No cabe duda, no importa que tan experimentado seas o cuántas veces la hayas hecho; Torre 3 Vía Larga es una ruta de respeto. Su distancia y altimetría acumulada siempre ha sido digna de un buen entrenamiento.
Venía en mi auto por Mariano Otero casi llegando a la afamada tiendita y veo subiendo en bici a uno de los más “bravos” guías de ese día, el buen Adrian, que como siempre, llega en bici a las rodadas. Una persona tan comprometida que a pesar de tener el cuerpo cortado un día antes, no dudó en estar puntual en la cita. Eres grande Adrián.
Me estaciono, me alisto y llegó al punto de encuentro. Ahí mismo ya estaban Luis e Israel, un par de tremendos bikers que no tenía el gusto de conocerlos y que nunca habían rodado con Cámara Rodante.
¡Tomamos la clásica foto de salida y pum guey!, a comenzar la trepada para llegar al ocho y medio.
Saludamos al buen Popeye en su contenedor y nos comentó cuales eran los trails en que Crossfit Forestal se iba a enfocar para darles mantenimiento y varios nos cooperamos para esta noble causa. Gracias Popeye, ¿qué vas a querer de navidad amigo?
Ahí mismo en el Ocho y Medio se nos integró Omar, un biker de la vieja escuela de Cámara Rodante que no se pierde las salidas anuales a la rodada a San Blas, pero ese día se sumaría a esta aventura, gran tipo el buen Omar.
En el Ocho y Medio también se llegó Gustavo, el único biker de la rodada con bici doble suspensión.
Comenzamos a pedalear por todo camino ancho a buen ritmo y paramos para reagrupar en la desviación a la derecha antes de llegar al final de toboganes. Cabe resaltar que, en alguna ocasión, un biker sin decir nombres (pero es tocayo del descubridor de América y medio intenso para rodar), rebasó al flamante guía y bien emocionado se siguió de frente,
Ahí se nos une el buen Daniel, justo a tiempo para salir en la foto. Quién, por cierto, tiene pendiente la revancha de la rodada del Volcán de Tequila, que lo dejó medio noqueado la última vez. Disculpen las ventiladas, sin necesidad, pero es mi crónica y yo escribo lo que quiera…. jajaja
Sin perder tiempo continuamos la travesía rumbo al Puerto de Obsidianas. Las escasas lluvias de estos días han ayudado a que el camino esté más compacto y no con tanta arena suelta, como suele estar ese tramo.
En ese punto y como es costumbre, la leyenda Paco Casillas nos alcanza y se integra al contingente para finalmente ser 8 bikers dispuestos a completar la retadora misión.
Llegamos hasta la cima de Obsidianas, también se le conoce como “Puerto de Obsidianas”, después de una subida no tan complicada, pero al final de cuentas, subida. Cuando de plano hay ciclistas que no pueden llegar montados en la bicicleta y se bajan de la bici para llegar caminando hasta este punto lo que les recomendamos es ya no continuar con la bajada de Obsidianas, sea la ruta que sea, porque el regreso por ahí mismo o por cualquier otro lado es muy exigente, y esa pequeña subida no es nada con lo que se vendría por delante.
Paco Casillas fue enfático en la recomendación. “La decisión de seguir o no es aquí, porque ya bajando obsidianas uno viene contento y cree que puede con cualquier ruta”.
Bajamos los 8 a buen ritmo y reagrupamos en Río Seco, en donde conocimos a un ciclista que estaba recuperando condición y había bajado Obsidianas y estaba por comenzar a emprender el regreso por esa pesada subida de poco más de 8 kilómetros.
Los guías volvieron a resaltar que ahí estábamos ante una segunda oportunidad, era más sencillo regresar subiendo por obsidianas que terminar el circuito hacia la torre 3, pero todos confirmaron su intención de seguir adelante.
Continuamos el recorrido, pasando por el ingreso a Viveros, cruzamos el pequeño rio para continuar por algunos repechos.
Los 4 punteros, Paco, Adrián, Luis e Israel hicieron una parada en un punto donde había una desviación y querían asegurarse de que no tomáramos el camino equivocado, chulada de seres humanos. Esperamos un poco a Daniel y Gustavo, quien este último andaba recibiendo tips de Daniel respecto al uso del droper y le adelantaba los tipos de camino que se venían.
Ya los 8 reagrupados, la indicación fue, de aquí en adelante todo a la izquierda “por más bonito que vean el camino de la derecha, no lo tomen, váyanse a la izquierda”.
