COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

martes, 18 de febrero de 2020

RODADA A LA TORRE 2, UNA RUTA DE TRAGOS GORDOS




Días antes del domingo, desde que se anunció la rodada a la Primavera, me dio el nervio, pues en la anterior, mi hija se cayó en una bajada, y yo le sufrí un poco por la falta de condición. Teníamos que confirmar pronto, y pues lo comentamos en familia y confirmamos. Primer trago gordo...

El domingo 16 desperté desde las 4:00 am con el miedo: "Y si mejor no voy? Si mejor me voy a la vía? para que me arriesgo, seguro me voy a quedar ahí atorada y nomas vamos a arruinarles la rodada a los padrinos y compañeros".

Así hasta las 6:00 am que me paré de la cama sin estar convencida; me bañé, preparé snacks, cafecito, licuado familiar (vamos en familia a rodar), cascos, guantes, rack, bicis, etc. Ha sido algo tan padre de hacer en familia que no me animé a decirles que me quería rajar. Así que nos fuimos... Segundo trago gordo...

Del grupo 1, el morado, llegamos pocos, pero nuestros guías y padrinos, esos sí, al pie del cañón; Esteban, Lety, Susi y Óscar, los 4 listos para acompañarnos. En el trayecto de la tiendita al inicio de la Primavera yo ya iba bofeada, pero no me animé a rajarme. No había forma, los padrinos venían llenos de palabras de aliento y motivación. Tercer trago gordo...



Emprendimos el famoso ascenso al 8 1/2 y pues hice de tripas corazón; mi termómetro es mi hija, si ella va bien, yo voy bien. No sé cómo, pero cuando estaba por desfallecer en la subida, algo pasó en mi mente y en mi cuerpo que seguí y seguí, "no me hablen, no me distraigan", una especie de estado de meditación o algo así... Y llegué... No podía creerlo, ya en ese punto estaba yo muy orgullosa de mí y de mi hija Maia que también llegó. Mi esposo es atleta, así que para él no es tan difícil el esfuerzo físico, pero también estoy orgullosa de él. No sé cómo pero llegamos "la familia" cómo nos comenzaron a decir los guías: "aquí venimos atrás con la familia" je je... Algo que escuché varias veces.

Creí que esa subida era lo más duro, así que le seguí con confianza, que tan difícil podía ser?... Cuarto trago gordo...
Se me ocurre hacer un alto en una bajada, y a la hora de retomar se me cruzan los cables, me subo a la bici presionó los frenos a fondo y suelo! Susi acudió rápidamente a mi auxilio, la adrenalina no me dejó sentir mucho el dolor, me puso un spray mágico en las manos y a seguirle, no íbamos ni a la mitad...quinto trago gordo...



Mas adelante, mi hija comenzó a desesperarse (está algo consentida confieso) y comenzó a llorar. Yo disimuladamente me adelanté porque conmigo se agrava la cosa, ya ven cómo se ponen los hijos con las mamás, se quedó en manos de su papá y Susi y Óscar (nuestros ángeles de la guarda) que no la dejaron rendirse... Sexto trago gordo...

Supe después que estuvo a punto de aventar la bici por el barranco de la desesperación y el cansancio, pero se contuvo...
Comencé a ver que algunos decidieron regresar, yo lo consideré y fue una opción, pero Carlos nos dio ánimos y dijo "ya casi llegamos, anden, échenle ganas" y con todo y golpes y lágrimas y corajes, continuamos... Séptimo trago gordo...



El camino se hizo cada vez más difícil, entre piedras, subidas y bajadas yo me eché un buen cacho caminando. Y por lo que supe mi hija y sus acompañantes también. Me topé con muchos rodantes que ya venían de regreso, algunos me echaban porras y me decían "ya mero"... Ni modo de rajarme a esas alturas.



Oía vocecitas a lo lejos, finalmente las alcancé. Vi a los de mi grupo y sentí que se abría la Capilla Sixtina y volaban ángeles a mi alrededor. Unos minutos después llegó el resto de la familia al destino, la Torre 2, mi hija al borde del desmayo, nos hidratamos, comimos algo y nos volvió el alma al cuerpo. Todos ya se estaban regresando, pero no podíamos dejar de subir a la Torre, así que, con las patitas de atole, subimos para encontrar la inmensidad. Un regalo la vista desde la Torre, caro el regalo, pero vale cada gota de sangre, de sudor y de lágrimas (literalmente en este caso).

Ya recuperado el aliento emprendimos el regreso, bastante más ligero sé sintió, entre caminata y pedaleada logramos llegar.



La última bajada, que había sido el ascenso inicial, era el regalo prometido. Con cansancio, golpes, calambres y hambre, el empedrado no es tan agradable pero no había alternativa, a esas alturas mi rodilla lloraba desconsolada, así que solo quería llegar a piso firme. Casi lloro y abrazo de emoción a la mujer que estaba en la pluma dando acceso al bosque. Me precipité, pedaleé en estado ya de zombie y logré llegar a la camioneta. Me baje de la bici, me recosté en el pasto y recuperé el aliento, detrás de mí llegó mi hija que ya venía más tranquila gracias al amoroso acompañamiento de Susi, con quién estaremos eternamente agradecidos como familia. Mi esposo llegó detrás, fuimos por un six de cervezas, destapamos una cada uno y nos echamos el último trago gordo de la rodada...

Así cerramos la Rodada de Novatos, felizmente golpeados, muy agradecidos con Cámara Rodante y listos para seguir rodando. Salud por los 12 años!

Crónica por: Patricia Fernández y Familia


No hay comentarios:

Publicar un comentario