Mi nombre es Francisco Roman, les comparto mi experiencia en esta rodada!!!
Todo empezó cuando vi la publicación que sería al Ojo de Agua, me emocioné pues a ese lugar ya había ido con el buen amigo Martin Sandoval, lei toda la convocatoria y dije “es mi momento de brillar” jajajaja, calculé los kilómetros que recorrería y tome la decisión de salir desde mi casa, me dije “que sea la primera vez que lo hago”. Y para estar mejor preparado, llevé mi bici a servicio al Santuario de la Bicicleta, quería que se sintiera como un avión.
Platiqué mi idea con el buen Jona que es el “jefe de mantenimiento en Cámara Rodante” todo lo sabe, es igual de bueno que el estafiate. Me dice -vamonos rodando, cada que salimos hacia esos rumbos de aquí arrancamos-, más motivación para mi, lo malo fue que no contaba que mi bici estaba algo dañada y había que conseguir piezas, por un momento pensé en no asistir pero a la vez tenía muchas ganas de ir y me animé a marcarle a mi hermano para pedirle su bici y de inmediato me responde “ya sabes que si, a qué hora vienes por ella”, le dije en la noche voy.
Preparé todo mi equipo, casi casi dormí vestido jajaja, me sentí como los niños que van a ir a un balneario y duermen con el traje de baño puesto. Me levanté tempranito, prepare algo para comer y compartir; me dirigí hacia la casa del buen amigo Jona, de ahí nos fuimos al Santuario de la Bicicleta, salió carlos y nos fuimos más rápido que de volada hacia el punto de reunión que fue plaza San Isidro.
Llegamos y me alegré de ver a muchos compañeros ciclistas, la mayoría conocidos, otros por conocer, eso sí, todos bien a todas margaras. Nos tomamos la respectiva foto antes de iniciar, Héctor dio indicaciones y nos dispusimos a iniciar. Esta rodada la tomé como un reto personal, pues como les comenté, fue la primera vez que salí rodando desde casa.
El guia que en esta ocasión fue el buen amigo Samuel, traía su bici muy “aceleradita“, le dimos a muy buen ritmo; subimos el cerro donde está el Cristo, esa subidita esta muy buena, ahí descansamos un rato, comimos, nos tomamos mas fotos pero lo que más me gustó de ese punto, fue la buena idea del amigo Héctor de ofrecer tacos de chicharrón, fue la onda.
Seguimos con nuestra ruta, con subidas y bajadas demandantes, técnicas y sobre todo divertidas. Para llegar a nuestro destino que era el Ojo de Agua, sentía que mis piernas ya no daban mas, yo solo me decia “tu puedes Pancho, ánimo“ hasta que de plano una piedra me descontroló y ya no pude seguir. Caminé el último tramo para llegar.
Cuando bajé al Ojo de Agua me sorprendió ver a un compañero nadando feliz y contento después otros más se animaron a echarse un chapuzón.
Yo llevaba una sorpresita, era una pachita con tequila, la saqué y les ofrecí, lo más curioso es que a varios les volvió el alma al cuerpo, jajajaj sabe por qué…
Nos regresamos con muchas ganas de llegar al minisuper para la rehidratación final, contar anécdotas y seguir conviviendo.
Seguimos con nuestro regreso y en el trayecto, Carlos le dice a Jona !mis frenos!, l revisó y después de varios intentos por repararlos, se dio cuenta que no se podía por falta de una pieza que se dañó. Nos vinimos un pequeño grupo más atrás por si algo se le ofrecía, eso me gusta de Cámara Rodante, que cuando a alguien se le ofrece algo, jamás se le deja tirado.
Me siento parte de este grupo desde las rodadas de novatos 2020 y cada vez que puedo salgo a rodar con ellos, pues he encontrado muy buenas amistades aquí.
Crónica por Franciso Roman
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