El tramo siguiente ya sin tanta pendiente pudimos rodar los ocho más compactos, sin tanta distancia entre cada uno. Dimos vuelta a la izquierda en el punto dónde si uno se sigue de frente se incorpora a la “Ruta de los Gigantes”.
Hicimos parada en la vuelta a la izquierda donde está el letrero de “Aeropuerto”. Ya habíamos llegado los 7 pero no había señales de Gustavo. Algunos comenzamos a comentar:
-¿y si se cayó?
-No creo, baja bien y además estaba todo plano
Pero a los pocos minutos llegó, haciendo un derrape mamalón. En ese momento Paco dice “Aquí empieza lo bonito”. Comentario sarcástico, haciendo alusión a los tremendos trepadones que se nos venían.
He hecho muchas veces esa ruta y en mi interior pensé que realmente todavía no comenzaría lo pesado, sino hasta la siguiente vuelta a la izquierda, pero durante el camino reflexioné y Paco tenía toda la razón, hay subidas muy sabrosas en esa parte también. Esta parte tiene las subidas con mayor pendiente de la ruta y en ese momento ya se acumulan una buena cantidad de kilómetros recorridos.
“Es puro subir, y subir hasta el árbol o hasta donde te alcancen las piernas, no hay manera de reagrupar o esperar porque rompe tu ritmo y es difícil retomarlo. Una vez que lograste llegar al famoso árbol, obviamente acumulas un gran desgaste físico y mental. Aunado con la hidratación y consumo de alimento”. Paco Casillas
Iniciamos la tortura. Los punteros como siempre, Paco, Adrián y Luis. Israel y yo veníamos atrás de ellos, mentando madres y emitiendo sonidos de sufrimiento jajaja
De repente Israel se fue quedando atrás y gran parte de la subida me tocó hacerla con Luis. Echándonos porras entre los dos, pocos metros antes de llegar al árbol le comenté a Luis que se siguiera, ya que me iba a echar una barra energética, ya andaba rugiendo de hambre.
En el árbol estaban sentados, esperando los 3 punteros, sugerí seguir trepando para lo poco que faltaba para llegar a la meta, porque para ser sinceros no teníamos idea de cuanto tardarían en subir la otra mitad del grupo.
Los 3 punteros llegaron al punto dónde la mayoría de los mortales se baja de la bici y la trepa caminando hasta la mera, mera afamada torre 3. Percibía en su actitud que no pretendían subir más para coronarla. Flojera, cansancio, ahorro de energía, tiempo… ya ni les pregunté y yo solito comencé a trepar el primer par curvas arriba de la bici y el resto arrastrándola y a gatas hasta cumplir el objetivo.
Ya arriba y en solitario me eché mi desayuno de campeones, atún al Pibil y en cuanto terminé comencé a descender y en ese momento me dio mucho gusto ver que Omar e Israel venían juntos arrastrando sus bicis para de igual manera coronar. Felicidades muchachos, no esperaba menos de ustedes.
Me comentaron que los 3 punteros me esperarían en el árbol. En un principio no me gustó la idea porque me quitaban la posibilidad de tomar la divertida S line que corre paralela a la bajada de camino ancho, pero al pasar por el inicio de ese segmento y ver la pequeña subida del principio, agradecí el hecho de mejor seguir bajando.
Durante la bajada esperaba encontrarme antes de llegar al árbol a los 2 bikers faltantes, Daniel y Gustavo, pero no los vi, supuse que la tortura de la trepada por las temibles “Eses” todavía no culminaba para ellos. Eran las 12:52 PM, en ese momento le mandé un mensaje para informarle de la situación a Carlos Ibarra, responsable del centro de operaciones de Cámara Rodante. No tenía señal, pero en cuanto el celular agarrara algún resquicio de cobertura saldría el mensaje.
Seguí en solitario, pasando por “Pirinola” o “Bosque Nutella”, (Pepe Larios, ¿cuál es el nombre correcto de ese segmento?), subí a mi ritmo por “Sal si puedes”, llegué a los cocos y me zumbé una Coquita helada de 400ml, ahí me topé Miguel Tapia y Paco, bikers legendarios en los que siempre coincidimos en San Blas y ya con un poco más de fuerzas y azúcar comencé la trepada por “pinitos”.
