COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

miércoles, 22 de marzo de 2023

AFERRADO Y LISTO PARA LA SIGUIENTE SUFRIDA



Era el día del 15 aniversario de Cámara Rodante y la rodada masiva antes del convivio era hacia Torre 2, que si bien no es un “flan” de ruta ya que tiene pendientes pronunciadas y continuas, habemos algunos que nos gusta sufrir un poquito más de la cuenta. 


Para ese día Cámara Rodante había programado una rodada alterna, para avanzados y fuimos únicamente 9 los guerreros que emprendimos esa aventura: Nancy, Faby, Monse, Alexa, Alex, Cristian, Jorge, Juan y un servidor. El objetivo era ir y venir a Tala cruzando el Bosque de La Primavera, y lo complicado sabíamos que sería subir de regreso por Obsidianas, un tramo que la mayoría la habíamos bajado muchas veces, pero pocos de este reducido grupo la habían tomado de regreso.


Iniciamos pasadas las 7:00 horas desde postes y en la subida por camino ancho hacía la Estación de Estéfano, nos sorprendimos varios porque Monse nos rebasó en esa pendiente de manera brutal, en ese momento caí en cuenta de que el grupo traía un buen nivel y que habría que estar a la altura.


Avanzamos todos a buen ritmo por camino ancho y llegamos hasta la cima dónde iniciaría el descenso por Obsidianas, ahí tomamos un pequeño descanso, y los que no traemos dropper (mecanismo para subir y bajar automáticamente el asiento) bajamos el asiento manualmente y emprendimos la bajada. 





En abril de este año cumpliré 16 años rodando en el Bosque de la Primavera y varias veces me he ponchado por las filosas piedras de este tramo (y no soy el único). Fui el primero en comenzar a bajar y después del primer segmento sentí inestable la bicicleta y veo que la razón es que se le estaba saliendo el aire de la llanta delantera. Rápidamente se quedó sin aire, no hubo ni posibilidad de que el líquido, también conocido como “leche” hiciera su trabajo y sellara. 


Al ver que me había detenido todos los demás participantes se pararon para ver qué sucedía. Comenzamos a echarle aire y a girar la llanta, pero los esfuerzos eran en vano, todo el aire se salía, señal que estuvo brava la pinchadura. 





Es en este el momento en donde acepto toda mi culpa y aprendo la lección ya que malamente no cargaba ni con bomba, ni cámara de repuesto, confiando totalmente mi suerte en mis llantas tubeless. Tache para mí ya que en las instrucciones previas que envía Cámara Rodante a todos los participantes enlista claramente que hay que llevar estos artículos de emergencia.


Todavía para echarme más tierra les cuento que aun sabiendo que soy de los pocos de la “vieja escuela” que todavía usamos llanta de 26” (ya todos usan 29” o 27.5”), deposité toda mi suerte y confié de más en la mentada leche. Lógicamente, nadie, pero nadie de los 8 riders contaba con una cámara 26” de repuesto que me pudiera prestar.


Decepcionado por la situación (y conmigo mismo), supe que tenía que abandonar la rodada, me despedí del grupo deseándoles suerte, ya que los esperaría más tarde en el cumpleaños de la quinceañera (Cámara Rodante). Tomé mi bicicleta, di media vuelta y comencé a caminar mientras pensaba que tendría que llegar hasta el final de toboganes y ahí con suerte alguien podría pasar en camioneta para acercarme a postes. 


Mientras yo ya estaba en camino de regreso, los demás continuaron con el descenso, pero Juan y Alex, comentaban “Y si le ponemos una cámara de 29 (a mi llanta de 26)”, “total, lo peor que podría pasar sería que funcionara”. Los escuché gritarme ya a metros de distancia “Joaquín, ¡¿Quieres que probemos con una cámara 29?!”.




Como si fueran pits de Fórmula 1, los tres colocamos la cámara de 29” de Juan en mi llanta 26” con una velocidad impresionante, a primera instancia se veía bien, todo en orden, pero la encomienda sería continuar la rodada con mayor cautela que de costumbre.


Juan, Alex y yo terminamos el descenso y en Río Seco ya nos esperaba el resto del reducido contingente sorprendidos del milagro y continuamos todos la rodada hacia Tala.


Llegamos a Tala ya sin contratiempos e hicimos escala en una afamada lonchería frente a la catedral que ya conocían Juan y Nancy quienes eran los guías de esta rodada. En ese momento se estaban yendo unos ciclistas ruteros que ya habían terminado de desayunar y que llegaron por carretera desde Guadalajara, ambos grupos nos deseamos suerte. Siempre he valorado la camaradería y apoyo que generalmente hay entre bikers. 





Mientras echábamos lonche, nos enteramos de que los que hicieron la rodada hacia Torre 2 ya habían llegado a la torre, lo cuál significaba que iban a llegar mucho, pero mucho antes que nosotros al convivio final. Nos tomamos la obligada foto antes de emprender el regreso y bromear un poco de lo que se nos avecinaba (subir por Obsidianas).


Seguíamos rodando todos a muy buen ritmo, las esperas para el reagrupamiento eran mínimas. Durante el recorrido nos encontramos con otros buenos amigos con los que hemos rodado en ocasiones anteriores. Comenzamos la subida de Obsidianas y la realidad fue que en varias ocasiones paramos para tomar aire y algo de ánimo. Si bien fue difícil esta subida, no fue imposible, algunos habíamos subido peores (Cerro Viejo, Torre 3 vía larga, etc).





Jorge y yo nos adelantamos, y aunque yo ya estaba algo mermado físicamente, decidimos irnos por hermosísima, pinitos, vaca muerta y arenosas. Si bien, estas rutas están muy arboladas y te protegen del sol (a diferencia del camino ancho), las subidas y bajadas las hacen más agotadoras. En cuanto a mi llanta, después de algunos kilómetros de haber colocado la cámara ya me había olvidado de que andaba rodando con un invento de emergencia, subía y bajaba como de costumbre.


Jorge y yo culminamos Arenosas y al mismo tiempo estaba llegando el resto del grupo que había tomado el camino ancho. De ahí la mayoría nos fuimos al convivio de los 15 años de Cámara Rodante, el cual estuvo a reventar y eso que nos comentaron que muchos en ese momento ya se habían retirado. 


Que gusto volver a ver y saludar a grandes seres humanos y amigos tan entrañables que se han ido formando gracias a la bicicleta. Larga vida a Cámara Rodante. 


PD: A partir de ese día cargo siempre con mi equipo de emergencia completo (aunque traiga llantas “tubeless”). Sigo cazando al buen Juan para regresarle su cámara de 29” que amablemente me prestó.


Cónica por Joaquín García Pedroza




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