RODADA PARA NOVATOS POR VIAS VERDES, PORQUE NADIE NACE SABIENDO…CRONICA DE CAROLINA MENDOZA..

El domingo 29 de Julio era la cita para ir a rodar con Cámara Rodante a invitación de Vías Verdes Jalisco, una ruta que además de hermosa se promueve para desarrollo de turismo sustentable y en la cual podemos aprender un poco de historia del Estado. La convocatoria se hizo para reunirse a las 6:15 a.m. el parque Alcalde y un segundo punto sería en Chedrahui de Av. Vallarta a las 7:15 a.m., yo no llegue a ninguno de los dos, tarde pero seguros llegamos Cesar D. Castañeda y yo a los burritos por carretera a Nogales donde nos esperaban nuestros buenos amigos de la Banda del Sur (James, Cristhian, Hugo, Lety y demás), rápidamente entramos al OXXO a comprar nuestros víveres para el camino ( una noche antes prepare mis cosas, siempre se olvida algo, pero eso si siempre casco, guantes, agua y cámara de repuesto).

Comenzaron a salir los carros rumbo a Ameca, y nosotros nos quedamos un poco atrás, pero Hugo nos estaba esperando para salir en caravana y que nadie se perdiera o quedara en el camino, pero al final de cuentas creo que todos nos perdimos un poquito pues podíamos entrar por el Centro de Ameca o por la terracería que da a las Vias, nosotros tomamos el segundo camino con algo de baches y charcos pero llegamos. Al llegar a la estación todos nos preparamos para salir, bajar y armar bicis, y saludar a los amigos que no habíamos podido saludar antes, muchas caras conocidas y otras que jamás había visto pero al fin de cuentas aquí todos somos amigos potenciales.

En este recorrido nos guiaron los Guias Verdes, y nos acompañaron los Osos Polares, comenzó el recorrido por la ciclopista donde una vez estuvieron las vías del ferrocarril, pasamos el primer puente y nos dieron una breve explicación de como se pudo rescatar, ahí Chava y Chio nos invitaron a Cesar, Paul, y a mi a irnos por la brecha y ahí entre vacas, piedras y demás íbamos apreciando el paisaje, hasta que se termino la brecha y tuve que subir de nuevo a la ciclo vía, no contaba con que los postes fueran movedizos y ZAZ, un choque perfecto de mi manubrio con el poste, el compañerismo y preocupación por parte de los amigos no se hizó esperar y todos preguntaron estas bien?. Aquí es en donde la frase tan ya conocida de “solo hay dos clases de ciclistas: los que ya se cayeron y los que se van a caer” paso a un rotundo cambio gracias a Alex Murillo ahora era “ hay tres clases de ciclistas “ los que ya se cayeron, los que aún no y los que se volverán a caer”, enhorabuena pensé justo para amenizar el momento. Las caídas son uno de los momentos que todo ciclista quisiera evitar, pero en todo deporte y hasta en la vida cotidiana son necesarias, pues hasta para caer se tiene que aprender. Es inevitable no caer, seria como querer rodar en una atmosfera tan segura, pero entonces donde queda eso que hace que esto sea una verdadera aventura!
Comenzó el camino de brecha una experiencia completamente diferente, donde se puede apreciar la naturaleza en todo su esplendor, una ruta tranquila con unas tenues subidas y bajadas, que con miedo, algunos pasamos y, los expertos, entre porras y palabras de aliento nos daban ánimos mientras sin dificultad alguna nos ponían la muestra de como pasar. No se nace sabiendo andar en bici, y mucho menos con la técnica para andar entre montañas, pero nuestros maestros en algún momento también tuvieron que aprender lo que ahora saben, y lo mejor es que nos comparten su conocimiento sin recelo alguno.

Llegamos a la presa de la Vega y el paisaje que se era realmente hermoso, es el momento de admirar la naturaleza, convivir con los amigos, tomarse fotos, etc. En estas rutas es en donde se aprende a disfrutar de la naturaleza, el sol en todo su esplendor, el olor a naturaleza viva, ese calor húmedo, el aire que ventea en ocasiones para refrescarte y en otras como queriendo frenar tu paso, el sonido del agua que va cayendo en cascada, son esos pequeños momentos que se disfrutan al rodar entre la naturaleza, de esos que se deben aprovechar al máximo por que probablemente regresemos al mismo lugar en otro momento, pero que será irrepetible poder vivirlo de la misma forma.

Ibamos aproximadamente 194 en el grupo, y puedes elegir ir acompañado o en solitario, y aún cuando decidas ir en soledad jamás te dejarán en el grupo, pues una de las cosas que he visto en las rodadas con Cámara Rodante es que el compañerismo es esencial. Algunos se regresaron antes o mas a prisa y acompañaron a los Guias Verdes a comer pozole, otros siguieron el camino y de paso comieron tacos de carnitas y otros siguieron el camino hasta el final.

De regreso fue el mismo camino, pero ya lo conocíamos un poco mejor, ya sabíamos lo que nos esperaba por delante, al final recorrimos cerca de 55 km, nada fácil para ser novata creo yo, pues a pesar de ser una ruta sencilla, se requiere cierta condición para rodar con los fuertes rayos del sol, lo que me recuerda una frase que dijo Ismael Pulido en un descanso que tuvimos mientras algunos se rehidrataban, se refrescaban o descansaban “el sol nace para todos, pero la sombra solo es para los que quepan”.

Mi regreso fue a paso tranquilo, disfrutando del paisaje y de la compañía al rodar, en el tramo de la ciclo vía de regreso cayó una persona más, victima de los postes. James me preguntó ¿Cuál caída estuvo mas fea? A lo que yo conteste, no se no me vi caer, -¿Pero cuál crees que estuvo mas dolorosa? Pues a mi me dolió mas la mía, jaja. Al final de la rodada llegamos todos sanos y salvos, sin lesiones graves. Carlos Ibarra me pidió realizar una crónica sobre mi experiencia en esta ruta, yo pensé que difícil tener que plasmar en palabras todo lo que se vive aquí, pero en verdad fue un honor compartir esta experiencia con todos ustedes. Y más haber podido coincidir con excelentes amigos. Somos novatos pero nada es imposible, pues no es difícil conquistar nuestras bicicletas cuando ponemos pasión y nuestro corazón en lo que anhelamos poder hacer mejor!!!

Crónica de Carolina Mendoza. 

Cámara Rodante