El montar en la bicicleta siempre me recuerda a los trayectos de la vida; la ruta en la bicicleta me enfrenta con mis miedos, miedo a nos subir las grandes cuestas de la ruta y de la vida, descontrol en las curvas, los baches, los obstáculos, los descensos sin frenos me recuerda tanto al trayecto de la vida, insisto, pero también me recuerda que yo trazo el camino, que poco a poco y con mucho esfuerzo puedo subir las cuestas más altas, que puedo frenar respirar y seguir adelante en las grandes curvas del trayecto.
Me recuerda que hay grandes y buenas personas en el camino que te empujan, que te echan una mano, que te dan consejos para tu camino y que te acompañan en él haciendo de tu trayecto, un recuerdo que se graba en el corazón.
Gracias Cámara Rodante, eso fue lo que viví con ustedes, un rodada difícil para mí, después de mucho tiempo sin salir a rodar. Hubo subida, bajadas, cuestas difíciles, pero en todas ellas siempre estuvieron ustedes apoyándome. Para mí, una gran experiencia, un grato recuerdo y por supuesto, mucho agradecimiento por la rodada y el hermoso convivio en la elotiza.
¡¡¡¡Mil gracias por la experiencia!!!!
Crónica por: Carolina Salcedo
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