CRÓNICA DE LA CONQUISTA DE LA TORRE 2, UN DOMINGO COMO CUALQUIER OTRO.... POR CARLOS CHAPA..

Mis queridos amigos y compañeros, algunos conocidos solo de vista, algunos otros compañeros de grupo en la rodada. Todo inicia igual que todas las historias que escuchamos desde niños, un día como cualquier otro….pero solo en apariencia. Tras tener un descanso forzado, la urgencia de acción me llevo a desempolvar mi bicicleta e irme al bosque de la primavera donde conocí este grandioso grupo de amigos lleno de camaradería llamado Cámara Rodante. Todo había empezado en la rodada rumbo a la mosca, pero claro, todo ciclista de corazón es adicto a los retos y así es como se inicia la travesía rumbo a la Torre 2. Para muchos sería un domingo como cualquier otro, pero para nosotros es la emoción de rodar, desafiarnos, divertirnos y convivir con muy grata compañía de los integrantes del grupo. Está de más mencionar que muchos socializamos hasta muy tarde el día anterior; que preparamos un día antes lo que necesitaríamos y que con mucho sueño pero con mucho mas gusto nos levantamos tras dormir unas cuantas horas para iniciar la ventura.

A las 8:30 am se ve llegar toda la comunidad de C.R. en la pluma, también conocida como postes. Siempre alegres, listos y emocionados comenzamos por escuchar a los líderes que tan amablemente se hacen responsables de indicarnos el camino, aconsejarnos y apoyarnos en toda situación. Empezamos con avance rítmico y un poco lento hacia el famoso 8 ½. Para algunos es estresante, para otros es cansado, pero nadie puede negar que sea un muy buen calentamiento para arrancar motores e indudablemente más tranquilo que subir por la Cebada.

Tras terminar la primera parte de la prueba se empiezan a recibir instrucciones y a formar grupos para iniciar la parte divertida de la rodada. Contando con la confianza de poder tomar nuestro paso y nuestros descansos, especialmente si son tramos largos para evitar abusar del masaje prostático provisto gratuitamente por el asiento de la bicicleta.

La vista mejora con cada pedaleada, un camino de tierra rodeado del vistoso verde de los arboles, las hojas caídas y el susurro del viento. Poco a poco empieza a haber más pendientes, las piernas empiezan a hacer cada vez más esfuerzo, pero la meta es clara y nadie da la vuelta atrás. Es un camino que una vez iniciado no hay vuelta atrás, no hasta haber tenido éxito.

Cuando no se tiene mucha experiencia hay caminos sinuosos difíciles de subir sin bajarse de la bicicleta. Algunos de estos casos son los deslaves de piedras en una pendiente muy inclinada donde es difícil mantener el control. A pesar de que a veces te cruza la idea de que saliste a rodar en la bicicleta y no que saliste a pasearla por la montaña, no hay nada mejor que superar esos pequeños inconvenientes y saber que nos esperan los tacos de barbacoa que prometían estar esperándonos en la torre 2 tal como nos prometió nuestro heroico guía…..jejeje solo bromeaba, no hay nada como saber que pudiste superar el reto y que en la siguiente ocasión será más fácil hacerlo sin bajarse de la bici.

Tras un par de horas de arduo ejercicio y sudar sin parar, apoyado por los gritos de “ánimo” y “ya casi llegan” finalmente estamos en la famosa Torre 2. Desconocida hasta el momento para muchos de nosotros. Al llegar ya está un gran grupo de ciclistas descansando y rehidratándose. La primera idea que cruza tu mente es dejar la bicicleta a un lado y subir a la torre.

Al estar sobre la Torre 2 y ver el paisaje te das cuenta que valió la pena el esfuerzo, que es mejor que estar en casa durmiendo o viendo la televisión. No negare que me odie a mi mismo por no haber llevado mi cámara para captar tan hermoso paisaje, pero de todas maneras mi celular me permitió llevarme un poco de ese momento conmigo. Éxito y satisfacción reflejada en el rostro de todos mientras se tomaba un descanso antes de pasar a la siguiente fase, el descenso.

Aunque bajar es más fácil que subir en muchos sentidos, siempre hay pequeños espacios en los que hay que bajar la velocidad y en algunos casos bajar de la bici. Definitivamente el tiempo se va volando y nosotros también lo hacemos, subiendo la adrenalina con la velocidad en aumento. En un parpadear de ojos estábamos de regreso en el punto de partida. Tras una travesía tan divertida como esta pareciera haber acabado todo, pero siempre hay sorpresas.

Al igual que la olla de oro al final del arcoíris estaban aguardando las “bebidas mágicas de la felicidad” en la tiendita que está un poco más adelante. Un poco más de tiempo de calidad con la comunidad C.R. compartiendo experiencias, ideas y brindando. Creo que nadie podrá negar que después de los sacrificios realizados es todo un deber brindar por la victoria.

Para muchos seremos unos locos sin nada mejor que hacer los domingos, para otros unos dementes que prefieren no descansar el domingo como lo dicta la iglesia. La verdad es que nadie mejor que nosotros entendemos la magia de andar sobre ruedas, sentir el viento en el rostro, la adrenalina del momento, viviendo la vida al máximo y con plenitud.

Sigan Rockeando, sigan Rodando!!

Carlos Chapa 

Cámara Rodante