Al principio me la pensé por el desnivel de la ruta, aunque ya había hecho subidas muy aproximadas se que representan un reto muy grande y no estaba tan seguro si en este momento tenía lo que se necesitaba, pero como he estado entrenando constantemente aunque no desniveles tan grandes decidí que lo intentaría, cosa de la cual no me arrepiento para nada.
Llegamos al punto de inicio y nos encontramos ahí 6 ciclistas locos desmañanados pero con toda la actitud. Para pronto nos pusimos en marcha y en efecto, es una rodada demandante.
Desde que comienzas a pedalear es para arriba, y no paras de subir hasta que llegas a las antenas, ni un metro para abajo, el camino no es para nada técnico, en su mayoría es empedrado con una que otro bache, solo es subir y subir cosa que nos tomó cerca de 4 horas.
Al llegar sientes esa satisfacción de haberlo conseguido, la vista impresionante y un clima excelente. Estuvimos un tiempo ahí, tomamos fotografías, nos hidratamos y comimos un snack, pero teníamos que continuar.
Solo llevábamos un 30% del recorrido y nos faltaba el regreso, el cual fue muy divertido, un camino mucho más técnico, subidas y bajadas con piedra suelta y caminos quebrados.
El guía Joaquín siempre muy atento, y todos los participantes super buena vibra, definitivamente no me la pensaré para volver a realizar este tipo de recorridos que te llenan de vida y satisfacción.
Por Mario Morteo Pérez
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