Platicando con un buen amigo de mi trabajo, surgió el tema de los pasatiempos de fin de semana, él me comentaba que disfrutaba de los paseos en su bicicleta, porque le había permitido conocer personas y lugares increíbles, además me comentó sobre las rodadas que organizaba Cámara Rodante y enseguida me invitó a contactarlos para que pudiera ir a uno de sus recorridos y así lo hice.
El domingo pasado desde muy temprano inicie los preparativos que me permitieran ir a disfrutar de la rodada organizada por Cámara Rodante, según se leía en la convocatoria, la ruta era la Sauliña, el nivel era Intermedio – avanzado y consistía en un recorrido de aproximadamente de 35 km de distancia.
Desde que llegue al punto de encuentro la experiencia comenzó a ser agradable, se percibía un ambiente de convivencia entre quienes habrían de hacer el recorrido, se estaban preparando para lo que se venía, algunos estaban revisando sus bicicletas y sus equipos, otros más con un café en mano disfrutaban de conversar, minutos después, quien dijo ser uno de los guías hizo un llamado, por lo que todos ya listos para rodar nos alineamos para escuchar los pormenores de la rodada, acto seguido la foto de la posteridad, posteriormente iniciamos el recorrido.
Al principio todo fue un disfrute total, la ruta nos recibía con pronunciadas bajadas y curvas que nos obligaba a usar cuidadosamente los frenos, después comenzaron las subidas que aunque costaron mucho esfuerzo, se disfrutaron, al llegar a la parte más elevada se podía ver un hermoso paisaje, mientras recobrábamos el aliento nos permitimos contemplar la vista que nos regalaba el momento; el clima era perfecto para rodar, casi siempre el sol estuvo detrás de las nubes.
Más tarde hicimos una parada obligatoria, fue momento de un merecido descanso, cada quien hizo lo propio, algunos comieron un buen lonche y se rehidrataron con la bebida de su preferencia.
Al término del refrigerio secontinuó con la travesía, ya en el tramo final una buena subida nos despidió de la ruta, MISION CUMPLIDA, todos los que fuimos a esa rodada regresamos con bien, irónicamente el rostro expresaba agotamiento y al mismo tiempo dejaba entrever la satisfacción de haber completado el recorrido.
Haber rodado nos permitió disfrutar la mañana del domingo de la mejor manera que conocemos las personas amantes de los pedales y los recorridos a campo abierto, gracias a ello se disfrutó de todo lo que nos regala la gran experiencia de recorrer lugares increíbles sobre una bicicleta y en compañía de grandes amigos.
Por Luvin Torres
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