COLECTIVO

Guadalajara, Jalisco, Mexico
Somos un grupo de amigos amantes a la fotografía y a la bicicleta, de ahí el nombre de este blog. Cada domingo vamos a pedalear por diferentes rumbos de la ciudad y fuera de la misma. Hacemos tanto ciclismo de montaña, ciclismo urbano y biciturismo. Con esto queremos fomentar el uso de la bicicleta como una herramienta viable de movilidad, de salud y de diversión. ¡¡¡Animate a rodar con nosotros, saca tu bici a pasear!!! Escríbenos a camararodante@hotmail.com

miércoles, 1 de mayo de 2024

UNA RUTA RETADORA, LO BAILADO YA NADIE NOS LO QUITA



Fue una mañana dominical templada con cielo despejado, así como lo han sido todas últimamente en esta temporada de estiaje, sin embargo, el día de hoy es especial, pues me he decidido a salir a rodar con Cámara Rodante, se espera una ruta muy demandante partiendo de prolongación Mariano Otero con dirección a Tala atravesando por la mitad las entrañas de nuestro emblemático Bosque de la Primavera.

La ocasión amerita no menos que equipo completo y es bien sabido que hombre prevenido vale x2, y el que no, podría valer…. fracción de 1, me refiero a la herramienta básica y un poco más. Refacciones como la cámara o los chicotes, materiales para prevenir desajustes o roturas de tu máquina o en tu indumentaria, créanme que unas bolsas, trapos y cinchos no se notan y un tiempo después podrías ni recordar que los traías contigo de tan discretos que son. No olvidar ser generoso con las provisiones: agua y calorías, no es complicado elegir, solo tener en cuenta que sean de tu agrado y fácil digestión, a mí me gusta cargar mezcla de frutos secos. Para antes de la salida es recomendable activarse con 1 o 2 tazas de café y algo de carbohidratos para ayudar nuestras reservas, unas galletas multigrano, ¿Por qué no?

He llegado al estacionamiento pero no veo a nadie, pues me encuentro en la terraza donde sirven los lonches y se destapan las caguamas al cierre de las rodadas al medio día (ya quiero terminar la ruta), entonces reviso el post y me doy cuenta de que el grupo partiría de la caseta de ingreso más delante, por lo que tuve que abordar de inmediato mi bicicleta y apretar el paso hasta que afortunadamente les alcancé en la estación de Estéfano.

De mis cuentas veo que hubiéramos sido un grupo de por lo menos 14 personas, menos un camarada mío que se enfermó y una muchacha que no llegó resultamos siendo un grupo de 12; ya contados y motivados salimos a la aventura cerca de las 7:30am.

Para mí esta ruta sería muy esperada pues no me había tocado adentrarme por el lado Oeste del bosque, hasta la fecha solo había explorado partes del Norte, Sur y Este. Por lo demás puede ver muchas cosas parecidas a las que existen en el resto de este bosque, sin embargo, nunca serán las mismas, tanto por los laberinticos trazos que te arrastran a las profundidades de una cañada como por las pequeñas trampas que se esconden a la vista del distraído por lo que fue indispensable mantener la atención en todo momento por el bien propio y del grupo en general. 

Fueron abundantes los segmentos singletrack, las veredas cubiertas por hojarasca y los pasos técnicos que pusieron a prueba la habilidad y sensatez del ciclista. 

Puedo decir con toda seguridad que sin la guía de nuestro compañero Joaquín y el sabio consejo de los compañeros experimentados, en determinados puntos como fue el paso de los arroyos, donde la vegetación se tornó exuberante mientras las veredas se desvanecían, una persona como yo sin la ruta precargada ni puntos de referencia en el entorno, pudo haber quedado varado por muchas horas o quizás nunca encontrar la ruta con dirección a Tala, ¡Que gusto haber acudido con ustedes!

Como toda aventura, no tardaron en llegar las dificultades, entre las que puedo mencionar: dos ponchaduras, una llanta baja, un zapato roto y una billetera extraviada; ninguna de ellas consiguió arruinar el disfrute de nuestro paseo, pues siempre encontramos pronta solución en conjunto manteniendo esa atmósfera de camaradería, pues en las numerosas detenciones nunca se desaprovecho un momento para tomar agua, agarrar aire, decir unas bromas o echar una platicada a la sombra de algún árbol, pues el calor estaba a tope, yo diría que cerca de los 36°C a la 1pm, pero en momentos se sentía como 40°C al paso por tramos ausentes de vegetación con caminos de tierra blancos como la harina de tan seco el clima que permitían que el sol te pegara por arriba, por debajo y por los lados, si no fuese por el bendito viento juraría que estábamos en un horno.

A esas horas los suministros de líquido se comenzarían a agotar precipitadamente, pues en mi caso, hasta Tala llegué con 1.5L de 2L de agua, y al regreso ya no tenía reservas a partir del 2do tercio del camino; que bueno que lo que complementé con 1L de deliciosa bebida con ciruela para acompañar el lonche de pierna frente a la plaza principal en compañía del grupo que también aprovechó para almorzar y posar para la foto del recuerdo junto a “las letrotas” del municipio.

Mas tarde durante el retorno, las cuestas del camino de Obsidianas se sintieron tan desgarradoras como filosas son las piedras que tapizan los suelos de esa parte del bosque, poco a poco volvimos a atravesar los pequeños valles donde se ven los potreros y los bancos de arena parecen propuestos a tumbar al ciclista en su afán por cruzar; así fue como logramos incorporarnos nuevamente al camino principal que nos conduce al ingreso de “Postes”, sin embargo ya sin agua la mayoría de los integrantes de la rodada, el desgaste había sido tal que al punto de sobrellevar el avance en silencio, no por enfado ni pesimismo, sino porque el polvo del camino y las gargantas secas dificultaron el poder conversar sin sentir ganas de toser; cual va siendo nuestra fortuna el encontrar un puesto de helados de hielo raspados como si se tratase de un espejismo, sentimos tal atracción que de inmediato y sin averiguar más nos fuimos deteniendo uno a uno para solicitar animosamente una, dos o tres veces una ración de tan anhelada golosina. 

Fue en ese momento que el grupo se volvió a compactar, durante 30 minutos comimos, bebimos y revivimos una vez mas para entonces reanudar la ruta que habríamos de culminar cerca de las 4pm.

Lo que se pronosticaba iba a ser un recorrido con duración de 5 horas se convirtió en uno de 9; ¡valla experiencia! Por sus condiciones climáticas y nivel técnico, creo que sido muy retadora, pese a que no se contó con tiempo para hacer el convivio de clausura, el saldo fue blanco por lo que considero que el paseo estuvo excelente, en fin, lo bailado ya nadie nos lo quita.

Por Arturo González 

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