino me lo traigo con todo y cable” y yo le digo “na!! Si sólo esta sobre él, nada más dale una jaloncito” pues como buena premonición y cosa del chamuco!! Isao jaló el cable, pero no sólo se vino el cable telefónico sino un tubo con una placa metálica tipo hacha medieval, que de no ser por los ángeles que me cuidan me hubiera rebanado mi pequeña y fina nariz, o peor aun me hubiera dejado digno para salir en la página principal de la revista familiar “ALARMA”… todos, desde lejos y como en cámara lenta vieron la escena aterrados… afortunadamente y después del vandalismos/ terrorismo hormiga, no pasó a mayores, pudimos quedarnos con el mecate y amarrar seguramente nuestras bicicletas sobre el rack.
-Pero parecía que todo estaba en contra nuestra, que las fuerzas desconocidas o el espíritu de Jaimito el Cartero no nos dejaba proseguir nuestro viaje.-
Ya todos arriba de los autos nos disponíamos a salir del parque cuando Juan Pablo se echó en reversa, debido a la emoción y la adrenalina, no pudo ver a un Jetta que como salido de la nada se nos puso atrás. De pronto escuché un grito casi de pánico, a Isao diciendo “cuidado tienes coche detrás” y zas! Una de las bicis se le había ensartado ligeramente a la parte posterior del Jetta, rápidamente y como un convoy de judas o cuicos de esos de los negros de Zapopan, nos bajamos del coche, para ver las dagas del percance. Afortunadamente no pasó a mayores, una ligera sumida: después de una conciliación rápida y muy civilizada pudimos salir a nuestro destino (no antes de ver como televisa filmaba para sus noticieros amarillistas, como era sacado de una vecindad un tipo ensangrentado, linda ciudad eh??).
El viaje hasta Santiago Tangamandapio
El viaje hasta Santiago Tangamandapio
Después de sentir la mala suerte y una confabulación de las fuerzas malignas en contra de nosotros, los aires ya no fueron malos aires. Se decidió irse por la ruta libre (no hay casetas de paga), y pasar por algunos pueblos. Llegamos a la Barca en donde ya se encontraban Hugo Rodríguez, Eduardo Chavarin, Oswaldo Herrera Eduardo Fernández, Omar, Nidia, Sasha Sandoval (la más pequeña de las camararrodanteras) Victor y Tonatiuh (el segundo más pequeño) Ibarra. La mayoría de ellos ya disfrutando de uno tacos de Birria y unas buenas cervezas... sólo como tentempié, ustedes saben, una ligera botanita para alegrar el espíritu y mitigar el hambre.
Sanos y salvos llegamos a nuestro destino, muy contentos y con las expectativas muy en lo alto.
Salimos de ahí, y se acordó no parar hasta Zamora. En Zamora, nos detuvimos a tomar fotos en la Iglesia llamada “La Inconclusa”, una iglesia de estilo neogótico y que hasta hora me recordó un poco, después de pasarme medio día haciendo memoria, a la catedral en Colonia Kölner Dom. En fin.
Tomamos unas buenas fotos y nos fuimos directo y sin escalas a el Restaurante de Carnes en su jugo y asadas de la “Pantera Rosa”… el debate sigue sobre la sintaxis de la palabra Carnes en su jugo….
Aun no entiendo bien… ¿alguien me puede explicar por favor?... Como dos horas después, bien comidos, y con las baterías cargadas llegamos a nuestro destino Tangamandapio, un pueblo que se localiza el suroeste de México en Michoacán. ( “Tangamandapio ganó fama en la serie de televisión "El chavo del ocho" gracias a unos de sus personajes conocido como Jaimito "el cartero", caracterizado por Raúl Padilla (y no el ex rector de la UdeG), que dice ser de dicho lugar; siempre aparece nostálgico, recuerda el pasado y muchos períodos diciendo el nombre de la ciudad y describe su belleza”).[1]
Santiago Tangamandapio.
