El no querer dejar de rodar, y aprender a buscar los propios medios, ¡¡fue lo que me llevó a encontrar el grupo Cámara Rodante!!
A veces pasan circunstancias en la vida que nos sacan de nuestra zona de confort, nos desequilibran y hacen replantear situaciones, pero depende de uno mismo el retomar aquello que amas hacer y buscar los medios para que no dejes de hacer esas cosas que te llenan de vida. Por tanto, en mi búsqueda de algún grupo al cual unirme aquí en Guadalajara y poder rodar el fin de semana pasado, encontré a Cámara Rodante; decidí escribirles y al fin concreté en llegar al punto reunión el domingo 23 de julio.
Un tanto temerosa y nerviosa porque la rodada especificaba que era para Intermedios y Avanzados, llegué al punto de reunión y de inmediato sentí el compañerismo y la cálida bienvenida; así pues, emprendimos la salida rumbo al Cerro Blanco, iba sin ningún tipo de expectativa, ya que recién llegue a este estado y conozco muy poco, por tanto, solo iba emocionada y ansiosa por lo que vería.
De inicio nos encontramos con una pronunciada bajada de terracería, sin embargo, la vista hacia las montañas llenas de neblina me hacía olvidar el miedo. Todos motivándonos y haciendo hincapié en divertirnos, eso me animó por completo y al inicio con mucha precaución comencé la rodada.
El clima estaba más que perfecto se sentía lo fresco de la mañana y cada vez adentrándonos en las montañas se respira un olor a verde, a tierra mojada un olor puro, la neblina haciendo de las suyas para regalarnos mejores vistas. Pronto nos tocó dividirnos, ya que unos harían la ruta larga y todo por cerro y otros haríamos la corta con una parte de pavimento; así yo, decidí ir por la corta, puesto que era la primera vez que iba.
Las subidas no faltaron, primero una subida pronunciada de pavimento que se sentía interminable, pasando por las comunidades, y los campos llenos de verde, al llegar a la cima encontramos la entrada al Parque, Los patios con un águila en la entrada gigante y en donde pudimos hacer una pausa para esperar al resto del grupo y poder tomar un respiro.
¡La ruta me estaba encantado, posteriormente nos adentramos más en el cerro, después de hacer una parada breve para un refrigerio de donde se veía el cerro que subiríamos, y mi nerviosismo aumentaba al pensar que no lograría subirlo; sin embargo, con la motivación de todos, comenzamos a subir, el ascenso estaba más que empinada, el camino era una mezcla entre piedra, arena y humedad, mi voz interior me decía que tenía que lograrlo, tenía que lograr subir hasta donde pudiera; sin embargo, también hay que ser prudentes cuando ya no se puede para no arriesgarse, así que decidí bajar de la bici y caminar, la subida parecía no tener fin, así que tramos en bici y caminando por fin llegamos a la cima!
Wou! Esas fueron mis palabras, las cámaras nunca harán justicia a lo que ven los ojos, una vista impresionante hacia la Barranca, un verde fuerte haciendo evidente lo bien que hacen las lluvias y no bastante con eso, la naturaleza nos regaló un espectáculo mágico de neblina, parecía una parte que estábamos rodeados de nubes y después el movimiento de neblina, decidimos disfrutar la vista por un tiempo, unas fotos y posteriormente regresar. ¡¡¡Ahí ya había valido la pena completamente todas las subidas!!!
He descubierto que me gustan más las subidas que las bajadas y al regresar, teníamos que tener extremo cuidado con la bajada porque la misma combinación que mencione anteriormente hacía más cautelosa la bajada, hicimos una especie de cuna, ya que, al bajar por completo ese cerro, volvimos a subir uno menos pronunciado, no sin antes los hombres del grupo ayudar a desatascar una camioneta en el lodo. Me queda claro que el ciclista siempre estará en la disposición de ayudar al prójimo.
Ya para terminar la ruta, pasamos a una tienda por otro refrigerio y a descansar un poco, para poder continuar y lograr terminarla en un buen tiempo, siempre con el corazón contento del esfuerzo realizado y con las imágenes de las vistas que se habían tenido.
Definitivamente, seré parte de las rodadas con Cámara Rodante, un grupo que siempre ve por todos, motiva y te lleva por caminos inigualables, ¡¡Gracias a todos!! ¡¡Nos vemos la próxima!!
Crónica por Ale Salazar
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