La cita era un lugar conocido para mí, donde empecé a rodar hace ya un par de años. Puntual a la cita reconociendo los nuevos amigos que lo hacen sentir uno de ellos, la aventura está por comenzar y siguiendo las indicaciones del guía, el buen Ramón, llegamos al 8 1/2 después de tremendo calentamiento de la caseta hasta ahi que es pura subida, todos los integrantes de ''caguama rodante'', perdón Cámara Rodante y ¡listos!.
Se decidió dividir en grupos, la ''elite'', los que se detienen, y los más novatos, mientras decidía en cual, arrancó la elite y me voy con ellos, al inicio el terreno lo conocía hasta que en ese punto conocido como la Glorieta dimos un viraje y nos adentramos al bosque y todo comenzó a ser un nuevo camino, un lugar llamado Las Fumarolas, pasando por lugares inhóspitos, intransitables aun en bicicleta, barrancos y caminos estrechos y paredes nos impedía pedalear constantemente.
Hubo dos lugares donde vimos las fumarolas, del primero al segundo, tres de nuestros acompañantes cambiaron la ruta por que de ahí en adelante para retomar el camino hacia la torre, tendríamos que cargar la bicicleta lo cual fue una experiencia única, el reto de subir una pendiente con la bici al hombro y espalda, hubo un momento donde pisé una zanja y cai, la caída no me preocupó, pero la caída de la bici sobre mi, ¡si!
Una lucha interna por completar el camino no dejaba de ser parte de la odisea, y los paisajes enormes, que la capacidad de asombro no termina, hacia arriba adelante y a los lados disfrutando el camino y atrás la brecha que no volveré a ver. Al encontrar el camino a la torre, noté que todo era pendiente arriba, hubo un momento que si caminé al lado de la bicicleta resoplando.
Al llegar a la torre sabía que el resto era camino abajo y la magnificencia del paisaje de testigo, en ese trayecto cuesta arriba y cuesta abajo nos encontramos unos a otros con los compañeros de los otros subgrupos, la relajante y nada fácil bajada al camino ancho, el cansancio nos alcanzó, yo al menos, alegre de que el final estaba cerca, sin antes descubrir un nuevo camino ''Arenosas'' por nombre, al menos para mi fue un nuevo camino, ideal para aquellos suicidas del camino que yo con precaución descubrí.
Crónica por: Eduardo Montes Urquidi
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