Aun no entiendo bien… ¿alguien me puede explicar por favor?... Como dos horas después, bien comidos, y con las baterías cargadas llegamos a nuestro destino Tangamandapio, un pueblo que se localiza el suroeste de México en Michoacán. ( “Tangamandapio ganó fama en la serie de televisión "El chavo del ocho" gracias a unos de sus personajes conocido como Jaimito "el cartero", caracterizado por Raúl Padilla (y no el ex rector de la UdeG), que dice ser de dicho lugar; siempre aparece nostálgico, recuerda el pasado y muchos períodos diciendo el nombre de la ciudad y describe su belleza”).[1]
Santiago Tangamandapio.
Sanos y salvos llegamos a nuestro destino, muy contentos y con las expectativas muy en lo alto.
Tangamandapio un pueblo bonito, limpio, con sus calles estrechas y sus fachadas de adobe y charhapiti k'uerekua (barro rojo). Nos acomodamos en una terraza de un pariente de mi tocayo en donde pudimos acampar muy a gusto en el jardín, pudimos acomodar las bicicletas bajo techo y teníamos luz y un baño.
Nos instalamos y ya la luz se escapaba sobre las coladeras michoacanas. Se propuso dar una pequeña vuelta en bicicleta por el centro, que en ese momento de encontraba de fiesta, las fiestas patronales que se celebran en honor al Apóstol Santiago. Agarramos nuestras bicicletas y partimos al concurrido por no decir abarrotado centro. Un policía nos sugirió bajar de ellas (con justa razón), pasamos por la plaza que aun no estaba en toda su capacidad, la gente nos vio extraño ya que aunque es un pueblo con cultura a la bicicleta no era momentos para andar entre gente con ellas, salimos rápidamente y con mucho respeto y nos dirigimos al cerro de la cruz para ver desde lo alto todo el pueblo.
Nos encontramos una subida revienta corazones que casi nos hace llegar a gatas y babeando. Pero ahí estaba Santiago postrado ante nosotros, la luz se extinguía detrás de las montañas, en tonos azules y naranjas, de fondo la música de la feria y los juegos pirotécnicos con su colorido-estruendo, la escena fue cuasi perfecta de no ser por los zancudos: la puesta de sol, el horizonte multicolor, las montañas, cobijando al pueblo y más abajo todo de fiesta.
Nos encontramos una subida revienta corazones que casi nos hace llegar a gatas y babeando. Pero ahí estaba Santiago postrado ante nosotros, la luz se extinguía detrás de las montañas, en tonos azules y naranjas, de fondo la música de la feria y los juegos pirotécnicos con su colorido-estruendo, la escena fue cuasi perfecta de no ser por los zancudos: la puesta de sol, el horizonte multicolor, las montañas, cobijando al pueblo y más abajo todo de fiesta.
Dejamos las bicicletas, llegaron los del turno vespertino y compañeros de otros estados: San Luis Potosí (Romualdo Galván), Morelia, México (Ana Claudia Neponte , Cynthia Castañeda), convirtiendo el paseo en un paseo nacional. Tomamos algunas cervezas (recomendado para antes de una rodada extenuante, dicen los doctores), fuimos al pueblo a comer algo. Unos le entraron a la dieta “T” del taco, otros a la de la torta, otros compraron pan relleno con chilacayote, más cervezas, pura dieta sana para gente sana, oh si!
Ya algunos nos fuimos a la terraza a cenar lo comprado, otros siguieron paseando. Yo me fui a dormir relativamente temprano, como 12 de la noche, pero otros compañeros, más disciplinados siguieron la receta del doctor: más cerveza! Ahora dejé de ver y todo fue una buena fiesta sonora. Fuera de la casa de campaña muchos de los compañeros celebraron y convivieron, la carrilla no se hizo esperar: yo sólo escuchaba los motes de: VIERNES, PADRE ALBERTO, YORDIE ROSADO, AGUAS CON EL TOPE, escuché a los que para no despertar temprano le bajaron la llanta al compañero… pero todo e increíblemente alegre, aunque muchos de los compañeros parecían haberse conocido desde hace mucho tiempo no era así. Creo que el gran factor en común es que todos creemos en la bicicleta como un buen generador de energía positiva, se cree en el respeto al medio ambiente, el gusto por la fotografía, por viajar y sobre todo creemos en la diversidad de cosas que nos brinda la vida.
Día de rodada.
