El pueblo mágico de Jala Nayarit nos invita a recorrer los caminos que surcan a sus grandiosos cerros que le resguardan, con gran alegría y el ambiente que caracteriza a esta gente que comparte nuestra locura y pasión por la bicicleta y la montaña, partimos a las 9 en punto de la mañana después de hacer los respectivos registros y arreglos en las muy bien organizadas mesas en el zócalo del Jala.
Arrancamos impacientes recorriendo las empedradas calles del pueblo en dirección a el cerro de Jomulco quien nos recibe sin piedad con su interminable subida por carretera asfaltada con una diferencia de alrededor de 1500 m en vertical en menos de 20 km, el clima fue piadoso con nosotros con una humedad suave y una temperatura agradable bajo un cielo nublado que nos permite disfrutar de esta carretera
El contingente de mas de 200 personas se comienza a extender por las empinadas y engañosas laderas de este cerro que ocultaba una subida tras otra al salir de cada curva como un verdadero calvario, por fin llegamos al punto de hidratación a la mitad de la subida, recargamos fuerza con agua, bananas y narajas.
Algunos se recuperan mas rápido que otros y continua la incesante inclinación impia que para algunos duro 2 horas para otros mas de 3. Llegamos al primer poblado denominado Pueblo Nuevo donde su gente nos recibe con sorpresa y alegría los niños vitoreaban a los participantes y estiraban sus juguetonas manitas para animar a quien iba pasando. Aquí nos adentramos al bosque por caminos bien delimitados de terracería y empedrados que pasaban por hermosos y frescos pasos de agua limpia de la montaña.
Entusiasmados por las primeras y divertidas bajadas que solo nos hacian creer que se había acabado la subida pero NO las subidas solo se acabaron antes de los últimos kilómetros de esta interminable montaña rusa de la naturaleza que nos llevaba de abajo arriba tanto en emociones como en cansancio y fuerzas para continuar todo el contingente hermanado y preocupado por sus compañeros surcaron las venas de estas verdes y boscosas montañas con el volcán del Ceborruco de vigía y fondo para nuestras fotos.
Por fin comienzan las bajadas pero sorpresa hay que tener mucha precaución ya que la naturaleza del suelo es tramposa y mortal lo que parece un suave y alfombrado camino resulta ser una trampa de arena que atrapa las ruedas y las lleva a su propia voluntad sacando la habilidad de los maestros y los sustos de los no tan técnicos ya que cada que la trampa te atrapaba las ruedas sufrias y a mas de uno les hizo caer.
Por fin las ultimas bajadas y un camino recto de 10 km de arenas movedizas que hacía parecer que los frenos de la bicicleta se habían quedado pegados por lo pesado que era circular por ellas.
Por fin de nuevo al pueblo y sus calles empedradas donde al cruzar la meta con los aplausos y porras nos esperaba una medalla una comida y una ceveza y lo mejor la transformación del sentimiento y pensamiento de la Tortura a la victoria y a la satisfacción de haberlo logrado.
Gran celebración nos esperaba con los amigos y a penas a unas horas después de sufrir y pensar en no volverlo a hacere ya estábamos planeando la siguiente gran rodada donde espero compartir esta pasión con cada uno de ustedes.
Por David Urbina
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