COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

jueves, 10 de julio de 2014

"Y CONQUISTÉ POR PRIMERA VEZ LA TORRE 2 DEL BOSQUE LA PRIMAVERA... " CRÓNICA DE MÓNICA GOMEZ


Cada paseo en bicicleta comienza con los preparativos 

Días antes, fuimos al supermercado nos surtimos con los víveres necesarios para la rodada: compramos barritas energetizantes, plátanos y electrolitos para ir bien preparados rumbo a la Conquista de la Torre 2 en el Bosque de la Primavera.

El camino de ida

La cita era el domingo 7 de julio a las 8:30 am en los postes de entrada al Bosque, por Avenida Mariano Otero. De manera que nos organizamos para salir temprano de casa, planeamos comenzar el recorrido a las 7:00 am desde el rumbo de la Minerva para llegar a tiempo a los postes. Así que mientras revisaba que no faltara nada en el itacate previsto, vi por la ventana que comenzaba a brillar la luz en el cielo y en cuanto despuntó el alba, grite “ya está amaneciendo… es hora de irnos” y al grito de ya, nos enfilamos a cruzar las vías del tren por Av. Arcos, acto seguido a nuestras espaldas pasó la bestia ruidosa y pesada: tomemos nota, la bestia pasa antes de las 7:30am, no nos vaya tocar que otro día nos atore …

El raite

Íbamos a buen ritmo por Plaza del Sol, cuando se nos empareja una Suzuki 4x4 y amablemente nos invitan a subir: era Pepe, amigo de Cámara Rodante, que tenía planeado ir también a rodar, rumbo a la torre 3, para entrenar por su cuenta. Y que intuyendo la lejanía de nuestro objetivo, se apiadó para facilitarnos la llegada al bosque y que no corriéramos el riesgo de llegar tarde o ya tronados, antes de empezar, sobre todo yo que tenía un buen rato sin salir a rodar y dos semanas tirada sin poder respirar bien, víctima de sinusitis; por lo cual el simple hecho de llegar a plaza de sol, ya significaba una pequeña victoria para mí. Aprovechamos el raite sin hacer mutis… y en breve llegamos a los postes.

Durante el camino, Carlos y Pepe intercambiaron anécdotas de cómo era antes el sendero rústico para llegar al bosque, de lo difícil que era llegar a los postes y de cómo ha ido cambiando la zona, cada vez más habitacional, así como la nueva ciclovía que últimamente es parte del camino al bosque y que va recibiendo de alguna manera a los ciclistas.

El ocho y medio 

Una vez estacionados, nos despedimos de Pepe para darle paso a comenzar su entrenamiento, mientras que nosotros saludamos a los amigos de Cámara Rodante que ya habían llegado. Eran las 8:00 am e insistí entonces en que yo debía de comenzar a subir el ocho y medio, pues siendo un tramo bastante inclinado y pedregoso, y dada mi moquera sinusítica, pintaba el panorama para que fuera algo tortuoso: pero lo quería hacer, y lo quería hacer ya! Así que Carlos le pidió a Jorge Gandarilla  que recibiera por favor a los que se fueran incorporando a la rodada y espera a Omar Sandoval, el guía del día, para que subieran juntos en punto de las 8,30am. Y así fue como nos enfilamos a subir.

Íbamos Carlos y yo subiendo a ritmo tranquilo, con el sonido de fondo de un dragonsillo agonizante: mi sinusitis se rebelaba. Fue necesario detenernos varias veces para drenar ese líquido viscoso que me impedía respirar fluidamente, pero no me importaba, yo sólo pensaba en que quería llegar a la cima, sin importarme el tiempo que me llevara, por eso la premura de adelantarnos, para poder disfrutar de la rodada sin presiones de tiempo. A las 8:10am cruzamos la caseta de los postes iniciando camino y a las 8:30am ya estábamos en el ocho y medio, saludando guajolotes y vacas que almorzaban el paisaje. Logramos llegar sin problemas, solo nos entretuvimos un poco, a sonar los mocos.

El inicio del recorrido


Pronto empezaron a llegar uno a uno los compañeros de Cámara Rodante, amigables, sonrientes, saludando y sudando. Entonces, después de unos minutos de descanso, nos incorporamos para iniciar la Conquista a la Torre 2, previa foto oficial del día.