Ya algunos nos fuimos a la terraza a cenar lo comprado, otros siguieron paseando. Yo me fui a dormir relativamente temprano, como 12 de la noche, pero otros compañeros, más disciplinados siguieron la receta del doctor: más cerveza! Ahora dejé de ver y todo fue una buena fiesta sonora. Fuera de la casa de campaña muchos de los compañeros celebraron y convivieron, la carrilla no se hizo esperar: yo sólo escuchaba los motes de: VIERNES, PADRE ALBERTO, YORDIE ROSADO, AGUAS CON EL TOPE, escuché a los que para no despertar temprano le bajaron la llanta al compañero… pero todo e increíblemente alegre, aunque muchos de los compañeros parecían haberse conocido desde hace mucho tiempo no era así. Creo que el gran factor en común es que todos creemos en la bicicleta como un buen generador de energía positiva, se cree en el respeto al medio ambiente, el gusto por la fotografía, por viajar y sobre todo creemos en la diversidad de cosas que nos brinda la vida.
Día de rodada.
Muy puntuales y con el sonidos de los gallos, se comenzó a escuchar el movimiento dentro de las casas de campaña, algunos levantándose para ir al baño, otros ya cambiados y preparándose para el camino, comiendo galletas energéticas, pan relleno, fruta, agua… cerveza ya no! Eso sería para después. Una hora después ya casi todos estábamos listos, checando las bicicletas por última vez, calentando, otros tirando patadas voladoras (cada quién su técnica y su método cuántico para estar en forma). Nos fuimos al punto de encuentro en donde la camioneta de apoyo nos estaba esperando, al igual que tres guías experimentados (Rey, Ricardo, Juan y José) que nos hicieron el honor de llevarnos por todo el recorrido. Llegando los desbalagados salimos todos en grupo.
Puedo confesar que todo era como lo esperaba. Salimos del pueblo por una de sus calles que por lo cierto estaba también muy empinada, los jóvenes guías parecían que traían un motor en las bicicletas y el resto de los mortales sufrimos con nuestra primera cuesta hacia los Pirineos michoacanos.
Puedo confesar que todo era como lo esperaba. Salimos del pueblo por una de sus calles que por lo cierto estaba también muy empinada, los jóvenes guías parecían que traían un motor en las bicicletas y el resto de los mortales sufrimos con nuestra primera cuesta hacia los Pirineos michoacanos.
Tangamandapio - La Cantera - Tarecuato
Nuestra primera ruta fue hacia La Cantera, una brecha colorida de aproximadamente entre 8 y 10 kilómetros. Con constantes subidas que ponen a prueba nuestra condición. Los que íbamos un poco más adelante íbamos junto al tercer lugar a nivel Jalisco de ciclismo de montaña, un chico de 19 años que tenía un perfecto control de la bicicleta así como un condición envidiable, (su nombre) venía platicando como si fuéramos platicando por una calle tranquilamente, nos echaba porras y nos día muy paternalmente: “ah sí! Creo que la subida que sigue es la última y no está muy pesada” y así nos dijo como 10 veces más cada que pasábamos casi llorando una subida, sin embargo gracias a las recetas del doctor anteriormente mencionadas y nuestra condición de ironman, pudimos sortear y vencer todas vicisitudes e inclemencia del camino.
Cada subida nos premiaba con una hermosa vista del valle que dejábamos abajo, cada camino nos mostraba su belleza, su tranquilidad. Una tierra recién llovida donde todo contrasta entre el rojo de la tierra y el verde de la vegetación. Un cielo limpio y despejado, con un sol intenso pero que no fuera soportable.
Conforme avanzábamos los rostros se veían más sudados, pero ninguno se quejó, no importó el sexo ni la condición física, todo mundo subió, todo mundo disfrutó la vista, disfrutó bajarse de la bicicleta y tomar fotos al paisaje, a las vacas, a los burros, a los estanques de agua, a los pueblos y sus tejados en el horizonte, todo mundo tomó fotos, entre nosotros mismos, unos a otros y todo se convirtió un desenfreno fotográfico también digno de ser fotografiado.
Llegamos a La Cantera, unos se adelantaron hasta Tarecuato, otros nos quedamos en el mercadito dominical de La Cantera, en donde nos tomamos fotos, en donde compraron jugos, descansaron y se hidrataron. Las mujeres hablaban con otras mujeres, los hombres con otros hombres. Ahí descansamos como un poco más de media hora, para salir a alcanzar a los demás a Tarecuato situado también en el municipio de Tangamandapio.
