Para entonces un domingo de temporal muy fresco recibiendo el alba con entusiasmo que la rodada de hoy me han propuesto ir a Tala por una ruta muy gustada que anteriormente he compartido con los camaradas de Cámara Rodante, que el día de hoy se espera una ruta muy demandante la cita en el acceso de Postes junto al fraccionamiento de los Robles en el Bosque de la Primavera, que hoy lo partimos a la mitad solo usando nuestras ruedas.
Hoy que ya se siente cercano el invierno me he venido bien cubierto, traje completo de pies a cabeza y el balaclava. Estamos de lujo pues andamos estrenando juego de ruedas entero y transmisión, y por su puesto he incluido buen equipo de soporte mecánico como ya lo tengo acostumbrado. No pueden faltar un buen café para antes del arranque y para llevar unas cuantas calorías en forma de barras de cereal. También las experiencias pasadas me han enseñado que a veces los 2 Litros de agua de la mochila pueden ser apenas justos, por lo que también incluimos ánfora por si las moscas.
Como he llegado tarde, me va a tocar pisarle a fondo a los pedales, me aviento la primera cuesta arriba con ritmo constante y para cuando llego a la estación de Estéfano he agarrado calorcito y se me ha quitado el frio en las manos, ¡ya tenemos puesta la máquina a punto! Cerca de 1 kilómetro delante del “sal si puedes” me encuentro al contingente de 10 integrantes al que se le suma el 11vo, va la foto de bienvenida con el camarada Cristobal, acto seguido continuamos que ya pasan de las 8am. Enseguida nos propusimos hacer una parada de 15 minutos en la cabeza de mono para toma de fotos, refinarnos un tentempié y esperar otra parte del grupo tuvo alguna dificultad, metros atrás.
Anteriormente habíamos tenido dificultades para encontrar sendero al cruce de un arroyo y su represa, pero en esta ocasión fue muy fácil, sin embargo, el siguiente reto fue cruzar un terreno plano de pastizales espesos, de pronto nos vimos cubiertos por un tipo de cañaveral por encima de nuestras cabezas en un largo segmentos singletrack que apuraba más por la falta de visibilidad por el peligro de topar de frente con paseantes en sentido contrario. Salimos bien del paso, Joaquín nos tomó fotos chidas y nadie se nos quedó olvidado en aquel laberinto (hasta donde sabemos).
Por fin llegamos a Tala y primeramente nos tomamos la foto junto a las letrotas junto al templo; aun me quedaba 1L de agua de la mochila y toda el ánfora de reserva, pero mucha hambre se sentía, por lo que nos fuimos tres compas a buscar tacos de carnitas que nunca encontramos, por lo que tuvimos que improvisar y llegar a la carnicería a armarnos un itacate de carne, chicharrón y pepena, complementarlo con tortillas, salsa y frijol, y echar taco en compañía de los locales y el resto del grupo de ciclistas en las bancas de la plaza principal.
Antes de partir nos tomamos otra foto grupal aprovechando el entarimado que colocaron quién sabe para qué evento, nos le trepamos y posamos como las estrellas que somos, claro que sí, y fue entonces que de la nada se nos aparece un ángel con sus alas y amuletos colgados por todos lados, nos dedicó una plegaria y una danza mística de la fortuna… muy buena onda el ente espiritual aquel. Y que conste que también salió en las fotos para que quien lea esta crónica nos crea y no me tome de loco, les digo que sí, ¡Yo lo vi!
El retorno como nos lo prometieron fue por Obsidianas, prolongadas colinas cuesta arriba con suelos sueltos, tapizados con filosas escamas de roca volcánica, a marcha constante pudimos llegar sin muchos retrasos al camino principal, y tal como lo hicimos en abril de este año, le dimos una rasurada al bloque de hielo de los riquísimos helados raspados, que en esta ocasión de no tan altas temperaturas, contaba con el surtido completo de jarabes y bebidas para socorrer al necesitado paseante. Yo duré casi 30 minutos, pues esperé que la última parte del grupo regresara por si se ofrecía algo, parece que hubo que mandar pedir una barredora, pues algún compañero se quedó sin galleta kilómetros atrás, pero ya no supe en que terminó el asunto.
En el ultimo tramo de regreso tomamos Joaquín y yo en la estación de Estéfano la vereda que le llaman “arenas”, yo no la conocía y me gustó mucho, está muy dinámica y excelentemente trabajada, con sus rampas y curvas entarimadas, es necesario traer buena bici para sacarle todo el jugo.
En el recuento de los hechos, el regreso de todo el grupo se completó hasta las 15:30hrs, creo que el saldo de la rodada fue totalmente blanco, 0 ponchaduras, sin descomposturas, las pocas detenciones solo fueron requeridas para tomar agua, agarrar aire o cotorrear mientras se compacta el contingente disfrutando un excelente clima fresco y muy despejado. Mención honorífica para Adrián, que hoy vi que en comparación con la última vez ha subido mucho de nivel, tanto así que en varios tramos nos largaba a todos.
Muy satisfecho quedé, gracias Cámara Rodante.
Por Arturo González