Vuelta a la derecha en el puente


Comenzamos la rodada saludando a los guardabosques que se ubican en el inicio del siguiente camino, en varios grupos se fue enfilando la rodada. Guiados por Omar Sandoval y Jorge Gandarillas, recorrimos el bosque por el camino rústico que ahí aún es Mariano Otero, para luego dar vuelta a la derecha en un entronque que aparentemente antes solía ser un puente, para continuar por un camino con varias subiditas y bajaditas, que nos llevó después a un camino de asfalto, que en breve nos arrojó a unas bonitas vereditas boscosas, donde por senderos más angostos, tuvimos que continuar de uno a uno bajo la sombra del bosque cerrado, siempre hacia arriba, subiendo hacia la cima.


Ahí ya venían varios compañeros de regreso, que amablemente y admirados me decían “subiste!! ... qué bien, felicidades!!” me imagino que era evidente mi falta de oxigenación. Luego hubo un camino que iba bordeando a la izquierda barranco y a la derecha montaña, donde en un punto muy alto, fue posible tener una vista hermosa del paisaje del bosque, donde aprovechamos para detenernos y hacer varias fotos.


Para entonces ya íbamos rezagados del grupo, junto con otros compañeros que rodaban por vez primera con Cámara Rodante. Pero no nos preocupaba ir lentos, más bien íbamos concentrados en disfrutar pedaleada a pedaleada, disfrutar la vista, y en mi caso: respirar. Respirar el olor a bosque, respirar el aire fresco, húmedo y frío que me recodardaba el milagro de la vida.

La última gran subida

Luego de esas vereditas hermosas, Carlos me comentó que faltaba una subida pronunciada y luego ya estaba la famosa Torre 2, pero que era pesada la subida, me preguntó si deseaba esperarlos ahí ó subir… me imagino que mi constante jadeo daba cuenta de mi dificultad para respirar, pero me amarré las faldas y dije: “subo, no sé cómo, pero subo… llevaré mi bici a pasear” porque para entonces, ya no iba montada en mi corcel de acero blanco, sino más bien jalándolo a mi lado.


Subimos pues, y más de alguno al llegar, nos vitoreo y aplaudió: fue mi primera vez en subir hacia la Torre 2…! Estaba emocionada de estar ahí, como fuera, lo estaba logrando y Carlos me apoyaba en todo momento.


La conquista de la Torre 2

Luego de tomar un breve descansito y hacer otras fotos, me indicó Carlos el caminito para subir a la torre 2. “Qué mieeeeeeedo!!” Pensé. Pero no me permitió un “no” por respuesta y cuando menos pensé ya estaba trepando yo hacia la torre del vigia. Ayudada por Carlos y Omar, una vez arriba, qué emoción!! Qué vista tan increíble del bosque, de la ciudad, de los árboles, del cielo. El viento corría a mi alrededor y emocionada tenía los cachetes congelados de frío. La sinusitis? Ya no era problema, ahora el vértigo me embargaba. Le dimos la vuelta al paisaje desde arriba, yo como gato con las uñas enterradas asegurándome para no caer. Contentos hicimos algunas fotos, de la Conquista de la Torre 2, en el hermoso bosque de la primavera.


Bajando con cuidado 

Luego iniciamos el descenso, bajar de la Torre, que impresión! Con las piernitas temblando y el viento revoloteándome, logré tocar tierra firme, gracias a los comentarios pacientes de mi manager. Luego tomamos rápidamente un refrigerio, para continuar el descenso rodando. Si subir implica su gran esfuerzo, creo que bajar implica una gran concentración y técnica para no desbarrancarse y caer de cuernos estampándose en las piedras o el terreno suelto, que engaña a la vista.


Una breve caída 

Intenté bajar cautelosa, pero todo en exceso es malo. La falta de confianza me hizo frenar abruptamente ante una piedrota que se apareció justo frente a la llanta delantera de mi bici, y plop! Caí de costalazo al lado izquierdo, con mi bici encima y enredada en los pies, qué susto pasé! Rápidamente hice inventario mental de músculos y huesos, e intenté incorporarme para continuar, Carlos me quitó la bici de encima, y a fin de eso me pude levantar, adolorida, pero completo.

El sendero de regreso 

El resto del descenso fue muy bonito con todo el paisaje verde y una que otra floresita del campo. Luego para finalizar, bajamos el ocho y medio, ese empedrado y pronunciado camino que termina en los postes, avisando que el terreno rustico a terminado, para dar paso al camino de concreto. Y el último destino obligado de la rodada: La tiendita; donde tradicionalmente es posible compartir unas bebidas antes de dar por terminada oficialmente la rodada. Ahí hicimos solo una pequeña escala, para emprender luego la rodando el regreso a casa.


Fue un paseo muy bonito, que logré gracias al apoyo y paciencia de Carlos Ibarra, quién en todo momento me motivo a lograrlo y me acompañó para lograr conquistar la Torre 2 del Bosque de la Primavera!

Mónica Gómez Zepeda
Cámara Rodante

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