Ni los intensos rayos del sol, ni las posibles desveladas del viernes y para sorpresa de muchos, ni la cultura "mocha" de la sociedad de Guadalajara impidio que el sábado salieramos a las calles a manifestar el deseo de respeto a los ciclistas y a exigir una cultura vial.A escasos minutos pasando las 11 de la mañana comenzamos a rodar rumbo a la Minerva, unos con conchas, otros con calzoncillos, algunas en toples, unos cuantos completamente desnudos y otros más tapados, siguimos el trayecto hacia dicho lugar ante las miradas de los sorprendidos, de los incrédulos, de los echadores de porras y de uno que otro personaje en contra de singular manifestación.
Sin temor a equivocarme, considero que nuestra ciudad dio un gran paso al permitirnos y que nos permitieran hacer esta rodada, fue un placer ver a espectadores respetuosos, a una autoridad no censurable y dispuesta a apoyar y más placer aún el compartir con los gustosos de la bicicleta de una forma ordenada y educada.
Por Mónica Gómez
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