Ahí visitamos la iglesia donde vivió el hoy famoso príncipe danés en la Nueva España: Fray Jacobo Daciano.
Tomamos muchas fotos y después nos dirigimos hacia la plaza donde hay un mercadito mayormente Purépecha, donde comimos rica fruta, compramos pan y gorditas de trigo, tomamos más fotos.
El regreso a Tangamandapio.
Conforme avanzábamos los rostros se veían más sudados, pero ninguno se quejó, no importó el sexo ni la condición física, todo mundo subió, todo mundo disfrutó la vista, disfrutó bajarse de la bicicleta y tomar fotos al paisaje, a las vacas, a los burros, a los estanques de agua, a los pueblos y sus tejados en el horizonte, todo mundo tomó fotos, entre nosotros mismos, unos a otros y todo se convirtió un desenfreno fotográfico también digno de ser fotografiado.
Llegamos a La Cantera, unos se adelantaron hasta Tarecuato, otros nos quedamos en el mercadito dominical de La Cantera, en donde nos tomamos fotos, en donde compraron jugos, descansaron y se hidrataron. Las mujeres hablaban con otras mujeres, los hombres con otros hombres. Ahí descansamos como un poco más de media hora, para salir a alcanzar a los demás a Tarecuato situado también en el municipio de Tangamandapio.
Ahí visitamos la iglesia donde vivió el hoy famoso príncipe danés en la Nueva España: Fray Jacobo Daciano.
Tomamos muchas fotos y después nos dirigimos hacia la plaza donde hay un mercadito mayormente Purépecha, donde comimos rica fruta, compramos pan y gorditas de trigo, tomamos más fotos.
El regreso a Tangamandapio.
En Tarecuato y por invitación de dos de los guías más jóvenes un grupo decidió devolverse por en medio del cerro, una vía más corta pero mucho más exigente y difícil. Y el otro grupo decidió (yo con ellos), regresar por la carretera, que era una ruta más larga pero menos difícil.
Los del grupo de la carretera emprendimos el regreso. La carreta en muy buen estado y poco transitada, nos dio la oportunidad de ver unos paisajes increíbles, con unas subidas difíciles pero no en extremo y eso si, unas bajadas en curva de ensueño. Se podía sentir el aire en todo el cuerpo, el sonido de las aves y todo un contexto que nos liberó para explotar nuestros sentidos. Sin exagerar puedo decir que pocas veces me he sentido con tanta libertad, con una felicidad muy particular de cumplir uno de mis sueños: rodar en un tipo de lugar así.
Todos regresamos muy cansados pero extasiados de tanta belleza, todo mundo muy agradecido con Carlos Ibarra y los de Cámara rodante por permitirnos conocer aquellos lares inolvidables.
La comida.
Los del grupo de la carretera emprendimos el regreso. La carreta en muy buen estado y poco transitada, nos dio la oportunidad de ver unos paisajes increíbles, con unas subidas difíciles pero no en extremo y eso si, unas bajadas en curva de ensueño. Se podía sentir el aire en todo el cuerpo, el sonido de las aves y todo un contexto que nos liberó para explotar nuestros sentidos. Sin exagerar puedo decir que pocas veces me he sentido con tanta libertad, con una felicidad muy particular de cumplir uno de mis sueños: rodar en un tipo de lugar así.
Todos regresamos muy cansados pero extasiados de tanta belleza, todo mundo muy agradecido con Carlos Ibarra y los de Cámara rodante por permitirnos conocer aquellos lares inolvidables.
La comida.
Llegamos al pueblo esperamos unos minutos, y ya con hambre fuimos convidados a un muy rica comida casera en casa de parientes de mi tocayo, en donde bajo un árbol comimos rica botana de pepino recién cortado, degustamos un rico arroz, carne de puerco en salsa, unos esquicitos frijoles, con nopales, guacamole, tortillitas casi recién hechas y unas buenas y heladas cervezas.
Algunos otros, me excluyo, mientras comían, veían la derrota de los gringos frente a la decepción mexicana.
