
En un día helado como este 20 salimos rumbo al duelo con las dos torres: torre 1 y 2.
Al arranque unos frenos fallan y Jacobo improvisa un tope para el chicote con un tapón de válvula. Bien por su ingenio, aveces paga traer rondanitas y chucherías en la mochila.

¿por qué corremos tanto?, sería tan sencillo quedarnos bajo las cobijas.
Da gusto asomarse al día e ir sintiendo el calor que genera el movimiento. Al llegar al ocho y medio el primero avisa que se regresa, se ha sentido mal, se le agolparon las sensaciones en el estómago.
Lino ha traído una bici sin suspensión y no parece padecerla. La trajo según dijo para sacarla un ratito al baile.

Con Lino tomamos una pequeña desviación y llegamos hasta un puente colgante derruido. Conecta nuestro camino con dos fumarolas de la Geotermia. ¡Cuántos escondrijos y memorias tiene este bosque!
Parada larga en la Torre 2. El grupo completo se reúne.
Vamos abajo, que nos falta otra buena subida para acabar con el día.
Entroncamos con Mariano Otero, allí nos alcanza Andrés Piñero que sube con nosotros.
El grupo se divide y Saúl toma unas buenas fotos, se comparten las novedades del Nevado. Son ahora 8 los que continúan con el reto a la siguiente torre.

Bajamos como planeadores con ruedas, y de pronto zaz! Eduardo muerde la rueda. Implacable Lino lo ayuda a parchar su cámara que más parecía rosario de cuentas de tanto parche.
A casi unos minutos de terminar, en San Nicolás, Osvaldo se nos pierde. Sale por entre unos cercos y matorrales hasta postes, nosotros tras de él. A José Eduardo no lo encontramos nunca porque se fue de filo hacia la Torre 1.
Gracias a todos, ciclistas aferrados ¡verlos subir me hace fuerte!
María Rostro
Cámara Rodante
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