COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

jueves, 28 de marzo de 2019

LA TEMERARIA VUELTA AL MUNDO



Todo comenzó el jueves 21 de marzo, una mañana ajetreada en el trabajo como cualquier otra, mi padre, Héctor Esquivel, guía y amante de ayudar a los quedados, ponchados, lesionados o perdidos (para quien lo conoce, sabe de lo que hablo) se me acerca y me invita a la rodada de la famosa y temida “Vuelta al Mundo”

La Vuelta al Mundo, una ruta, que para ser exactos, en abril del 2011 la recorrí, aunque por esas fechas no tenía ese nombre tan temerario, solo era la referencia de “cruzamos el río y hay unas bajadas con obsidianas y lo mejor, que te puedes meter a refrescar al agua”. Por esos ayeres me movía en mi súper bicicleta Mercurio de 30 kilos, tal vez menos, pero era suficiente para desafiar las subidas y bajadas que implica llegar al destino.



Domingo 24 de marzo, me despierto un par de horas antes del encuentro; subo la bici al carro; me preparo un café; alisto mis cosas y llego al punto de salida. Me alegra ver la gran convocatoria que tiene Cámara Rodante, y que a pesar de la gran distancia de la ruta, veo mujeres y hombres de todas las edades dispuestos a domar la ruta al Río Caliente.

Llegamos a la primera subida, por lo que pude ver sin ningún contratiempo, una que otra caída, nada grave, así que continuamos. Busco a mi padre y lo supuse, como cada salida, viene en la retaguardia cuidando al grupo (al principio pensé que no disfrutaba pero todo lo contrario, durante la semana seguimos platicando lo bien que la pasamos).



Por fin atravesamos el descenso de Obsidiana y la gran recompensa a un gran esfuerzo, una planicie de un par de kilómetros entre el bosque bordeando el río. Atravesándolo algunos con la osadía de no bajarse de la bici, sorteando la suerte con las piedras enlamadas y unos otros mojándonos los pies.



Al fin en el río, algunos no aguantamos la tentación de tomar un refrescante baño en lo que todos cruzan, un momento de relajación en el bosque unos minutos para disfrutar lo que nos ofrece la naturaleza (en fin, creo que es el propósito de todos los que nos gusta este lindo deporte, desconectarnos de la ciudad). Ya que cruzaron todos, a moverse al siguiente punto… ya en compañía de mi padre, en la retaguardia o como muchos le llaman, de barredora, fuimos escoltando a un compañero que venía algo aturdido con el Sol, nos retrasó unos minutos hasta que llegamos al gran esperado momento de comer.

Como es costumbre, paramos a comer a un lugar muy especial en el pueblo de La Primavera, bastante sabroso y un par de cervezas para agarrar valor y seguir el camino nada leve, faltaba cruzar La Venta y llegar hasta el punto donde todo comenzó.



En fin, La Vuelta al Mundo, un recorrido que tiene de todo, subidas, bajadas, adrenalina y sobre todo lo más importante, pasar un momento de camaradería con el gusto en común del ciclismo, con personas que no conoces pero te ofrecen ayuda si es necesario o no te dejan solo o varado. Hasta la próxima rodada y gracias “Cámara Rodante”.

Crónica por: Gustavo Esquivel


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