Llegué a la duda de bajar por Kawabonga o Espinazo del Diablo, pero ya algo cansadón preferí Espinazo (A salud del buen Ricardo Ramírez) y también para salir más cerca de la meta.
Continué por Vaca Muerta y después por Arenosas, algo tienen esos segmentos que te revitalizan y llenan de energía. Meritorio de un serio estudio o tesis profesional.
Llegué a la tiendita y me encontré a Daniel, ¡ya con un lonche en la mano!, le reclamé por qué había llegado antes que yo y me comentó que él al llegar al árbol se topó con los 3 punteros que venían bajando y mejor ya se regresó con ellos, que ya en otras ocasiones había llegado a Torre 3. Lo siguiente fue hacerle la temida pregunta… ¿Y Gustavo?
-No sé, ya no lo ví…
Conseguí el contacto de Gustavo con el equipo de Cámara Rodante y le mandé un mensaje preguntándole cómo iba. Me respondió una hora más tarde, que comentándome que estaba bien, pero se perdió, ya no vio a nadie y mejor se regresó para subió por obsidianas. Eran las 14:53 horas.
Fui a la caseta y les informé la situación a los guardabosques, les pasé los datos de Gustavo y para mi fortuna en ese lugar se encontraba todo el equipo de MBM Más Bosque Manu, la asociación civil que tiene paramédicos en varios puntos del bosque de la Primavera los fines de semana, coloca y rellena botiquines en puntos estratégicos, brindan infraestructura de comunicaciones en senderos, etc… total, unos verdaderos ángeles en el bosque.
Le comento a Manuel Magallanes, líder de MBM lo que pasó y me dice que están esperando que su equipo rescate a una ciclista accidentada en el segmento de Arenosas para llevarla al hospital, pero que Alejandro de Bicicletas Belfort (tienen un contenedor-local en el Ocho y Medio), que estaba ahí con nosotros, con su moto pudiera ir por él, pero que no tenían cuerda para jalarlo. Les comenté que eso no era problema, ya que yo tenía una eslinga que funcionaría perfecto para el propósito.
Manuel y yo le agradecimos a Alejandro el gesto y le pedimos que se fuera por todo camino ancho y se lo iba a topar antes de llegar al final de toboganes.
Muchas gracias, Manuel, Alejandro… el mundo es un lugar mejor para vivir y es gracias a ustedes. Banda, cooperemos con MBM, con $100 pesos mensuales domiciliados a nuestras tarjetas podemos impactar de gran forma en muchas vidas.
Gracias a Dios Gustavo tenía señal de celular, mantenía comunicación con él, me comentaba que ya estaba muy cansado. Le dije que el rescate estaba por llegar.
Todo mundo, incluyéndome… respiramos y nos relajamos pensando que en cuestión de minutos todo se resolvería. Eran las 15:15 horas.
Todo iba a cambiar cuando recibo mensaje de Adrián a las 15:46, informándome que la moto no ha llegado por él. El primer pensamiento que llegó a mi mente fue que Alejandro con su moto llegó hasta final de Toboganes, no lo vio y asumió que de alguna forma Gustavo logro salir.
Era prioritario conocer su ubicación real, pero se complica cuándo no conoces el bosque. Intuíamos que no habría llegado ni siquiera a la cima de Obsidianas. Nos mandó un mapa, y dicho y hecho, estaba todavía a la mitad de la tremenda subida.
Establecimos comunicación con el 911, no devolvió la llamada en minutos Bomberos de Zapopan para corroborar los datos, pero comentándome que la unidad Linces ya estaba rumbo al lugar. Nos volvió el alma a todos cuando nos reportaron que Gustavo finalmente fue LOCALIZADO.
Moraleja para ciclistas: Tengan en cuenta la información de la rodada, distancia y altimetría acumulada. Prepárense, el ciclismo, como todo, es cuestión de constancia, disciplina, pero lleva su tiempo, es un proceso mejor e ir subiendo de nivel.
El equipo de Cámara Rodante, que por cierto este año cumplió 16 años, implementará algunas estrategias para disminuir en lo posible que se presenten estas situaciones.
Una rodada que los 8 bikers de ese día: Israel, Luis, Adrian, Gustavo, Omar, Paco, Daniel y un servidor nunca olvidaremos, al igual que Carlos Ibarra, Héctor Esquivel y el equipo de Cámara Rodante que remotamente y con el rosario en la mano daban seguimiento al tema.
A darle, ¡nos vemos el domingo!
Joaquín García Pedroza