Todo inició cuando vi publicada la convocatoria y sentí una corazonada, "tengo que ir, esa ruta me gusta", y durante la semana estuve con la emoción de ir el domingo a la rodada de la ruta Franciscana. Aunque ya tenía un tiempo sin asistir a las rodadas de Cámara Rodante dije tengo "que ir" y le comenté a mi hermano que si iba a ir y me dijo que si y todavía me emocioné más, además ya traía la inquietud de cambiar de bicicleta.
Y el sábado que voy a visitar varias tiendas de bicicletas y con la emoción a mil también, me sentí como una niña al entrar a una tienda de juguetes y me dije: "si voy a la rodada de cámara ya será con la bici nueva para volar. Por la noche empecé a preparar la ropa que iba a llevar el domingo y estaba "este jersey si este no, bueno este", entonces dejé todo listo para madrugar el domingo con mi bici nueva.
Finalmente llegó el día tan esperado y cuando llegué el punto de reunión me dio mucho gusto ver como iban llegando diferentes ciclistas y ya me preguntaban por los guías y ya les decía que estaban al fondo del estacionamiento y me dice el chavo "es que es la primera vez que ruedo con Cámara Rodante"y le dije "que bien". Sentí bonito ver las nuevas generaciones que se integran al grupo.
Cuando nos concentran para dar las indicaciones de inicio veo a muchos de mis amigos ciclistas de tiempo atrás y me da mucho gusto coincidir y verlos nuevamente.
Iniciamos la rodada todos muy emocionados saliendo de San Miguel Cuyutlán, donde pudimos apreciar diferentes templos históricos, después a San Juan Evangelista pudimos apreciar lo bonito de la laguna, ya que había diferentes tipos de aves y garzas que nos llamaron la atención y nos tomamos fotos y después seguimos pedaleando a Cajititlán.
Por mas rodadas así con lugares muy bonitos y el compañerismo y camaradería del grupo de Cámara Rodante.
Así mi experiencia de hoy, saquen su bici a pasear y sean felices disfrutando los paisajes.
Por Letty Salazar
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