Rodada al Mirador de Techaluta
Gracias a la recomendación e invitación de María Rostro, tuve la grandiosa oportunidad de ir a rodar con Cámara Rodante, debo reconocer que estuve un poco indeciso porque no sabía si iba a aguantar o no los 50 km que se decían iban a ser. A final de cuentas me decidí y ahí estaba a las 6:30 en el Starbucks esperando a que llegaran los demás. El día no pintaba muy bien puesto que había amanecido lloviendo, así que el pronóstico para el lodo era muy grande.
Llegamos en carro hasta Atemajac de Brizuela, y en cuanto me baje, sentí ese frio que siempre está presente por aquellos rumbos. Comenzamos a rodar por una brecha. De inmediato nos recibió una larga y empinada subida que nos hizo dejar de sentir frio.
De ahí en adelante fueron kilómetros y kilómetros de subidas, en una de esas se comenzaron a escuchar unos sonidos, nos detuvimos y vimos que era nada más y nada menos que un águila. Justo después de eso comenzó una bajada que nos llevó a un pequeño lago, ahí esperamos al resto del grupo. Continuamos por la brecha y de repente comenzó el lodo!!
Era demasiado en algunas partes, tanto que algunos nos atascamos, otros casi se caían, y algunos otros a medias, el chiste es que acabamos todos enlodados.
El último esfuerzo para tomarnos nuestra foto de pasaporte
Después del lodo, hubo otra subida pesada, pero valió la pena porque llegamos a la desviación a la cruz del ermitaño, donde fue un poco de bajada hasta llegar a la cruz, cuál fue nuestra sorpresa al llegar y no ver nada.
Todo estaba cubierto de niebla allá arriba. Bajé al mirador pero lo único que conseguí ver fue blanco, no se veía nada, ni para el frente, ni para abajo, ni a los lados, aun así fue una vista muy chida, y el lugar vale la pena. Estuvimos descansando y agarrando fuerzas un rato ahí arriba, tomamos fotos y arrancamos de nuevo.
Ya no está lejos, ay nomas una subidita
Comenzamos el descenso, estaba bueno, muy empinado y era mucho, solo que muy parejo, y llegamos hasta un estanque donde nos tomamos unas fotos muy buenas. De pronto se escuchó un estallido (varios pensamos que fue de bala). Ya después no sabíamos hacia donde, bajamos a una ranchería donde una señora (Doña rosario) preguntó que si nos podía mirar.
Ahí nos quedamos esperando a los demás, y doña rosario preguntó que si nosotros éramos los que gritaban, que porque había escuchado como un disparo, ya después supimos que había sido la cámara de un cuate que traía sus llantas como a 80 libras.
Como no sabíamos muy bien por donde era, le preguntamos a ella y nos dijo “aquí nomas bajan y le hacen shhhh (refiriéndose a frenar) y después nomas es una subidita y llegan a la piedra barrenada, de ahí es pura bajada”.
Tan bien le caímos a Doña Rosario, que hasta partimos para Juanacatlán con invitación a volver dentro de dos semanas “por los elotes”. Reanudamos, y como ella dijo, fue un poco de bajada haciendo shhh. Y comenzamos a subir, pero cual subidita, era una subida muy empinada, muy muy larga, de esas que te van tronando poco a poquito, cuando veías una curva rezabas porque fuera la última, hasta que por fin se acabó y poco a poco fuimos llegando todos hasta la piedra balanceada.
Ahí volvimos a descansar y esperar a que llegara el resto del grupo. Ya cuando estábamos todos, comenzamos a bajar de nuevo, por una brecha muy amplia con muchísimas piedras, hasta que por fin llegamos a Juanacatlan. Ahí nos reunimos y concluimos que como todos estábamos ya muy cansados y era muy tarde, nos íbamos a regresar por carretera, y así fue. Al principio íbamos todos juntos para cuidarnos, pero después cada quien agarró su ritmo y fue llegando a donde estaban los carros. Al final nos tomamos fotos y algunos se fueron a Guadalajara, otros nos quedamos.
Tacos tacos y más tacos
Los que preferimos quedarnos teníamos una razón, y es que había una fondita que decía “tacos torteados” que se veía muy tentadora. Todos fuimos ahí, comenzamos a pedir, hasta que vimos que no funcionaba pedir individual, pedimos que fueran trayendo platos con tacos, y no la pasamos platicando muy a gusto, incluso hubo quienes no desaprovecharon la oportunidad y se lanzaron por las caguamas, y al vernos en la dificultad de abrirlas, otra compañera demostró su experiencia destapándolas con una cuchara. Después de eso, fue momento de regresar a Guadalajara en el Chevy de pablo que no se raja.
Crónica de Juan Pablo Ortiz Brune
CAMARA RODANTE
COLECTIVO
- CAMARA RODANTE
- Guadalajara, Jalisco, Mexico
- Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com
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Eso de los tacos se me antojo!! Les mando un abrazo y a pedalear!! @pavkachef México D,F.
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