Después llegaron los que se habían ido por el cerro, venían alucinando por la complejidad del trayecto, con una intensa subida de 4 kilómetros, y una bajada tipo toboganes, pero mucho mucho mejor que les requirió de mucha habilidad y pericia. Hubo caídos pero ninguno de gravedad. También se confirmó a Betty Martínez como la primera mujer en cruzar ese camino.
Así trascurrió el resto de la tarde y uno a uno nos fuimos bañando, quitándonos kilos de polvo y sudor. Relajados y bañados se comenzó los preparativos del regreso.
El regreso.
Poco a poco, todos nos alistábamos, algunos recogían sus cosas, otros reposábamos la comida, otros más pedían correos electrónicos, platicaban o veían jugar a la incansable Sasha.
Llegué a mi casa a media noche, casi a punto de que se la acabara el encanto al día, cansado, un poco harto del camino, pero muy contento de haber conocido a gente como Juan Pablo, Eduardo, Hugo, Isao (cuidado con el tope!!), Omar, Osvaldo, a Víctor, y Nidia, ver a Carlos, Maggie, a Edgar y Jacobo de nuevo, y claro está , agregar un punto más a mi colección de momentos vividos.
A manera de epilogó/y/o/posdata
Así trascurrió el resto de la tarde y uno a uno nos fuimos bañando, quitándonos kilos de polvo y sudor. Relajados y bañados se comenzó los preparativos del regreso.
El regreso.
Poco a poco, todos nos alistábamos, algunos recogían sus cosas, otros reposábamos la comida, otros más pedían correos electrónicos, platicaban o veían jugar a la incansable Sasha.
Llegué a mi casa a media noche, casi a punto de que se la acabara el encanto al día, cansado, un poco harto del camino, pero muy contento de haber conocido a gente como Juan Pablo, Eduardo, Hugo, Isao (cuidado con el tope!!), Omar, Osvaldo, a Víctor, y Nidia, ver a Carlos, Maggie, a Edgar y Jacobo de nuevo, y claro está , agregar un punto más a mi colección de momentos vividos.
A manera de epilogó/y/o/posdata
Perdón por extenderme, lo sabía pero no lo advertí jeje y gracias a mi tocayo y familia por toda la hospitalidad!! Y ahí disculparan los errores ortográficos, esto no fue ni será corregido jeje.
Crónica: Carlos Limón.
Crónica: Carlos Limón.
Fotos: Victor Ibarra. Carlos Limón.
Vaya, ¡pues qué experiencia! ¡Y qué envidia (de la buena), a la próxima iremos con ustedes!
ResponderEliminarExcelente crónica Tocayo 2 (Carlos Limón).
Y Tocayo 1 (Carlos Ibarra), haremos todo lo posible por ir a la siguiente rodada foránea "turística".
¡Saudos y felicidades!
Buenísima la rodada a Tangamandapio. Todavía recuerdo las enormes bajadas del regreso (de la vez anterior), como dice Carlos Limón: eso es lo más parecido a la libertad.
ResponderEliminarEspero pronto volver a unirme a las rodadas.
Saludos a todos !!
atte: Gary Fisher (Alfredo González)
Mi estimado Carlos, la verdad te la aventaste de Octavio Paz, realmente pudisté describir perfectamente el lugar y el sentir de todos, a mi también me dió mucho gusto convivir contigo y con todo el grupo como los grandes amigos que cada vez nos hacemos. Gracias a todos por haber sido parte de esta Increible experiencia!!! Chequen el facebook. Un abrazo
ResponderEliminarQue padre cronica, no omitistes detalle, padrisima rodada FELICIDADES!!!., y espero volver a verlos en otra, todos los que asistieron son muy buena onda, excelentes compañeros,... eso lo origina la bicicleta.
ResponderEliminarUn abrazo a todos.
Romualdo Galván (ROMO) S.L.P.
Lo no tan malo de haber faltado (por causas ajenas a mi voluntad) a esta tan buena rodada, es poder vivirla en forma virtual gracias a la estupenda crónica. Lamento mucho no haber podido acompañarlos, ni hablar, para la próxima! Y ¡felicidades por la rodada y por la crónica!
ResponderEliminarMartín Rodríguez
Como nunca aprendo, siempre llego temprano, aunque en el caso de nuestro país, eso de ser puntual comienza a ser una desventaja
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