Llegamos a las 8 am a Plaza San Isidro, nuestro punto de reunión, empiezan los saludos y las bromas entre todos los amigos que he hecho desde que comencé a rodar con este gran grupo. Detenemos un momento nuestras bromas para escuchar las indicaciones de nuestros guías y empezamos a rodar.
Hacemos nuestra primera parada antes de comenzar el recorrido tan esperado; comenzamos con una bajada bastante rápida donde desgraciadamente uno de nuestros compañeros sufrió un accidente; continuamos con nuestro camino y comenzamos con el primer tramo hacia Mesitas en el cual detenemos unos momentos para descansar un poco y socializar.
Después de ese merecido descanso comenzamos el tramo pesado para algunos de nosotros; subidas bastante pesadas y que significan un reto pero que al llegar al final de las mismas logramos observar unas vistas maravillosas del valle, lo cual hace que todo el esfuerzo valga la pena.
Durante el trayecto como en todos los recorridos existen caídas, descomposturas y compañeros que de plano se detienen a descansar y tomar aire para lograr conquistar esas montañas (confieso que yo soy uno de ellos jajaja) pero al escuchar esos gritos de “animo” por parte de los demás compañeros nos llegan fuerzas y mas ganas de seguir pedaleando; estos momentos son en los que realmente se aprecia la camaradería que existe en el grupo, esos gritos que nos animan a los rezagados y esos compañeros que nos detenemos para ayudar en las reparaciones a las bicicletas de los demás.
Continuamos y llegamos a Copala, en donde para nuestra sorpresa había fiesta del pueblo y en la cual fue muy agradable contestar los saludos y los buenos deseos de mucha gente del lugar y es en esos momentos en los que me vino a la mente la pregunta ¿No seria genial que en la ciudad fuéramos todos igual de amables?
Seguimos nuestro camino para regresar a Plaza San Isidro y al llegar nos encontramos con que están entregando nuestros reconocimientos; los cuales son un muy agradable recordatorio de todas esas rutas que hemos conquistado desde que comenzamos a rodar con el grupo y mas que nada un recuerdo de todos aquellos amigos que hemos conocido en el transcurso de las rodadas y que sin todos ellos esto seria imposible. Gracias a todos y a seguir rodando.
Por José Cárdenas Villalobos.
Cámara Rodante.
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